«Es mi pasión, pero el fútbol puede llegar a ser una pesadilla»
El gallego triunfa en la Real Sociedad, pero no olvida los malos momentos que pasó en el Celta
Cuando con apenas 20 años uno irrumpe en el primer equipo del Celta y un tal Iago Aspas le apoda como ‘la perla’, algo significa. Lo tenía todo para triunfar en Vigo: un chico de la casa, joven, talentoso, que llega a internacional... Pero padeció repetidas tardes de pitos de Balaídos. Hasta el punto de que Brais Méndez (Mos, Pontevedra, 1997) fue uno de los primeros futbolistas en reconocer que había necesitado la ayuda de un psicólogo para sobrellevar esa situación. Ahora triunfa fuera de Galicia, en la Real Sociedad, más maduro, liberado, con menos presión, y con la ilusión de volver a ser llamado por la selección. Hoy se enfrenta al Rayo
(14.00 h, DAZN). —La Real Sociedad está viva en la Liga, la Champions y la Copa.
—En los últimos años se están haciendo las cosas muy bien, creciendo desde el club, consiguiendo objetivos cada vez más grandes y nos estamos acostumbrando a grandes noches.
—¿La afición se vuelve más exigente y pide volver a entrar en Champions?
—Puede ser. Hemos puesto el listón muy alto y ahora hay que intentar mantenerlo ahí. Nosotros somos los primeros que somos exigentes con nosotros mismos. Pero es muy complicado mantener el nivel año tras año como se está haciendo en la Real. El objetivo es seguir mejorando y a ver dónde llegamos en tres competiciones.
—Y en dos semanas, en la Champions, todo un PSG...
—Es un partido especial, muy bonito, contra un grandísimo rival y vamos a intentar competirlo. No tenemos miedo a nadie, sí mucho respeto, y vamos a competirles de tú a tú.
—Allí está Mbappé, del que cada año se dice que va a ir al Real Madrid. Cuando se escucha un rumor así un verano y otro. ¿Qué piensa?
—Mi opinión es que cansa, al final siempre es el mismo tema. No me quiero imaginar pues a él o a su gente cercana que todos los años sea lo mismo, con el Madrid o con cualquier otro equipo, el Liverpool que también se habla. Pero ojalá se dé, ojalá vengan los mejores jugadores del mundo a la Liga, eso subiría el nivel.
—¿Qué le parece que tras una gran polémica como la del VAR del Real Madrid-Almería, se convierta en una guerra Real Madrid-Barcelona?
—Entiendo que ellos suelen ser los que compiten las Ligas y si se beneficia a uno, perjudica al otro. Pero el mayor perjudicado en este caso es el Almería y entiendo que se quejen. Pero creo que se le preguntó a Míchel y ni contesta o dice que no ve que haya nada arreglado. Creo que ésa es la mentalidad, centrarte en lo tuyo y hacer tu trabajo lo mejor posible.
—¿Qué piensa del VAR?
—Mi opinión es que el VAR es una herramienta para ayudar, pero no se le está dando el uso que se ha explicado, que sólo podía entrar en errores claros y manifiestos. Y creo que se está empezando a usar en pequeñas cosas que son interpretación. Si está para fueras de juego y errores manifiestos está para eso y no para otras cosas.
—Su etapa en Vigo. Es difícil ser profeta en su tierra.
—Sí, es complicado. Al final te exigen mucho al ser de casa, al sentir el club y lo entiendo. Hay que intentar llevarlo de la mejor manera, pero la gente también tiene que entender que tú eres parte de ellos y vas a intentar dar lo mejor de ti para el club del que eres aficionado.
—Ahora en cambio la acogida en Balaídos es buena. Le aplaudieron. ¿Se siente más valorado ahora que está fuera?
—Ya la temporada pasada cuando fui la gente me demostró mucho cariño. Y este año al ser dos partidos seguidos fue más especial, pasamos varios días en Vigo y sientes el cariño. Y la ovación fue bonita. Y es cierto que piensas: joder, igual esto lo habría necesitado en otro momento también. Pero lo que ha pasado ha pasado, lo tengo superado y les doy las gracias por el cariño que me han demostrado.
—Contó que tuvo que recurrir a un psicólogo en aquellos momentos.
—Sí, era un tema un poco tabú o daba como vergüenza hablarlo en público, pero sinceramente yo nunca he sentido eso. Contar lo que a mí me ha ayudado puede ser que a cualquier otra persona también le ayude. Y cuantos más seamos los que hablemos de este tema y abramos el camino, mejor. La verdad es que fue una situación en la que estaba bloqueado mentalmente, ya no disfrutaba del fútbol, no tenía ganas de salir a jugar y con la ayuda de un profesional cambió totalmente mi manera de ver las cosas y me ayudó mucho.
—Tuvo que ser difícil, porque se dedican a lo que les gusta.
—Fue muy duro porque tu trabajo es tu pasión, pero llega un momento que puede ser pesadilla. Pero es a lo que nos exponemos, desde el primer momento te das cuenta y tienes que lidiar con ello, trabajar con gente que te haga bien y te ayude a ver las cosas de la manera que son para que no te pasen estas cosas o, si te pasan, poder revertirlas.
—En la Real cayó de pie; once goles y
ocho asistencias en su primer año.
—Fue muy bonito, pero sorprendente. Yo llegaba a un club nuevo, con el miedo de adaptarme, ciudad nueva, nuevos compañeros, y salió todo redondo desde el primer momento. El vestuario se portó conmigo de maravilla, fue muy sencillo entrar en el club y en el equipo.
Le ayudó un psicólogo «Antes era un tema tabú y daba vergüenza, pero yo nunca he sentido eso. Estaba bloqueado y cambió mi visión»
—Hay quien habló de bajón en la segunda vuelta.
—Se dice eso por tema de números. Pero lo que era extraño fue la primera mitad de mi temporada. Que un interior llegue a diciembre con diez goles y siete asistencias es lo extraño. Entiendo que la gente se malacostumbra y esperaba que terminase la temporada con 25 goles, pero lo normal no es eso y yo estaba tranquilo con mi trabajo.
—Luis de la Fuente no le llama para volver a la selección.
—Si te soy sincero, es una cosa que no pienso. Obviamente me gustaría estar, sería un premio increíble, siempre es una ilusión volver a la selección. Pero me centro en mi trabajo, en lo que puedo controlar, en tener la conciencia tranquila de que he dado todo por mi equipo y por volver a la selección.