Una experta en epidemias para el antidopaje español
La epidemióloga Silvia Calzón, nombrada nueva directora de la lucha contra el dopaje
Una experta en epidemias y salud pública ha tomado el mando del antidopaje español. En un año olímpico, los Juegos de París a seis meses vista y después de los antecedentes (pregunta del Príncipe Alberto Mónaco sobre las bolsas de sangre en una elección de sede olímpica, positivo de la ciclista Maribel Moreno en Pekín...), el Gobierno ha zanjado la crisis bola de nieve que se lleva por delante a José Luis Terreros, médico zaragozano al que señaló el Consejo Superior de Deportes (CSD) por supuestas irregularidades. Su sustituta es Silvia Calzón, exsecretaria de Estado de Sanidad, número dos del Ministerio con Salvador Illa durante la época dura de la pandemia que organizó y puso en marcha el proceso de vacunación agrupando los criterios de las 17 comunidades en España.
La nueva responsable del antidopaje español se licenció en medicina en la Universidad de Sevilla e hizo el MIR en la especialidad de medicina preventiva y salud pública. A la par que desarrolló su profesión, hizo carrera en la política. Primero en su localidad natal, Utrera, donde fue concejal por el PSOE con 24 años, y luego teniente de alcalde. Intentó acceder, sin éxito, a la alcaldía.
Diputada en el Parlamento andaluz entre 2004 y 2008, fue nombrada gerente de las áreas sanitarias de Córdoba Sur y Sevilla Sur. Con el gobierno del PP y Ciudadanos en Andalucía, regresó a su función médica en el Hospital del Rocío de Sevilla. Además de médica, es doctora en Ciencias Empresariales y Económicas.
Calzón ha sido nombrada a propuesta del presidente del Consejo Superior de Deportes y exministro de Cultura José Manuel Rodríguez Uribes, quien ha puesto en valor su formación académica, su trayectoria profesional y la capacidad de gestión demostrada como alto cargo.
El maremoto que ha arrollado a Terreros comenzó con la denuncia que presentó en el Ministerio de Educación y Deportes una trabajadora de la agencia antidopaje, que había sido expedientada, en la que se hacían constar presuntas irregularidades. La principal fue el positivo por nandrolona del atleta nacionalizado español Patrick Chinedu, que se remonta a 2019, pero no fue sancionado por la agencia.
El exdirector de la Celad ha explicado durante estos años que había positivos por anomalías en el pasaporte biológico de al menos cinco deportistas que no fueron castigados. La reticencia a sancionar se debía, según él, a sentencias elevadas a la Audiencia Nacional por deportistas que dieron positivo (el ciclista Ibai Salas) que no dejaban claro el futuro jurídico del pasaporte biológico o las tomas de muestras con uno o dos agentes. Como había 10 años para sancionarlos, Terreros se lo tomó con excesiva calma.