«El tratamiento del cáncer no funciona sin la Atención Primaria»
Con experiencias previas en la Cruz Roja y en Quirón, es la responsable de una investigación pionera del Reina Sofía y el Imibic en coordinación con Canadá y Austria para mejorar la conservación de los pulmones que se van a trasplantar
√Trasplantes
«Te ilusiona esa sensación que tienes en el quirófano de que un órgano inerte funcione de nuevo y le dé vida a un paciente»
Gestión Cigarrillos
«A un paciente con un cáncer por el tabaco no le reñimos por haber fumado: eso no tiene arreglo ya. Empatizamos con él»
do a la vanguardia de la actividad trasplantadora en Andalucía.
—Sí. Nosotros hicimos el año pasado ochenta trasplantes de pulmón, un 43 por ciento más que el anterior, y fuimos el segundo centro de España. La subida ha sido espectacular, nos sentimos orgullosos y todo hay que agradecerlo a las personas que participan en esta cadena. El esfuerzo ha merecido la pena.
—Si importante es el engranaje del sistema también lo es la investigación, de la que usted participa en el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (Imibic).
—Sí. Como desde que era residente me he especializado en la investigación de los trasplantes, hemos desarrollado dos proyectos: uno es la preservación pulmonar ex vivo, que consiste en una máquina que mantiene los órganos que extraemos de los donantes cuando tenemos dudas si son válidos o no para un trasplante; esa máquina simula el entorno clínico de un paciente, de forma que al pulmón le entra sangre y aire, con lo que podemos hacer una evaluación y una recuperación para que vaya con garantía al receptor. Además, hemos empezado otro proyecto más reciente para preservar el órgano a diez grados en vez de en hielo, como se hace habitualmente. La Coordinación Autonómica de Trasplantes compró la nevera para preservar los pulmones a esa temperatura, que es más idónea que la se conseguía con el hielo, unos cero grados. En este proyecto estamos colaborando con los principales hospitales del mundo que lo están poniendo en marcha, en Madrid, Viena y Toronto. La experiencia que estamos teniendo es muy buena.
Dos caras de una moneda
—Hay una sanidad que luce, la de los trasplantes, y otra que parece que siempre se encuentra convulsa, en conflicto. Hablo de las quejas por las listas de espera, por la falta de personal y por las condiciones de trabajo.
—La sanidad necesita muchos recursos. Yo no me dedico a la gestión y no sabría decir cuál sería la mejor forma de arreglar los problemas. Nosotros tenemos carencias en nuestro nivel, y en otros niveles también las hay, como en Atención Primaria por ejemplo, que es donde hay más demanda y menos recursos. Si no funciona la Primaria nosotros tampoco funcionamos. Cito el caso del cáncer de pulmón, que está en nuestro día a día: desde que al paciente lo ve el médico de cabecera hasta que llega aquí hay unos plazos, y cuanto más tarde lo vea su médico de Primaria más tarde se va a diagnosticar la enfermedad. Si el paciente llega con un cáncer avanzado no podemos operarlo. Los gestores sanitarios tienen que comprender que es más económico operar a un paciente con cáncer en una fase inicial que emplear luego tratamientos quimioterápicos en etapas más avanzadas, que además no tienen los mismos resultados.
—A veces da la impresión de que la gestión sanitaria es un problema irresoluble: por mucho dinero que se invierta y muchos avances que se consigan queda gente insatisfecha.
—A ver. Nos pueden abrir hospitales comarcales, que son de segundo nivel y que no disponen de la misma cartera de servicios que nosotros. Ellos pueden ver a muchos pacientes, pero nosotros tenemos seis sesiones de quirófano a la semana y, si nos derivan no a seis sino a doce pacientes, pues no podemos darles salida. Conforme se van haciendo avances en el diagnóstico de imagen nos llegan casos que antes no veíamos; se diagnostica más que antes. Y las plantillas… La anestesia, por ejemplo, hay tantas cosas que necesitan una anestesia, que quién dice cuál es el número necesario de anestesistas.
—Ha hablado de la gestión. La directora-gerente hasta ahora del Hospital, Valle García, se ha hecho cargo del máximo puesto directivo del Servicio Andaluz de Salud (SAS).
—Cuando llegué aquí de residente ella era especialista de Digestivo, así que he visto toda su carrera, y es digna de admirar. Previamente, Marina Álvarez fue consejera. Se ve que en Sevilla gusta la Gerencia del Reina Sofía.
—El cáncer de pulmón. El tabaco. La gente sigue fumando.
—El tabaco es el responsable del noventa por ciento de los casos. Tenemos que ver qué pasa con los vapeadores: por el momento sabemos que es tóxico pero que no desarrolla cáncer. A lo mejor haciendo una campaña como las de las donaciones de órganos o de los accidentes de tráfico la gente se concienciaría más de que no se puede fumar.
—Pero sí se hacen campañas contra el tabaco.
—Ya. Pero no funcionan como las otras. Parece que la gente no es consciente de lo malo que es. Con un paciente de cáncer causado por el tabaco nos centramos no en reñirle por haber fumado, porque eso ya no tiene arreglo, si no que tratamos de empatizar con él para ofrecerle las mejores opciones de tratamiento que haya, y de generar un actitud positiva. Tampoco es sorprendente que gente que se haya operado de un cáncer de vejiga por el tabaco siga fumando después y desarrolle otro de pulmón. Pero vamos a ver... Te dicen que es que no pueden evitarlo.
«Es más económico operar un tumor en una fase inicial que emplear luego tratamientos quimioterápicos»
—¿El cáncer sigue siendo una palabra tabú?
—Sí. La gente viene diciendo a la consulta que tiene una mancha en el pulmón. Nadie dice cáncer. Nosotros empezamos diciendo que no es una mancha, sino un tumor, que es una palabra que se asume mejor. Hay pacientes que ni siquiera quieren que le digas qué les pasa, y se lo comunicamos a la familia.