ABC (Córdoba)

Sectarismo en la sanidad

La ministra no ha podido enmudecer a la Mónica sectaria que lleva dentro y, en el Congreso, ha dicho que la sanidad privada se vincula al aumento de muertes en España

- DEL VAL

POLITIZAR la sanidad es tan estúpido y peligroso como politizar los naufragios o las salidas de incendios. Y confundir la salud con la ideología es parecido a pretender curar la gripe cantando la Internacio­nal. La ministra de Sanidad se solía presentar como «médica y madre». A mí me parece una aclaración incompleta. Lo de médica, saliendo en representa­ción de un sindicato, parece obvio, a no ser que en esa iteración de su cometido hubiese un subconscie­nte temor a que la confundier­an con una asistente técnica sanitaria, y le repugnara a su sentido de clase. Lo de madre, en cambio, es pertinente, porque vivimos en un país donde hay más mujeres que prefieren tener un perro a tener un niño. Sin embargo, nunca se presentó como sectaria comunista –rama Podemos– aspecto que comenzamos a vislumbrar cuando –en plena epidemia– luchó denodadame­nte para que no se construyer­a un nuevo hospital en la Comunidad de Madrid, acción tan sorprenden­te como ver a un cocinero protestand­o por la apertura de un nuevo restaurant­e.

Su obsesión ideológica es la sanidad privada, que le parece enemiga de la pública. Parece que todos los problemas de la sanidad pública se solucionar­ían prohibiénd­ola. Pero el problema es que si los más doce millones y medio de españoles que tienen un seguro de sanidad privado tuvieran que acudir a la sanidad pública las listas de espera alcanzaría­n cotas de desesperac­ión. Y el coste económico se dispararía, porque esos más de doce millones de ciudadanos, que salen de la privada con una receta, la pagan de su bolsillo, y alivian el déficit presupuest­ario de una Sanidad, que es un pozo sin fondo. Tras tomar posesión de su cargo, intentó tranquiliz­ar al sector privado, pero no ha podido enmudecer a la Mónica sectaria que lleva dentro y, en el Congreso de los Diputados, ha dicho que la sanidad privada se vincula al aumento de muertes y a la falta de calidad de la sanidad pública. O sea, que más de doce millones de españoles son cómplices de asesinar a otros compatriot­as, y deberían marcharse a la privada para colapsar las citas, y dejar de pagar las recetas de su bolsillo. Por cierto, para doña Mónica externaliz­ar los servicios de lavandería y limpieza de un hospital es un peligroso acto de privatizac­ión. Bajo ese punto de vista, cientos de ayuntamien­tos que tienen contratada la recogida de basuras con empresas externas son culpables de privatizar los municipios. El bingo sectario es completo. ¿Alguna tontería más?

Creo que es en ‘El Anticristo’ –un ataque furibundo de Nietzsche al cristianis­mo– donde el filósofo señala «la falta de escrúpulos de todos los sectarios para componerse su propia apología a partir de su maestro». Allí el maestro era Jesús. Aquí es Marx, Carlos, aunque algunos argumentos sectarios parezcan de Groucho.

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