El campo, alerta ante el estallido de protestas y reivindicaciones en Europa
▶Asaja quiere impulsar un calendario de movilizaciones ante lo que consideran un momento de crisis con la Unión
ALGO está cambiando en la Unión Europea. Tras años en los que el sector agrario ha denunciado sentirse despreciado, cuando no atacado, por unas políticas que se han olvidado de la agricultura para centrarse en el medio ambiente, parece que, al fin, el discurso de las autoridades de la UE comienza a moverse.
El pasado 25 de enero arrancó el diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura en la Comisión Europea (CE), un compromiso de la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, que ya en su discurso de investidura, hace pocos meses, dejó entrever ideas que hacía mucho tiempo que no se escuchaban en las instituciones comunitarias: que es necesario mantener el nivel de vida de los agricultores y promover un futuro próspero para el sistema alimentario.
Estos argumentos han sido, por tanto, el germen del diálogo que ha reunido a una treintena de organizaciones representantes de la cadena alimentaria y que espera tener las primeras conclusiones en verano. «Europa tiene los alimentos de mayor calidad del mundo. Nuestros agricultores operan a diario en un mercado global muy competitivo, y merecen una remuneración justa», aseguraba la presidenta de la CE.
Este cambio de discurso llega meses antes de las elecciones europeas, algo que no parece ser casualidad, y justo en medio del polvorín en el que se han convertido el campo europeo. Los agricultores de Francia, Alemania,
Polonia y Rumanía han protagonizado en las últimas semanas, como ya sucedió en Holanda no hace mucho, masivas protestas que han cortado carreteras y han llevado el descontento del campo a las portadas de todo el mundo.
En la vecina Francia, por ejemplo, las manifestaciones que comenzaron en el sur han se han ampliado a otras zonas del país y han llevado a que el Gobierno galo haya anunciado medidas de urgencia para responder al malestar de los agricultores, que denuncian problemas muy similares a los de este lado de la frontera: aumento de costes, pérdida de poder adquisitivo falta de reconocimiento social y competencia desleal de terceros países.
Acciones concretas
«Desde el campo andaluz miramos, con esperanza, este giro de la postura de las autoridades europeas, pero esperamos que no se quede solo en palabras, sino que las conclusiones del diálogo estratégico se transformen en acciones concretas y efectivas», afirma Eduardo Martín, secretario general de Asaja Sevilla.
De hecho, parece que incluso el ministro de Agricultura español, Luis Planas, ha rectificado su punto de vista, y pidió en el último Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca que se aumentase el presupuesto de la PAC y «apostar por la autonomía alimentaria». «Nos sorprende que en sede europea reclame esto, cuando el Plan Estratégico de la PAC en España es un ejemplo de todo lo contrario: recortes de presupuesto para el campo andaluz y cada vez más trabas para desarrollar nuestra actividad, lo que lleva a menores producciones», critica Martín.
Las manifestaciones que se han extendido por numerosos países europeos se perfilan, ahora, como la palanca de cambio que puede hacer que el cambio en la UE se haga realidad, y se pase a una política agraria centrada en la agricultura y la alimentación, no solo en el medio ambiente y el cambio climático.
Por eso, desde Asaja han avanzado que, en la próxima Junta Directiva Nacional de Asaja propondrán el establecimiento de un calendario de movilizaciones que culminen con una gran manifestación nacional.
«Creemos que es el momento oportuno para presionar, el sector agrario está abrumado por multitud de problemas que, además, están dominados por una grave sequía que lo condiciona todo», lamenta Martín, que reitera la necesidad de encontrar «soluciones concretas y reales». «Ahora que los altos precios afectan al consumidor, es cuando todo el mundo se
Las organizaciones están «esperanzadas» con el giro en la postura de las autoridades de la Unión Europea en estos meses
da cuenta de lo necesario que son el campo y la producción de alimentos», insiste.
Eso sí, los productores sevillanos recuerdan que la ola de malestar y protestas que está recorriendo Europa ya comenzó en Andalucía, y en España. Fue en 2019, meses antes de que se de
Creen que es posible que las nuevas políticas se centren más en la alimentación que en el medio ambiente
clarase el estado de alarma por la pandemia sanitaria, que paralizó las manifestaciones de manera drástica. Justo un día antes de que se detectase el primer positivo de coronavirus en España, en Sevilla, agricultores de toda la provincia de Sevilla cortaron las principales carreteras de acceso a la capital en una movilización histórica con más de 5.000 tractores y más de 16.000 asistentes.
Ese hartazgo, y la necesidad de que se actúe en favor de un sector tan vital como el agroalimentario, no ha cesado desde entonces, al contrario, por lo que todo indica que el sector volverá a echarse a la calle para reivindicar que «si el campo no produce, la ciudad no come», como rezaban las pancartas aquel 26 de febrero de 2020.
La asociación Freshuelva remitió una carta al ministro Planas para pedir su intermediación en las protestas que están dándose en Francia. De esta forma, los productores onubenses aseguraron que «entienden» el malestar de los agricultores del país vecino, pero reclamaron que se garantice la circulación de los frutos rojos en una fecha clave para las exportaciones de berries. También Coexphal, que agrupa a agricultores almerienses, ha pedido que se tomen medidas.