Aguas regeneradas como solución a la sequía
La Universidad de Córdoba (UCO) participa en el proyecto europeo I-Rewater para evaluar el uso del agua renovada en cultivos de regadío, y cuyo estreno se produjo el 1 de enero
«El suministro a las fincas es más continuo que en el caso del riego tradicional», asegura el profesor Juan Antonio Rodríguez
CON la situación actual de los embalses y las preocupantes perspectivas de bajas dotaciones de agua para el verano y el otoño, a los regantes no les queda más remedio que agudizar el ingenio para maximizar cada gota de agua que llega a sus explotaciones a fin de poder tener algo de producción en las cosechas de este año. En los últimos tiempos marcados por la sequía se han intensificado las peticiones de estos productores a la hora de poder contar con más recursos hídricos para sus cultivos, como es el caso de las balsas. La Universidad de Córdoba (UCO) quiere poner su granito de arena para mejorar la situación de estos agricultores y está llevando a cabo distintas iniciativas con esta intención.
Uno de estos proyectos, que lleva por nombre I-ReWater, está impulsado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y cuenta con un presupuesto superior a los 2,2 millones de euros. Su objetivo no es otro que desarrollar los beneficios del uso de las aguas regeneradas en cultivos de regadío en el Sur del viejo continente. En este plan participan 16 entidades españolas, andorranas, portuguesas y francesas, entre las que se encuentra la institución académica comandada por Manuel Torralbo.
La iniciativa es coordinada en España por la Universidad de Santiago de Compostela, desde donde se asegura que el empleo de estas aguas reutilizadas permitiría a la agricultura de regadío conseguir un ahorro del 10 por ciento de los recursos hídricos dedicados en las plantaciones a tal fin. «Esta circunstancia permitiría destinar a otros usos el agua extraída de pozos y canales fluviales por parte de estas comunidades», según resaltaron los impulsores de I-ReWater, cuyo estreno oficial se produjo pasado 1 de enero y su finalización está prevista para finales de 2026.
Por parte de la UCO, el grupo de investigación que está trabajando en este proyecto es el área de Ingeniería Hidráulica del departamento de Agronomía de la Universidad. Uno de sus integrantes es Juan Antonio Rodríguez, quien detalló a ABC que el fin último de la iniciativa es el estudio de las aguas regeneradas para el campo en periodos actuales marcados por la escasa pluviometría. Desde su punto de vista, este recurso «tiene la ventaja de que el suministro a las fincas es más continuo que en el caso del riego tradicional, algo que resulta muy beneficioso en épocas de menores precipitaciones como ocurre hoy en día, aunque hay que tener en cuenta que su manejo no supone una tarea sencilla».
Colaboraciones
Este investigador recordó que este grupo de estudio lleva trabajando en este tema desde 2018 en colaboración con Feragua, la agencia Amaya y la Comunidad de Regantes del Tintin en Montilla, la localidad donde han realizado estas primeras investigaciones. «Allí hemos conseguido resultados interesantes, como es el hecho de que las aguas regeneradas, al provenir de las estaciones depuradoras (EDAR), contienen una serie de nutrientes, como es el caso de hidrógeno, amonio y fósforo, que realizan también una labor de fertilización, lo que supone un ahorro en costes para el productor muy importante», resaltó.
En cuanto a los gastos que debe afrontar el regante para contar con esta infraestructura, Rodríguez aseguró que no son excesivos, dado la rentabilidad que luego se obtiene, pero sí subrayó «la necesidad de que la explotación cuente con unas condiciones determinadas para su aplicación y que se lleve a cabo un tratamiento especial que persigue obtener los mayores niveles de calidad». «En cuanto al funcionamiento, no se diferencia mucho de cualquier otra comunidad de regantes», aseveró.
Dentro de este proyecto europeo, la labor de los investigadores de la UCO se llevará a cabo en una finca que es propiedad de la agencia Amaya en la localidad sevillana de Carrión de los Céspedes. «Nos centraremos en la implementación de acciones piloto para un riego óptimo de olivar y cultivos hortofrutícolas, principalmente el tomate, a través de aguas regeneradas, aunque también trabajaremos en el desarrollo de una plataforma que incluye un sistema de ayuda a la decisión para manejar las diferentes fuentes hídricas para el riego de forma eficiente y sostenible», concluyó Rodríguez.