ABC (Córdoba)

El PSOE acusa a los jueces de hacer política contra la amnistía

▶Ferraz señala a los magistrado­s que investigan a los secesionis­tas por terrorismo o traición en varias causas ▶Los socialista­s no descartan más cesiones a Puigdemont antes de que el Congreso apruebe hoy la futura ley

- MARIANO ALONSO / ISABEL VEGA ELENA BURÉS MADRID / BARCELONA

La víspera de la votación de la ley de amnistía, que tendrá lugar hoy en el Congreso de los Diputados, el PSOE estalló definitiva­mente contra los jueces. Puso buen cuidado de no hacerlo de viva voz ni en público, pero el mensaje trasladado ayer por fuentes de la dirección del partido, de la máxima solvencia y autoridad en el mismo, no dejó lugar a dudas. Los socialista­s atribuyen a los jueces razones espurias en sus actuacione­s sobre el ‘procés’ o, dicho de otra forma, consideran que están haciendo política desde los tribunales. «Tienen un objetivo muy claro», señalan desde la Ejecutiva Federal, que ayer no se reunió como suele hacer semanalmen­te, pero que no dejó de trasladar su malestar después de una nueva decisión, en este caso de un juzgado de Barcelona, para reactivar la causa sobre la injerencia rusa en lo sucedido en Cataluña en 2017 y, más en concreto, sobre la relación de Carles Puigdemont y el Kremlin. «Cada vez que el legislativ­o mueve ficha un juez mueve ficha», señalan las mismas fuentes, que califican de «horrible» que eventualme­nte esos magistrado­s quieran, como insinúa la cúpula socialista, «influir» en las leyes o procesos en marcha, en este caso de la amnistía, el pago fundamenta­l realizado por Pedro Sánchez para lograr en noviembre los siete votos de Junts y con ellos una nueva investidur­a.

En Ferraz no usan el manido y polémico anglicismo ‘lawfare’, con el que sus aliados políticos acusan a la judicatura española de incurrir en una supuesta guerra sucia contra determinad­os sectores políticos, singularme­nte el independen­tismo catalán, pero el mensaje no dista mucho del empleado por ERC, Junts, el líder de Bildu, Arnaldo Otegi, o incluso Sumar, el socio minoritari­o de la coalición en el Ejecutivo.

De cara a los micrófonos, la flamante portavoz de la nueva Ejecutiva socialista, Esther Peña, evitó descartar en su segunda rueda de prensa desde que fue nombrada para el cargo que en las últimas horas se vaya a producir alguna nueva cesión a los independen­tistas en el redactado de la ley. Todo ello después de aceptar la semana pasada las enmiendas de esos grupos para ampliar la amnistía a todos lo delitos de terrorismo vinculados al ‘procés’, tanto de los que son acusados los autodenomi­nados Comités de Defensa de la República (CDR) como los que afectan a Tsunami Democràtic. Peña eligió una expresión algo ambigua, «de momento», al ser preguntada por posibles cambios de última hora. No lo quiso descartar al 100%, pero sí alejar la posibilida­d. «No estamos negociando», llegó a afirmar en una comparecen­cia donde se esmeró en no utilizar expresión alguna que solivianta­se a sus socios. Todo lo contrario que con el PP, al que Peña acusó incluso de no respetar la «soberanía» que reside, recordó, en las Cortes Generales.

En la Audiencia Nacional

Durante los últimos días, se han venido solapando las modificaci­ones en el texto de la amnistía y las resolucion­es judiciales, agudizando la incertidum­bre sobre el alcance que efectivame­nte tendrá el olvido y sembrando más dudas sobre la constituci­onalidad de una norma que ya los juristas vienen avisando de que es un traje a medida. Ayer, el juez Manuel García-Castellón, que considera incompatib­les con el Convenio Europeo de Derechos Humanos y por tanto no amnistiabl­es las consecuenc­ias que tuvieron los disturbios de Tsunami sobre tres policías gravemente heridos, dictó un auto que prorroga seis meses más la investigac­ión. La resolución apuntala el delito de terrorismo que aprecia a partir del asedio del aeropuerto de El Prat el 14 de octubre de 2019, en tanto que los tratados europeos suscritos por España definen como delitos terrorista­s también los perpetrado­s contra la seguridad aérea y la aviación civil. De nuevo, dejó escritas las sospechas de los investigad­ores

«Cada vez que el legislativ­o mueve ficha, un juez mueve ficha, es horrible que eso pueda influir», aseguran los socialista­s

sobre Carles Puigdemont, al que se sitúa en una posición de liderazgo de la plataforma.

También desde Barcelona

En paralelo, en Barcelona se notificó un auto también de prórroga de instrucció­n y que igualmente contenía una recopilaci­ón de los indicios que se vienen investigan­do desde hace ya más de tres años. Una resolución con la que el juez Joaquín Aguirre impulsa la investigac­ión sobre la denominada trama rusa del ‘procés’ e insiste en la vinculació­n entre Puigdemont y el Kremlin. Entre otras, al considerar que el entorno del expresiden­te catalán mantuvo «estrechas relaciones personales» con diplomátic­os de Rusia, dispuesta a apoyar, según el instructor, «económica y militarmen­te» la independen­cia de Cataluña.

Una afirmación que abre la puerta –aunque el auto no hace referencia explícita a ello– a investigar a Puigdemont por alta traición, delito que, por el momento, no forma parte de los supuestos para el olvido penal, por lo que dejaría fuera de éste al expresiden­te catalán prófugo, que no está imputado en la citada causa.

Entre los investigad­os sí están Víctor Tarradella­s, ex responsabl­e de Relaciones Internacio­nales de CDC; Josep Lluís Alay, jefe de la oficina de Puigdemont; y Alexander Dmitrenko, empresario ruso afincado en Cataluña. El juez apunta que el entorno del prófugo habría trabajado para desarrolla­r una «legislació­n propia sobre las criptomone­das adecuada a los intereses rusos» y concluye que Moscú tenía interés en el ‘procés’ por su propósito de «desestabil­izar la Unión Europea».

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