ABC (Córdoba)

Problemas de salud mental y drogas: la lucha de Lexi, hija de David Bowie

▶ Ocho años después de la muerte de su padre, la joven explica lo duro que ha sido para ella seguir adelante

- LAURA G. CALLEJA MADRID

El 10 de enero de 2016, el corazón de David Bowie dejaba de latir para siempre. Murió en su casa de Lafayette Street en la ciudad de Nueva York, después de haber padecido cáncer de hígado durante 18 meses. Murió dos días después del lanzamient­o de su vigésimo quinto y último álbum de estudio, ‘Blackstar’, que coincidió con su cumpleaños número 69.

Ese día, el corazón de su hija Lexi, fruto de su matrimonio con la modelo somalí Iman, se partía en mil pedazos. «Me ahogué en sustancias y venenos», confesaba la joven de 23 años en sus redes sociales, ocho años después del suceso y tratando de explicar el terrible golpe que supuso para ella perder a un padre cuando apenas era una adolescent­e de 15 años.

«Mi yo más joven y frágil rápidament­e había comenzado a perder la batalla contra mi cerebro químicamen­te desequilib­rado, desarrollá­ndose más profundame­nte a lo largo de los años a medida que me involucrab­a en cosas de las que nunca esperé ser parte», comienza el escrito. Y añade su facilidad para lastimar «a quienes más amo con palabras de odio para hacerles sentir al menos un poco del dolor que yo pasé todos los días». «Me pareció más fácil etiquetarm­e como psicópata que admitir mi falta de introspecc­ión en un esfuerzo por justificar mis acciones dañinas», reconoce y habla de cómo el sufrimient­o ha endurecido su carácter, dejando atrás a «la niña dulce y amable» del pasado para dejar paso a un «individuo violento y enojado».

Caída a los infiernos

Tocar fondo le llevó a darse cuenta que «estaba perdiendo todo, perdiendo a todos, perdiéndom­e a mí misma, sin siquiera comprender la realidad de convertirm­e en un caparazón de la persona que solía ser. Una persona que nunca fue realmente la persona que yo quería ser. Aprendí a perdonarme por todo lo que he hecho, sin pensar nunca en mi pasado, porque es algo que nunca podré cambiar. Aunque aprendo a encontrar satisfacci­ón al aceptar lo que está fuera de mi control, simplement­e recuerdo a esa niña que solía ser», finaliza.

Alejada de la fama

Iman y David Bowie lucharon porque su hija, Alexandria Zahara Jones, creciera alejada de la fama. Cuando Lexi cumplió la mayoría de edad, las casas de moda y las firmas más importante­s empezaron a llamar a su puerta por su gran belleza y por ser hija de quién era. «Todas las agencias, todos los diseñadore­s, me llamaron para decirme: ‘Si ella quiere, nos encantaría que modelara para nosotros’», explicó Iman. «Dije: ‘No, no lo hará’. Sé por qué querían que ella modelara: es porque es la hija de David Bowie», confesó en la revista ‘Elle’ hace unos años. «Ten una vida privada mientras puedas porque algún día será pública, así que disfrútala», le recomendó la modelo somalí a su hija.

Con los años, la joven ha salido adelante dedicándos­e al mundo del arte. Lexi ha creado su propia web para vender todo tipo de objetos, desde ropa, bolsos y fundas del móvil hasta obras de arte diseñadas por ella misma. «Ser abierta y honesta con mis intencione­s con mi obra de arte es importante para mí. He luchado con problemas de salud mental durante la mayor parte de mi vida y crear arte siempre ha sido un mecanismo de afrontamie­nto mío, para salir de lugares oscuros de los que sentía que sería imposible salir», escribe en su presentaci­ón.

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// REDES/GTRES Arriba, Lexi. Abajo, Iman y David Bowie

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