La familia de Guerrita cree que su colección está perdida o robada
Acusa al Consistorio de contravenir la ley al rechazar la devolución de los bienes
La familia Guerra Pérez-Barquero, formada por los herederos del segundo califa del toreo, Rafael Guerra ‘Guerrita’, ha acusado al Ayuntamiento de Córdoba de no devolver los bienes del torero que le fueron cedidos por un motivo oculto. «Ello obedece a ocultar una realidad; la pérdida, y quizá hurto o apropiación indebida de bienes que estaban bajo su custodia», explica el comunicado remitido a ABC.
La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Córdoba ha decidido no atender la petición de los Guerra Pérez-Barquero para que se le devuelva una colección de unos cincuenta objetos que se entregaron hace años como carteles de toros. El gobierno municipal asegura que no se han presentado títulos de propiedad suficiente. Asegura también que una parte aparecen en el inventario municipal y remata afirmando que se aplica a la colección la prescripción adquisitiva, que otorga la propiedad de un bien mediante su posesión pacífica durante un largo periodo de tiempo.
La familia Guerra Pérez-Barquero muestra el profundo malestar por la «descortesía», «falta de diligencia y de transparencia», así como el desaire provocado a «nuestro padre y abuelo José Guerra Montilla«. Los bienes se cedieron en depósito, explica, en 1982 por Guerra Montilla, que iba a ser director del Museo Taurino, para disfrute de los visitantes. El nombramiento no llegó a producirse por su fallecimiento. Desde el cierre de 2005 hasta la reapertura de 2014, no se expusieron por lo que, dicen los herederos, no se cumple el fin por el que se cedieron en depósito.
Los herederos de Guerrita afirman que nunca se les ha notificado ni comunicado nada. De hecho, consideran que se está silenciando un informe de la anterior directora del museo favorable a la devolución. Afirman que los inventarios del Taurino reseñan estos bienes como «cedidos en depósito» lo que no es una donación. Explican que no hay expediente de usucapión ni se cumple el requisito de la posesión en buena fe. La familia ratifica que nunca ha renunciado a los bienes «que se depositaron con el único fin de que estuvieran expuestos».
Al no estarlos, queda patente, dice la familia, una actuación «arbitraria e infundada con desprecio a la legalidad y a la consideración del ciudadano en la defensa de los intereses legítimos que considera«. La familia avisa indirectamente de medidas judiciales para la recuperación de toda la colección del torero cordobés.
El proceso para intentar recuperar la colección familiar, explican los herederos, lleva años en proceso y ha motivado incluso una intervención del Defensor del Pueblo al que se acudió para que intercediese en la reclamación. El historia del procedimiento incluye un acta notarial con la posesión de los objetos reclamados que fue lo que dio lugar al informe proponiendo la devolución de la anterior directora de la Unidad de Museos. Entre los objetos que forman parte de la colección, se encuentra una miscelánea que incluye desde cuadros estadísticos con las corridas del matador, un traje de torear o una silla de montar de campaña.
Los objetivos del segundo califa del toreo se encuentran depositados en el Ayuntamiento desde el año 1982