Un doblete de Joselu hace líder al Madrid
Victoria solvente en el Coliseum que coloca al equipo de Ancelotti dos puntos por encima del Girona
Tras el triunfo de anoche ante el Getafe, si el Madrid hace lo propio el domingo ante el Atlético y el sábado de la próxima semana frente al Girona dejará un páramo a su espalda. Como mínimo, los catalanes estarán a cinco puntos de distancia, más el goal average, el Barça a 10 y los de Simeone a 13. Diez días fantásticos, como en El Corte Inglés, que comenzaron con check verde en l Coliseum y liderato asaltado. Modo retrovisor ya activado.
El partido comenzó con un caño y un recorte de Vinicius ante Damián y Duarte, ambas acciones dentro del área. Acabó en el suelo, trabado por el portugués. Si De Burgos Bengoetxea pita penalti no hubiera pasado nada. Bueno sí. Una pena máxima a favor del Madrid a los sesenta segundos es alimento para las hienas.
A medio gas, los de Ancelotti dominaban el balón y no sentían ni cosquillas de un Getafe Zero Zero. Ni cafeína ni azúcar ni patadillas.
El peligro llegaba por ambas bandas, con Vini inspirado a pesar de dos contra uno al que le sometía el Getafe. Tuvo una ocasión, en un buen balón a la espalda de Nacho que el brasileño telegrafió a Soria. Fácil para el portero azulón.
Fue justo después de 0-1, obra de Joselu en el 14. El delantero ya había avisado con un sutil remate con el exterior de su pie izquierdo, aunque estaba en fuera de juego. La segunda que tuvo, la mandó a la jaula. La jugada la inició Mendy en área propia, conduciendo hasta el centro el campo. Encontró en el lado derecho a Lucas, que llegó a línea de fondo antes de ponerle un caramelo a Joselu. Ayudó Soria, equivocado a la hora de medir la curva del golpeo de Vázquez. Su media salida no la suele perdonar un cabeceador con pedigrí como Joselu.
El gol no cambió el guión. El Getafe seguía presionando sombras en la salida de balón del Madrid y la defensa adelantada no engullía las ideas ni las asociaciones del Madrid, que se veía tan sobrado que ni tuvo la necesidad de meter la cuarta. Las pocas veces que lo hacía, encontraba pupa. En el 33, Valverde zumbó desde la frontal un disparo por encima del larguero. En el 38, flashback de Lucas y Joselu, esta vez con mano abajo de Soria.
Al descansó se llegó con Rudiger lesionado. O tocado. El alemán fue a un balón en largo de Greenwood con la idea de no hacer prisioneros. Lo lleva en su ADN. Se llevó al balón y al inglés por delante y le costó un bocadillo, de pan duro, que le dejó en la ducha 45 minutos antes de lo previsto. No parece grave, según señaló el club tras la primera exploración, pero el derbi es en 72 horas…
La segunda mitad la inició el Getafe con un disparo al palo de Greenwood, madera que volvería a tocar Borja Mayoral en el 75. Antes Lunin había tocado su disparo con la punta de los dedos. Otra vez fiable y seguro el ucraniano. Titularísimo.
Fue la mejor ocasión de un Getafe al que mantuvo con vida el Madrid. En el 56, los blancos doblaron la ventaja. Mendy volvió a iniciar la jugada, superó líneas con su conducción vertical, encontró a Vinicius, el brasileño ejecutó rápido el pase a Joselu, que con el control orientado se quitó de encima a Alderete, y con la izquierda la puso en la esquina derecha de la portería de Soria. 0-2
Hubiera sido 0-3 si poco después Vinicius no hubiera pensado que estaba en el jardín de su mansión jugando una pachanga con los colegas. El brasileño recibió un regalo de Joselu en un dos contra el portero y cuando ya le tenía sentando en el suelo, decidió hacer una estúpida picadita. Nacho le recriminaba cincuenta metros más atrás que reventara ese balón y Bellingham, la semilla de la transición, se tiraba al suelo con los brazos extendidos.
Luego vino charla de Ancelotti y cambio por Rodrygo. Lo primero para decirle que como con los tacones, esas sobradas no le hacen mucha gracia. Lo segundo, pensando ya en el duelo del domingo ante el Atlético. Hay media liga en juego.
Me parece que el asesor que tiene contratado Xavier Hernández tiene que ser a la fuerza un agente doble madridista, una especie de Juan Pujol al servicio de Su Majestad Florentino Pérez. Es la única explicación plausible que se me ocurre para tanta majadería encadenada, que el guardaespaldas mediático del técnico del Barcelona reciba las órdenes desde la T4 del estadio Santiago Bernabéu: «Ahora que diga lo de la excelencia», «que suelte ya lo del césped», «dile que mire a cámara y grite que es una vergüenza». El nombre en clave de Pujol era Garbo porque un oficial inglés pensaba que el español era el mejor actor del mundo; al ayuda de cámara de Xavier podríamos bautizarlo como Razzie en honor al peor. Si en junio, cuando Hernández se vaya, Razzie acaba saliendo por la puerta giratoria y ficha por el Real Madrid… ¡Te pillé!
No me ha quedado demasiado claro por qué se va. Si es, como él mismo dijo el martes, porque no le van a comprar nada, «ni siquiera sacarle 14 puntos al Madrid», es normal que nadie se lo compre fuera de Culelandia porque no fueron 14 sino 10 los puntos de distancia con el Real, una auténtica barbaridad por cierto. Parece difícilmente asimilable que haya sido por una cuestión de salud mental porque este hombre lleva en el Barça desde que Norma Duval presentaba ‘Bellezas al agua’ en Tele 5 y ya debía tener más o menos claro el nivel de exigencia. Yo creo que ha sido todo por falta de cariño, por una versión futbolística del síndrome del príncipe destronado. Acostumbrado a una carrera deportiva sin baches, al primer escollo se nos ha venido abajo. Necesita mimos.
No veo yo a Xavier saliendo de esa burbuja en la que lleva instalado toda su vida deportiva. Ojalá me equivoque pero creo que estamos ante un entrenador destruido y que va a encontrarse con muchas dificultades para despresurizar y conseguir conectarse con la realidad que supone dirigir a un equipo normal. Del mismo modo que Norma Desmond recordaba sus viejas películas mudas, él tirará del NO-DO para ver los partidos del Barça de Messi en los que participó. El miércoles, tras ganar con sufrimiento a un Osasuna que se quedó con diez, dijo que le había gustado la reacción de sus jugadores y que así sí se podía luchar por la Champions. Nuestro viejo amigo Razzie lo volvió a hacer.