Un centro cultural que estuvo casi una década con los fondos almacenados
El Museo Taurino, que es el menos visitado de toda la red de los centros municipales, se sometió a una larga rehabilitación que arrancó en el año 2005 (con Rosa Aguilar) y no terminó hasta 2014 (con José Antonio Nieto). Durante todo ese tiempo, los fondos tuvieron que ser almacenados con el objetivo de que no se produjesen problemas durante una obra que se alargó más de lo esperado por razones de diversa índole. Durante todo el tiempo en el que se estuvo con ese ínterin, el único movimiento que se realizó fue una exposición de la sala Vimcorsa con fondos inéditos del Taurino que tuvo lugar en el año 2006. Una apuesta que realizó el entonces gerente de la empresa municipal, el arquitecto Antonio Portillo, que era un gran aficionado a los toros. La reapertura del Taurino generó un debate en el mundillo de los aficionados sobre el modelo que se había elegido. El Taurino antiguo era un centro expositivo para iniciados, para aficionados que tenían un conocimiento sobre la fiesta y su historia. El nuevo Taurino que salió de la reforma tenía un aire distinto. Más didáctico y audiovisual. Que parecía pensado en el público que no se había sentado en su vida en una plaza de toros. En los últimos años, los sucesivos responsables de Cultura han intentado aprovechar una de las potencialidades del museo que es su ubicación en una magnífica casa solariega de la Judería. El proyecto expositivo se intenta apoyar mediante una serie de exposiciones temporales relacionadas con disciplinas artísticas o usando sus instalaciones para la presentación de libros o la realización de charlas.