ABC (Córdoba)

«Habrá impacto económico»

▶Las restriccio­nes por la fase de Emergencia afectan a todos los sectores, en especial a la agricultur­a ▶ABC sondea a los directamen­te afectados, que cuestionan a la Administra­ción por falta de previsión

- ESTHER ARMORA / ÀLEX GUBERN BARCELONA

La entrada de buena parte de Cataluña en fase de Emergencia por sequía ha disparado las alarmas entre la ciudadanía, tanto por lo que respecta al posible impacto que pueda comportar en la vida cotidiana –por ahora bastante limitado– como, sobre todo, por la afectación sobre la economía. Sectores como la agricultur­a van a tener que restringir aún más el consumo de agua, hasta alcanzar un 80% de lo habitual. En el sector ganadero, la reducción del consumo es del 50% mientras que en la industria deberá alcanzar el 25%. Desde institucio­nes como la Cámara de Comercio ya se ha trasladado el malestar por unas restriccio­nes que, según su presidente, Josep Santacreu, se explican por una sequía que es fruto de un «déficit clarísimo de falta de decisiones e inversione­s a tiempo». Para la Cámara de Comercio, la afectación sobre el crecimient­o de la economía catalana ser da por descontado. «Tendrá un impacto seguro» en 2024, se apunta desde la entidad.

Existe también malestar en la patronal Fomento del Trabajo, donde se lamenta que la Generalita­t no haya dado una «instrucció­n clara» a los ayuntamien­tos sobre el consumo de agua en las industrias ante la declaració­n de emergencia por sequía, según apuntaba a Ep Salvador Sedó, director de desarrollo sostenible de la entidad. Desde la histórica patronal se añade, por ejemplo, que «no tiene sentido» que se apliquen las mismas restriccio­nes para aquellas industrias que ya han presentado planes de reducción de consumos a la Agencia Catalana del Agua (ACA) –y que ya están aplicando medidas– y para las que no lo han hecho, en una muestra de lo que ven una gestión inadecuada de la sequía sobre los sectores productivo­s. Fomento del Trabajo, como la propia Cámara de Comercio, así como otras institucio­nes, cuestionan la falta de valentía del Govern por su negativa a impulsar la interconex­ión de redes, de modo que el agua sobrante de la cuenca del Ebro pueda ser usada en Barcelona y Gerona, donde se concentran los 202 municipios y los seis millones de habitantes afectados por las restriccio­nes.

Además de en la industria y en el sector primario, uno de los sectores donde las restriccio­nes se estima que puedan tener mayor impacto es en el turismo, particular­mente en aquellos establecim­ientos con piscina, ya que las mismas no se podrán rellenar si no es con agua de mar, una opción que no es viable si no se dispone de circuito independie­nte de modo que el desagüe no esté conectado al alcantaril­lado. El impacto, especialme­nte a nivel de imagen, puede ser importante, más en un contexto de plena recuperaci­ón del número de visitantes y de grandes expectativ­as. El pasado viernes, por ejemplo, se conocía que Cataluña había recibido en diciembre 1.021.184 turistas internacio­nales, lo que supone una subida del 25,44% respecto al mismo mes del año anterior, con un gasto de 1.229,41 millones, un 39,4% más, según los últimos datos del INE. Se trata del mejor dato de llegadas de turistas internacio­nales y el mejor en cuanto a gasto en un mes de diciembre en la región de la serie histórica.

Ante ello, el sector se prepara para aminorar el posible impacto. Jordi Clos, propietari­o de Derby Hotels y presidente del Gremio Hoteles de Barcelona, ve con recelo las medidas de ajuste impulsadas desde la Generalita­t para paliar la sequía. Los hoteleros de la ciudad las aceptan y afrontan con «tranquilid­ad» porque, según indica Clos, «llegan a un sector que ya ha hecho los deberes». En este sentido, el presidente del Gremio recuerda que en estos últimos siete años, el sector hotelero de Barcelona ha reducido un 40 por ciento de media el consumo de agua, algo, que según apunta, «no han hecho otros sectores». «Hemos tomado una serie de medidas en los hoteles como reducir la presión de las duchas, optimizar la recirculac­ión del agua. Eso, sumado a la campaña de sensibiliz­ación a los turistas, han dado resultado», añade el empresario.

Jordi Clos teme que si el plan de ajustes del Govern no tiene efecto y se pasa

Se estima que las medidas tendrán mayor impacto en el turismo, sobre todo en los establecim­ientos con piscinas

SECTOR TURÍSTICO

En la foto, Enrique Escofet, gerente del Hotel Interconti­nental de Barcelona. Ante la perspectiv­a de un año récord en cuanto a número de visitantes, los establecim­ientos hoteleros, que no podrán llenar sus piscinas, temen tanto un descenso de la ocupación a corto plazo, como un daño reputacion­al para la marca Barcelona y Cataluña a largo plazo. // INÉS BAUCELLS

a la fase II o III durante este verano, el impacto en el sector turístico de la ciudad sea importante. «Si no mejora la situación, y hay restriccio­nes más fuertes, los turistas buscarán otros destinos y la marca de Barcelona resultará perjudicad­a», apunta en declaracio­nes a ABC. Advierte, asimismo, de que «si se reduce la ocupación de la ciudad eso supondrá un problema económico importante». Por último, el empresario lanza una reflexión apuntando a la administra­ción. «Nosotros hemos hecho los deberes. ¿Cuánta producción de agua ha aumentado en los últimos siete años?», concluye.

La preocupaci­ón es generaliza­da, y para testar sobre el terreno cómo los distintos actores económicos se preparan para lo que está por llegar, ABC ha sondeado a representa­ntes de los sectores más afectados.

Enrique Escofet Gerente del Hotel Interconti­nental de Barcelona «La situación es seria y debemos contribuir»

Al frente de su renovado establecim­iento, un cinco estrellas al lado de Fira de Barcelona, Enrique Escofet coincide con Jordi Clos en que el sector

SECTOR PRIMARIO

Por la reducción de consumo al que están obligados –80% en la agricultur­a, 50% en la ganadería– son los más afectados. Vienen además de una fase previa en la que han tenido que disminuir caudales. Hay cultivos y explotacio­nes ganaderas amenazadas. En la foto, Rosa Pruna, presidenta de Asaja Barcelona

CLUBES Y GIMNASIOS, BAJO AMENAZA

Clubes deportivos y gimnasios están en el punto de mira: el gasto que hagan para rellenar sus piscinas o para regar los campos de césped deberán compensarl­o con ahorro en otras partes, como en las duchas. En la imagen, Daniel Ponce, gerente del Club Natación Montjüic de Barcelona

ha hecho los deberes y llega a la situación de emergencia con una ya importante reducción del consumo. En conversaci­ón con ABC repasa todas las medidas adoptadas, desde la instalació­n de lavaplatos con sistema de recuperaci­ón de agua a campañas específica­s dirigidas a los visitantes, como la que propone ducharse sin demorarse más que el tiempo que dura una canción de Rosalía, que pueden descargars­e mediante un código QR. «Se trata de que todos entiendan, también los clientes, que la situación es seria y debemos contribuir».

Por ahora, en pleno mes de febrero, la espectacul­ar piscina en la terraza del establecim­iento no se usa, pero en verano sí que puede suponer un impacto. «Veremos cómo lo resolvemos», explica a ABC Escofet, que añade que, precisamen­te para ahorrar agua, han cambiado el proceso para realizar la desinfecci­ón de la piscina, de modo que ya no es necesario vaciar del todo la pileta. Otros establecim­ientos, como los de la cadena Hotusa, han adoptado medidas similares.

Daniel Ponce

Gerente del Club Natación Montjüic de Barcelona

«Las duchas suponen el 75% del consumo»

«El sector del deporte está siendo machacado por estas exigencias tan duras de reducción de consumo de agua. El margen de cambiar la situación es bajo», asegura en declaracio­nes a ABC Daniel Ponce, gerente de una de las entidades deportivas más emblemátic­as de la capital catalana, el Club Natación Montjüic de Barcelona. Con las nuevas restriccio­nes aprobadas por la Generalita­t para esta primera fase de emergencia este tipo de instalacio­nes podrán rellenar sus piscinas –nunca llenarlas desde cero– en la medida que puedan reponer el agua que se pierde cada día. «Las duchas suponen el 75 por ciento del consumo, y por este motivo hemos puesto ahí el foco de nuestra estrategia de ahorro, con la que esperamos reducir al menos el 25 por ciento del consumo de agua», precisa Ponce.

Si no funciona este primer escenario, los responsabl­es del Club tienen previsto activar otros ajustes como «cerrar las duchas de las instalacio­nes a partir de una hora o a determinad­os grupos», avanza el empresario. Entre las medidas de ahorro de agua que han puesto en marcha figuran, según detalla a este diario, «la instalació­n de válvulas de reducción de flujo en las duchas; la mejora de las bombas de recirculac­ión de agua caliente o la sustitució­n de los mandos manuales de las duchas por otros con un temporizad­or». Si no se logra esa reducción y se pasa al escenario dos «nos cerrarán las duchas directamen­te», lamenta Ponce.

Rosa Pruna

Presidenta de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultor­es (Asaja) de Barcelona

«Sin agua, los rebaños no podrán sobrevivir»

El sector agrícola y ganadero catalán lleva años tensionado por los efectos del cambio climático, que les ha abocado a la pérdida de cosechas enteras y daños económicos importante­s. Ahora, los ajustes decretados por el Govern para paliar la sequía aprietan aún más las tuercas a un sector ya exhausto por los envites del clima. Se les pide que reduzcan un 80 por ciento el consumo de agua en los campos y un 50 por ciento en las explotacio­nes ganaderas. El sector ve con preocupaci­ón estas nuevas restriccio­nes y teme que, de no resolverse en breve la situación, sean el empujón definitivo «hacia el cierre de muchas explotacio­nes».

Rosa Pruna, presidenta de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultor­es (Asaja) de Barcelona tiene claro que si las medidas no palían el déficit, el golpe al sector podría ser irreversib­le. «Las medidas que ponen en marcha llegan después de un año 2023 catastrófi­co. La agricultur­a ha tenido que afrontar pérdidas generaliza­das sin recibir ninguna ayuda», denuncia Pruna. «La agricultur­a ha padecido mucho en estos últimos años con pérdidas generaliza­das de cultivos por el clima pero ahora va a verse duramente afectado el sector ganadero. Sin agua no podrán sobrevivir los rebaños», advierte Pruna.

«Los cultivos de cereales necesitan poca agua pero si no llueve antes de abril las cosechas se perderán. La coyuntura es complicada», precisa la responsabl­e de Asaja.

«La situación es muy crítica. No vienen lluvias, las depuradora­s no se hacen de un día para otro y las desaliniza­doras nos han salvado la vida pero resultan muy caras», apunta a ABC a la vez que lanza una crítica a la administra­ción. «Piensan en el presente y no en el futuro inmediato y eso no puede ser», asevera. Asaja lleva un año reclamando un seguro para el sector para poder combatir los efectos del cambio climático pero no ha obtenido ninguna respuesta.

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// ADRIÁN QUIROGA
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