Más de 500 sanitarios de Baleares se alían para atender sólo en catalán
▶Crean un decálogo de «conducta» que impone la lengua cooficial aunque les «respondan en castellano» y sólo cambiarla si el enfermo se queja
Llevarán una chapa distintiva y evitarán el uso del castellano en su día a día. Médicos, enfermeras, celadores y administrativos que trabajan en la sanidad de Baleares se han organizado para imponer el uso del catalán cuando traten con los pacientes, compañeros e instituciones. El objetivo de este grupo, al que se han adherido unas 500 personas, es hablar en catalán «aunque» su interlocutor «responda en castellano», y cambiar de lengua únicamente si el enfermo se queja.
Bautizados como ‘Sanitarios por la Lengua’ y apoyados por la Obra Cultural Balear (OCB), principal entidad independentista de las Islas, el movimiento se reconoce «inquieto» ante el «abandono progresivo» del catalán en la sanidad.
Estos trabajadores se identifican con una chapa en la bata –que reza «haz servir tu lengua»– y acatan un decálogo de «patrones de conducta» confeccionado ante la «urgencia» por el decreciente uso del catalán. Reivindican su derecho a «sufrir» también en catalán.
El primer ‘mandamiento’ de su decálogo ordena «dirigirse en catalán a los profesionales sanitarios, de entrada, aunque respondan en castellano». Del mismo modo, atenderán en catalán a los pacientes y sólo cambiarán de lengua «si lo piden».
Entienden estos profesionales que no será suficiente que el paciente se dirija en castellano para responderle en esta lengua, sino que deberá pedir expresamente al sanitario un cambio de lengua. Esta petición implica poner a estos pacientes castellanohablantes en la diana ante la Plataforma per la Llengua, que se dedica, entre otras cosas, a señalar públicamente las llamadas «agresiones lingüísticas» en sus redes sociales e informes anuales.
No sólo en sus comunicaciones orales, los sanitarios que declaran su «amor por el catalán» proponen también usarlo en las sesiones clínicas, cursos y reuniones de profesionales, así como en la historia clínica, tanto en los hospitales como en los centros de salud, y en los informes de derivación y peticiones de pruebas.
«Escribamos los informes de ingreso, altas o consultas en catalán», urgen, extendiendo la orden también al trato con las instituciones y los organismos administrativos, «incluso cuando respondamos a una comunicación en castellano», recalcan. Este grupo de sanitarios «comprometidos con el catalán» sostiene que la inmensa mayoría de los documentos del IB-Salut está en castellano. Por ello, propone tener disponibles en las consultas los consentimientos informados y hojas informativas en catalán, así como «los certificados que nos soliciten tanto pacientes como administraciones». Por último, se comprometen a usar el «catalán normativo» y con un «nivel de formalidad adecuado».
La Plataforma per la Llengua se dedica, entre otras cosas, a señalar públicamente «agresiones lingüísticas»
«Es un derecho»
Uno de los más reivindicativos de este grupo es Marc Bonet, anestesiólogo del Hospital Son Llàtzer de Palma, quien ejerce como coordinador de la plataforma y cabeza visible. Bonet, que estudió Medicina en la Universitat Autónoma de Barcelona y trabajó en el Hospital Universitario Vall d’Hebrón antes de volver a Mallorca a trabajar, reivindica que «el centro de la relación sanitariopaciente es la comunicación» y, por tanto, «que se pueda hacer en la lengua pro
pia es un derecho y una necesidad del paciente» porque «la expresión de todo sufrimiento debe poder estar en la lengua en la que uno vive, siente y piensa».
Tanto Bonet como sus compañeros alegan que lo que les «importa» es «ejercer bien la profesión». Defienden «el derecho de los pacientes isleños a poder comunicarse en todo momento en la lengua oficial que deseen», si bien en su argumentario únicamente reivindican el derecho del «paciente isleño catalanohablante» a ser «atendido en catalán».
En su presentación en la sede de la entidad soberanista Obra Cultural Balear, en Can Alcover, el grupo culpó directamente del supuesto retroceso del catalán a forasteros y autóctonos poco comprometidos con la lengua. Dijo que se debía a «la incorporación de un número sustancial de profesionales que no conocen el catalán» y a «los profesionales catalanohablantes –tanto de origen como de adopción– que hacen un uso muy restringido en sus puestos de trabajo».
Ya no es un requisito
La plataforma de Sanitarios por la Lengua se opone a que el catalán haya dejado de ser un requisito (obligatorio) para trabajar en el Servicio Balear de Salud (IB-Salut). Esta exigencia fue aprobada en la anterior legislatura por la socialista Francina Armengol y sus socios nacionalistas de Més, y se suprimió en agosto tras la llegada al poder del gobierno de la popular Marga Prohens. Ahora el catalán es un mérito que no impide la contratación y fidelización de médicos y especialistas en Baleares y que ha permitido por primera vez en mucho tiempo cubrir el servicio de Oncología del hospital Can Misses, donde sólo había un profesional en activo de una plantilla de cinco.
Pese a que el catalán era un elemento disuasorio en la sanidad pública y así lo alertaron los principales sindicatos sanitarios como Simebal o Satse, la OCB ha emprendido una cruzada contra la supresión del requisito lingüístico. De la mano del PSOE y los independentistas de Més per Mallorca, la OCB ha llevado ante el Tribunal Constitucional esta medida del PP al considerar que vulnera el régimen de cooficialidad lingüística y el derecho de los ciudadanos a usar la lengua catalana en sus relaciones con la Administración sanitaria. El TC ha admitido a trámite el recurso y la medida, aún en vigor, está pendiente de su pronunciamiento.
Desde la llegada al poder del PP a Baleares, la Obra Cultural Balear, entidad afín y multi subvencionada por el anterior gobierno de Armengol, ha exhibido una fuerte oposición contra las medidas lingüísticas del gobierno de Prohens. Además de movilizar a los sanitarios, la OCB ha llamado a la movilización de los docentes para boicotear la aplicación de la libre elección de lengua en las escuelas el próximo curso.