Julio Berbel: «La sequía de los 90 fue más intensa; esta es más larga»
El experto aboga por más inversiones para preparar el próximo ciclo de falta de lluvia
El catedrático de Economía Agraria de la Universidad de Córdoba, Julio Berbel, es una de las voces más escuchadas cuando se habla de agua y sequía. También es de los más didácticos y directos a la hora de explicar la situación más cercana. Y su conocimiento no es puramente teórico. Implica la presencia práctica. Berbel formó parte del gobierno municipal del PP que tuvo que gestionar la parte crítica de la anterior gran sequía, la de mediados de los noventa, cuando el Ayuntamiento de la capital se negó a secundar las presiones que llegaban desde Sevilla para cortar el agua.
Berbel, que forma parte del comité de sequía que asesora al presidente de la Junta, tiene opinión sobre el debate de restricciones sí o no cuando llegue el verano que se ha generado en las últimas semanas. Considera que, si no cambia la situación hidrológica, se podrá volver a la situación a la que se llegó hace ahora casi treinta años cuando la calidad del agua que salía por los grifos era mucho peor. Y eso fue, explica, porque empezaron a apurarse los pantanos tirando del recurso que había en el fondo «y se tuvo que reducir la presión durante el horario nocturno».
El experto asegura que, con los datos en la mano, la sequía de los noventa «fue más intensa» y ésta está siendo «más larga». La diferencia estriba en que el sistema dio signos de agotamiento al quinto año de sequía en los noventa mientras que ahora llevamos siete años de precipitaciones reducidas con un sistema que, en líneas generales, aguanta. «Y eso es porque se han hecho cosas bien aunque haya que seguir haciendo cosas», manifiesta.
La diferencia hidrológica, explica, entre ambos ciclos estriba en lo espaciado de las lluvias. Ha llovido poco y con tanta diferencia de tiempo entre borrasca y borrasca que «los arroyos no corren y los pantanos no recargan». En este sentido, recomienda, «el que crea, que rece». Porque la primavera va a ser fundamental para saber cómo evolucionan los acontecimientos. El profesor Berbel pone el ejemplo de 2008 cuando, ante una situación muy comprometida, llovió lo suficiente como para sortear la crisis.
En estos momentos, asegura, nadie tiene una bola de cristal. «Ni siquiera la Aemet», explica, sobre la situación de indefinición que llegan con los pronósticos de la agencia oficial de meteorología. «Para esta primavera, ha dado un tercio de posibilidades de que sea húmeda, un tercio de que sea seca y un tercio de que sea normal», asegura. Obviamente, eso y no decir nada es lo mismo.
La reclamación de inversiones que se realiza desde instancias oficiales y expertos constituyen a estas alturas una fórmula para hacer frente a la próxima sequía. Berbel explica que algunas de estas cuestiones deberían haberse afrontado desde hace años de forma que, actualmente, se podría estar aliviando de otra manera la situación de déficit hídrico.
En Córdoba capital, y con los niveles de bajas pérdidas y consumo controlado, el mayor esfuerzo se tiene que realizar, sobre todo en las redes de riego, que están antiguas. En la zona norte, el catedrático de Economía Agraria recuerda que ya Manuel Chaves reclamaba la habilitación de Puente Nuevo como embalse apto para el abastecimiento de la zona Norte (se apostó por La Colada). «Y eso ocurrió hace treinta años, no es cosa de ahora», explica. La razón de la inversión era contar con una alternativa de abastecimiento cuando lloviese en la cuenca del Guadalquivir (en la que está Puente Nuevo) y no lo hiciese en la del Guadiana (de la que depende La Colada). «Puente Nuevo debería estar ya en fase de planificación», asegura Berbel. En los municipios de la provincia, el esfuerzo tiene que hacerse en renovación de redes obsoletas.
Recuerda que Puente Nuevo es una demanda desde Manuel Chaves y que hay que invertir en mejorar las redes obsoletas