Europa no logra tipificar el sexo sin consentimiento como el nuevo delito común
▶ Se desmarca de las políticas españolas por la fuerte resistencia de seis países
Acuerdo sobre una base de mínimos o pasar de legislatura europea (hay elecciones en junio) sin lograr el titular histórico de que los Veintisiete regulan las primeras normas y sanciones comunes sobre la violencia machista. Era la diatriba a la que se enfrentaban en sus últimas reuniones los ponentes del Consejo y el Europarlamento y se han decantado por la primera opción, habida cuenta de la férrea resistencia que presentaron varios países. Tal y como explicaba recientemente en un encuentro de la Fundación Alternativas la jurista Claudia de Mesa –autora del informe ‘La lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica’– la importancia del acuerdo era tal que por primera vez, de lograrlo, se traspondría a todos los reglamentos nacionales. Algo que no consiguió el Convenio de Estambul sobre los derechos de las mujeres pese a ser ratificado por la mayoría de países del continente. No obstante, De Mesa, asesora en La Moncloa, añadió que lo más improbable era que se lograse poner sobre el papel una tipificación común del sexo sin consentimiento, el «mismo debate al que se enfrentó España con la ‘ley del solo sí es sí’», recordó.
Finalmente en nuestro país sí se introdujo una definición del consentimiento en positivo, y no invirtiendo la carga de la prueba como se reguló en un primer momento por el equipo del Ministerio de Igualdad de Irene Montero, pero tras más de dos años de discusión en el seno del Europarlamento, eso no ha despertado el consenso de los Veintisiete. Según explicaron ayer las ponentes de este acuerdo informal, la conservadora Frances Fitzgerald y la socialdemócrata Evin Incir, trece países acabaron por dar el ‘sí’ total a que todo sexo no consentido sea violación, pero hubo seis que se negaron a modificar sus legislaciones penales para abordar este asunto tan delicado como una materia comunitaria y no como una competencia estrictamente nacional. Francia, Alemania, Países Bajos, Hungría, Polonia y República Checa amenazaron incluso con que descarrilase el acuerdo.
Ciberodio a la mujer
Con la entrada en vigor de la nueva normativa, que necesita aún el visto bueno del pleno de la Eurocámara y del Consejo para ser adoptada formalmente, la UE penalizará por igual delitos como el ciberacoso, la difusión y el intercambio no consensuado de imágenes íntimas, el matrimonio forzoso, la mutilación genital femenina y la incitación al odio o la violencia contra la mujer a través de internet. También incluirá, según recoge el comunicado del Parlamento Europeo, «una lista más larga de circunstancias agravantes de esos delitos».
Asimismo, se armonizarán entre los Veintisiete la jurisdicción y los plazos de prescripción de los delitos, algo sobre lo que ahora mismo las legislaciones tienen un enorme guirigay. Habrá normas mínimas para los derechos de las víctimas y medidas para su protección y apoyo, por ejemplo, obligando a las autoridades a evaluar desde el primer contacto con la víctima el riesgo que representa el sospechoso para poder adaptar las medidas de protección de la víctima, incluidas órdenes de alejamiento o protección de emergencia, se explicó ayer en una conferencia que encabezó el español Juan Antonio López Aguilar (presidente de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior del Parlamento Europeo).
Entre las medidas se armonizarán las agravantes y las medidas de protección para las víctimas de malos tratos