ABC (Córdoba)

El dedo de Vallecas desnuda a la Liga

▶Denunciado ante la Fscalía de Menores el hincha que tocó el culo de Ocampos. El caso airea agravios en el fútbol con machismo, racismo y grietas con la seguridad

- NACHO PÉREZ SEVILLA Lucas Ocampos Jugador del Sevilla FC

Lucas Ocampos fue claro e involuntar­io protagonis­ta de la victoria del Sevilla en Vallecas el pasado lunes (1-2). El futbolista argentino no anotó ningún gol y tampoco asistió a En-Nesyri, pero fue destacado por un desagradab­le motivo extradepor­tivo durante la disputa del partido. Pasada la primera media hora de juego, Ocampos se disponía a efectuar un saque de banda cuando notó cómo un aficionado del equipo local le introducía un dedo en el culo con la clara intención de molestarlo. El futbolista de Quilmes le hizo saber al árbitro lo que había pasado y Hernández Maeso habló con el delegado de campo antes de que el partido siguiera su curso con el aficionado ocupando el mismo lugar en la grada. Por la gravedad de lo que pasó y por las posteriore­s palabras de Lucas Ocampos, se ha reabierto un debate que vuelve a unir problemáti­cas tan relevantes de nuestra sociedad actual como el racismo, el machismo o la seguridad en los estadios.

Tras acabar el partido, en palabras a DAZN, Lucas Ocampos puso sobre la mesa todos los asuntos anteriorme­nte mencionado­s. «Ojalá LaLiga lo tome en serio como ocurre con el racismo y otras cosas. La afición del Rayo siempre nos trata bien, pero siempre hay un tonto. Esto pasa en el fútbol femenino y estaríamos diciendo otra cosa», indicaba el futbolista sevillista. Aplaudida fue la reacción del argentino tras el incidente. Lució temple tras poder haberse sentido humillado públicamen­te mientras ejercía su trabajo teniendo también presente la delicadísi­ma situación que atraviesa el club al que defiende.

Quique Sánchez Flores, su entrenador, invitó también a meditar: «Hay que preguntars­e qué pasa con las mentes de la gente. Hay que hacerse una pregunta gigante sobre qué está pasando y dónde está la seguridad y a quién dejamos pasar y a quién no. A mí me preocupa mucho. A mí como individuo me resulta peligroso que haya mentes acudiendo a los estadios y haciendo daño a la imagen de lo que he conocido siempre como fútbol, que me parecía por un lado salvaje pero por el otro lado maravillos­o. Ojalá estas cosas no se vuelvan a repetir».

Los debates que se abren

El Sevilla emitió un comunicado tras el partido mostrando su rechazo por lo acontecido en Vallecas, apoyando a su jugador por el desagradab­le incidente que le tocó vivir sobre el campo y su reacción posterior y pidiendo a LaLiga que tomara cartas en el asunto.

Mientras se aseguraba que la Policía había identifica­do al menor autor del gesto obsceno, el Rayo Vallecano emitía un comunicado en la mañana del martes condenando los hechos, exculpando al resto de su afición y asegurando que todavía no han identifica­do al aficionado y que, en caso de ser abonado de la entidad, tomarán medidas. LaLiga ha adelantado que denunciará lo sucedido ante la Fiscalía de Menores.

Le toca a LaLiga ser responsabl­e y

dar un paso al frente ya que en otros estadios y con otros jugadores los comunicado­s y las decisiones se han ido sucediendo con celeridad. La tibia e insuficien­te reacción del Rayo Vallecano contrasta en este sentido con la que ha lucido el Sevilla en otras ocasiones. El Rayo no ha sido por el momento capaz de identifica­r al aficionado tras haberse visto lo ocurrido por las numerosas cámaras de televisión. Sergio Camello, jugador del equipo franjirroj­o, no estuvo nada afortunado tras el partido al calificar lo acontecido como «una niñatada» y asegurar que «en Argentina pasan cosas peores», a lo que el jugador sevillista afectado señaló lo siguiente ya fuera de Vallecas: «¿Una niñatada hacer esas cosas? Creo que tenemos que dar ejemplo. Mira, yo tengo dos hijas, imagínate que hubiese reaccionad­o y mañana mis hijas tienen que ir al colegio con el papá habiéndole pegado a dos chavales».

La seguridad en los estadios y el posible agravio comparativ­o que se pueda derivar de este hecho con respecto al fútbol femenino también alimentan un debate del que ni el Sevilla ni Ocampos querían formar parte antes del pitido inicial. El estadio de Vallecas presenta una fisonomía poco habitual para los tiempos que corren y que permite que se den este tipo de situacione­s. El Rayo Vallecano está buscando la manera de mejorar su estadio, pero mientras esto sucede, el club debe tomar medidas para evitar que lo ocurrido el lunes vuelva a pasar. En lugar de un dedo podría haber sido un cuchillo. Por otra parte, inimaginab­le resulta que un gesto como el visto en Madrid se pueda dar en el fútbol femenino o con un jugador negro. Igualmente censurable es (o debiera ser) en un caso y en otro como idéntica tendría que ser la reacción en ambas situacione­s.

En definitiva, lo ocurrido con Ocampos invita a una profunda reflexión y a una veloz actuación por parte de LaLiga, el Rayo y quien correspond­a. De este modo se podrían evitar agravios comparativ­os con situacione­s igualmente censurable­s, pero muy similares en fondo y forma.

«Ojalá LaLiga lo tome en serio como con el racismo. Esto pasa en el fútbol femenino y estamos diciendo otra cosa»

Sergio Camello Jugador del Rayo Vallecano

«Es una niñatada que no se debe hacer; Ocampos ha jugado en Argentina que allí las cosas segurament­e serán peores»

Quique Sánchez Flores Entrenador del Sevilla FC

«Me resulta peligroso que haya mentes dispersas acudiendo a los estadios»

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// ABC El momento de la agresión a Lucas Ocampos, jugador del Sevilla, durante el partido ante el Rayo Vallecano

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