Marc Márquez frena la euforia en Malasia
Progresa con su Ducati en el test de Sepang, pero aún ve lejos poder ganar el Mundial
«Estoy cerca, pero no al nivel de los de delante», resumía Marc Márquez a la conclusión del test de Malasia, en el que durante tres días ha podido trabajar en la puesta a punto de su Ducati. Su evolución ha sido positiva, pero aún está algo lejos de Pecco Bagnaia (pulverizó el registro del circuito), Jorge Martín o Enea Bastianini, todos ellos con motos oficiales de la fábrica de Bolonia. El catalán ha descubierto los puntos débiles de su Demosedici GP23 (tiene buen ritmo, pero reconoce problemas cuando trata de realizar una vuelta rápida) y ha podido trabajar en la adaptación tras 12 años pilotando una Honda. Viejos vicios que debe ir venciendo para dominar su nueva montura. «Cuando piloto creo no tener margen de mejora, y como yo ningún piloto, porque después de tres días, vas al límite. Quien diga que no es que engaña, pero lo que sí que me siento es rígido aún encima de la moto. No soy capaz de jugar bien con el cuerpo. Esa ha sido una de las razones de hacer otra carrera al esprint esta tarde, aunque estuviera cansado, para intentar jugar con el cuerpo e ir probando cosas».
Sepang es, además, un circuito que no está entre los que mejor se le dan, pero aún así ha ido de menos a más. El martes se vio mermado por cuatro problemas técnicos y se limitó a probar la ergonomía de la moto y la posición de algunos elementos como las estriberas. Rodó 47 vueltas y acabó noveno. El segundo día, el miércoles, rodó más que nadie, completando 72 giros y trabajando en la puesta a punto de la moto. Se vio con buen ritmo pero con algunos problemas a la hora de realizar una vuelta rápida. Fue 14º. Y este pasado jueves probó dos ‘time-attack’ de dos vueltas cada uno, llegando a situarse el tercero pero acabando sexto. Le embargó una sensación de tranquilidad e ilusión, aunque su
discurso fue prudente. «Salgo satisfecho del test porque la progresión ha sido positiva: no me he estancado en ningún momento, no ha habido pasos atrás, sino que cada día hemos ido mejorando».
Mensaje prudente
Con todo, el ilerdense ha explicado que «hemos trabajado paso a paso, lo que ha sido un punto fuerte, y sin entrar en pánico en ningún momento y sin ponerme nunca nervioso», antes de aferrarse a la experiencia de Jorge Lorenzo
que, tras nueve años y tres Mundiales conquistados con Yamaha, firmó por la fábrica italiana en 2017: «No se adaptaba cuando saltó a Ducati y luego ganó».
Tras la jornada del miércoles se mostró pesimista: «No soy suficientemente rápido para luchar por un Mundial». Unas palabras que no se creen sus máximos rivales. Jorge Martín, actual subcampeón, tiene claro que Márquez estará este año en la pomada: «Está donde yo esperaba, estará muy cerca en Qatar, y quizás listo para la victoria».