Tiempos que matan

Para encontrar monstruos en ‘True detective. Noche polar’ no hace falta adentrarse en lo sobrenatural, basta con sentir la soledad que atenaza a todos en la noche infinita y gélida del lugar más apartado del mundo. La metáfora se hace sola con los tiempos que vivimos, convertidos todos en bloques de hielo a la deriva, chocando contra otros bloques, incapaces siquiera de levantar la cabeza, de mirarnos a la cara. Y así transcurre la vida, inmersos en las pantallas, con todo a golpe de clic pero alejados hasta de nosotros. Con todo al alcance pero sin alcanzar nada. En fin, solos. Sobran los miedos, sí, pero porque lo que faltan son abrazos.

A Truman Capote debe ser que le sobraban. Estaba en el lugar menos apartado del mundo, siempre acompañado, abrigado por gente y también embriagado, de chismes, de perfume... en fin, de cosas. También de sí mismo, como si con eso bastara. «Ya no eres una criatura sexual, tienes una gran vida», le dice a uno de sus cisnes en la nueva serie de HBO. Pero a él la vida se le acabó cuando empezó a contarla. Tenía razón en que nadie dura para siempre, ni la amistad ni él mismo, pero sí las palabras.

La soledad mata, aunque para Esperanza, una señora de 107 años que fue el otro día a ‘Y ahora Sonsoles’, quien mata son los tiempos actuales. «Usted lo ha vivido todo, ¿no?: tres Reyes, la República y Franco», dijo la periodista. Creyó intuir que la señora torcía el gesto pero a la televisión no hemos venido a creer. «Tenía que venir otro como él», pidió Esperanza. Giro. Voltereta. Al brinco de Sonsoles Ónega solo le faltó fuelle para desaparecerse de la cámara. Es lo que tienen los directos, que o la pregunta es la adecuada, como persigue Jodie Foster, o ahí te apañes. «Ahora están matando mujeres todos los días y antes no se veía eso», insistió la anciana.

La escena no la hubiera escrito mejor ni Berlanga. «Con Franco no había libertades y ahora sí. Con Franco, usted bailaba poco. Las mujeres no podían votar, no se podían separar». Sonsoles intentaba reconducir la situación y, de paso, aprovechaba para explicarle el franquismo a una persona que vivió el franquismo. Pero Esperanza venía aprendida de casa: «Es mejor así, matando mujeres y chicos pequeños todos los días. ¿Eso está mejor?». Hay amores que matan, y lo otro son los tiempos.