Sánchez dibuja a Besteiro como un mero conseguidor de inversiones
El presidente dice que si gana su candidato habrá un «hilo directo» entre Xunta y Gobierno
Lleva presumiendo toda la campaña el candidato del PSOE a las elecciones gallegas, José Ramón Besteiro, de que él es el único que, como hipotético presidente autonómico, podría garantizar su «influencia» en el Palacio de la Moncloa, porque ambos ejecutivos compartirían siglas socialistas. Y ayer, en un mitin en Vigo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ahondó sin disimulo en esa tesis de gobiernos amigos: «Que haya hilo directo entre la Xunta y el Gobierno de España va a significar poner la directa en Galicia».
El mitin celebrado en el auditorio Mar de Vigo ante 1.600 simpatizantes, según cifraron los organizadores, es el segundo en el que participa el jefe del Ejecutivo, y no será el último, volcado como está Sánchez con su candidato. Y en esta ciudad, feudo del peculiar pero irreductible alcalde Abel Caballero, donde el PSOE juega en casa, Sánchez insistió en que el único «voto útil para el cambio» y para «gobernar el cambio» es la papeleta con «el nombre del Partido Socialista y el de José Ramón Gómez Besteiro».
«Es importante votar por el cambio, pero tan importante como el cambio es saber en quien depositar el voto del cambio», recalcó Sánchez en un mensaje lanzado tanto al principio como al final de su discurso para que quedara bien claro frente a unas encuestas nada optimistas para los intereses socialistas, con el BNG al alza y el resto de opciones de izquierda a la deriva –PSOE, Sumar y Podemos–.
Pero hubo más de política nacional que de gallega en la intervención del líder del PSOE. Su primera referencia era obligada, el pésame a las familias de los guardias civiles que murieron por la embestida de una narcolancha en Barbate, y un «enorme agradecimiento» por su trabajo al Instituto Armado y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Y, como había hecho en su primer acto de la campaña, en Orense, Sánchez aprovechó el de Vigo para avanzar detalles de la agenda del Consejo de Ministros: el martes aprobará una línea de avales ICO de 2.000 millones de euros para que los jóvenes y las familias que lo necesiten puedan afrontar el pago de la entrada en la compra de su primera vivienda.
Y otro de los ‘leit motiv’ de los discursos de Sánchez cuando pisa tierras gallegas: insistir en sus críticas al líder del PP y expresidente de la Xunta,
Alberto Núñez Feijóo, porque «lo único que hizo –como presidente de la Xunta– fue triplicar la deuda gallega». Y, ahora, como líder del PP, «abrir la puerta a la ultraderecha de Vox». «Mala gestión y malas compañías, ese es su legado», resumió Sánchez desde Vigo.
Abel Caballero, anfitrión
Ejerció de anfitrión el alcalde de Vigo, que se está implicando en esta campaña como nunca lo había hecho en unas elecciones en las que él no es candidato. Su energética intervención se sostuvo en los dos ejes habituales de sus discursos. El primero, la hipérbole como bandera para exaltar las excelencias de su obra de gobierno municipal; por ejemplo, construyendo «el mejor campo de fútbol del mundo», es decir, la reforma del estadio municipal de Balaídos, que arrastra años de retraso. Y «el mejor ascensor al aire libre del mundo», que aún no está operativo. El otro eje de su arenga, el supuesto menosprecio de la Xunta hacia su ciudad, hasta el punto «de intentar dejar a Vigo sin aeropuerto».
Besteiro, por su parte, hizo ayer suya esa teoría ‘caballerista’ de la supuesta desidia de la Xunta hacia Vigo, ciudad que sufre el «maltrato constante» del gobierno autonómico que preside el candidato del PP, Alfonso Rueda. Pero el cabeza de lista del PSOE para el 18 de febrero se esforzó ayer especialmente en reivindicarse frente al BNG, al que las encuestas sitúan muy por encima de los socialistas. Besteiro presumió de que el PSOE es «el cambio seguro y sin estridencias». «No ocultamos lo que realmente somos, todo el mundo nos conoce», añadió.
Pero Besteiro es consciente de que sus perspectivas electorales no son buenas. Y eso le llevó a pronunciar alguna que otra frase en tono derrotista, confiando en «la remontada» para la última semana de campaña. Para intentarlo, los próximos días continuará el desembarco en Galicia de ministros socialistas y del propio Sánchez. Hoy, por ejemplo, esperan a José Luis Rodríguez Zapatero en Ferrol.
El presidente del Gobierno volvió a Galicia para tratar de levantar una campaña que los socialistas gallegos no consiguen remontar