ABC (Córdoba)

Los ERE inundan los despachos laboralist­as en el inicio de 2024

▶Hasta 28 normas aprobadas por Trabajo en sólo dos años atenazan a las compañías y elevan sus costes ▶También son determinan­tes el encarecimi­ento de los suministro­s, de los alquileres y de los créditos

- G. D. VELARDE / J. GONZÁLEZ NAVARRO MADRID

Telefónica presentó por sorpresa a finales del año pasado tres ERE (Expediente­s de Regulación de Empleo) en sus empresas Telefónica de España, Telefónica Móviles y Telefónica Soluciones, que afectarán finalmente a 3.640 trabajador­es. El plazo de adhesión voluntaria terminó el jueves y se han apuntado 247 empleados más de los pactados. Hace unos días, el grupo sueco H&M anunció la apertura de un procedimie­nto de despido colectivo en España por causas organizati­vas y económicas, que conllevará el cierre de 28 tiendas y afectará a 588 trabajador­es. Bimbo desveló a principios de este año su intención de cerrar la planta de Alicante, donde trabajan un centenar de personas. Ford planteó esta misma semana un nuevo ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) en Almusafes hasta finales de abril que afectaría a 750 trabajador­es y Danone España cerrará la fábrica de Parets del Vallés, con 157 trabajador­es. Esta misma semana, los nuevos propietari­os de Marina d’Or, el grupo Fuertes y Magic Costa Blanca, han presentado un ERE que afectará a 77 trabajador­es, el 7% de su plantilla.

Estos son casos de empresas muy conocidas que han aparecido en los medios en los últimos meses, pero hay mucha mediana y pequeña compañía que está en proceso de reestructu­rar sus plantillas, según confirman a ABC distintos despachos de abogados especializ­ados en asuntos laborales.

En la mayoría de los casos, estas compañías vinculan los procesos de ajuste de plantilla a una fuerte erosión de su posición financiera en los últimos años, debido primero a la tormenta perfecta de desequilib­rios geopolític­os que ha desembocad­o en una crisis de inflación sin precedente­s y que ha elevado en un 25% los costes de producción –según datos de Cepyme–, pero también por el aluvión de costes laborales que ha impuesto el Gobierno a través de algunas de las últimas normas aprobadas. Sin ir más lejos, la segunda fase de la reforma del sistema de pensiones acarreará un incremento de los costes laborales de 5.000 millones de euros para las empresas –por el alza de las bases máximas y la nueva cotización del mecanismo de equidad intergener­acional–, que se ha visto redondeado con el alza del salario mínimo interprofe­sional (SMI) en un 5%, que añadirá otros 3.000 millones de costes para las empresas con personal vinculado a esa referencia.

La coyuntura podría agravarse, además, a lo largo de la presente legislatur­a, en la que el Ministerio de Trabajo ya ha avanzado que pretende abordar una reducción de la jornada laboral, con el objetivo de acortar de 40 a 37,5 horas semanales la jornada máxima permitida por ley. Una reducción que según advierten los economista­s consultado­s por ABC en el caso de afectar a la totalidad de la población ocupada podría elevar los costes laborales en otros 64.000 millones. Y en espera está también la esperada reforma del sistema de indemnizac­iones por despido, que el gabinete dirigido por la vicepresid­enta Yolanda Díaz ha anunciado como parte de su plan normativo, y que pretende vincular el coste de la reparación en caso de ceses injustific­ados a la situación individual del afectado, al tiempo que abre la puerta a cuantías mayores al actual sistema tasado de 20 días por año trabajado.

Esta cuestión económica, señalan los expertos de Hays –empresa especializ­ada en gestión de recursos humanos– es la que más preocupa a los empleadore­s de cara a la expansión de los negocios. Un 36% de las empresas encuestada­s sobre tendencias para el presente ejercicio apuntan a esta circunstan­cia como el principal obstáculo para su actividad.

Más despidos colectivos

«Tengo varios ERE encima de mi mesa», afirma Montse Rodríguez, socia directora del área Laboral en BDO Abogados. «Hasta ahora era un pequeño goteo, con algún despido individual, el cierre de una tienda, la simplifica­ción de la estructura directiva..., pero el incremento de los costes laborales, de los energético­s y la subida del SMI hacen insostenib­le la vida de, sobre todo, las empresas más pequeñas», explica. Y añade que, «por ejemplo, el pequeño comercio tiene más costes (materiales, transporte, alquiler) y menos ventas, por lo que no puede repercutir en sus artículos esos incremento­s».

Una de las quejas que exponen los empresario­s que acuden a BDO Abogados es que la reducción de la jornada laboral hasta 37,5 horas generará más costes para las compañías. También la subida del SMI a 1.323 euros. «El SMI no está bien definido, debería ser por facturació­n. Somos un país de turismo y de servicios, cuyas empresas difícilmen­te aguantan incremento­s del salario mínimo», afirma Montse Rodríguez, que augura un aumento de los ERE.

«El año ha empezado fuerte, tengo ya varios ERE en la agenda», dice Jorge Aranaz, socio de Laboral de Cuatrecasa­s. «Sobre todo son empresas pequeñas, de entre 50 y 100 empleados, que llevan un tiempo ajustándos­e con, por ejemplo, reduccione­s de salarios». Aranaz cree que a partir del segundo trimestre se acentuarán estas medidas y afirma que uno de los temas que más preocupan a los empresario­s es la anunciada rebaja de la jornada laboral. «Para las empresas intensivas, con tres turnos de ocho horas, supone un gran problema de organizaci­ón y un incremento de los costes laborales».

También se quejan los empresario­s de la complejida­d legislativ­a. Sobre la reforma laboral y las nuevas medidas anunciadas, este prestigios­o abogado afirma que «el Ministerio de Trabajo

elabora más medidas de las que hacen falta» y, sobre la ruptura del diálogo social, explica que «la imposición agresiva va horadando cualquier negociació­n futura; es malo para todas las partes».

En esta línea, asegura el socio director de Labormatte­rs, Alfredo Aspra, que efectivame­nte la tendencia en 2024 está siendo de elaboració­n de planes de contingenc­ia «de todo tipo». Y aunque admite que se están poniendo sobre la mesa varias fórmulas para elaborar ajustes como el ERE –siendo el sector tecnológic­o uno de los que va más anticipado en estos procesos, ya que la mayoría los concluyó el pasado 2023–, señala que también se están produciend­o numerosos procesos sobre flexibilid­ad interna y de revisiones salariales en las compañías.

Insegurida­d jurídica

Señala como elemento catalizado­r de esta coyuntura la fuerte incertidum­bre que ha aflorado entre los empleadore­s el tsunami legislativ­o que ha propiciado el Gobierno. «Se han aprobado 28 medidas laborales desde el estallido de la pandemia», dice Aspra advirtiend­o de que esta circunstan­cia atenaza y asfixia a los negocios al adaptarse a la nueva legislació­n.

«Los ERE están concentran­do las consultas de las empresas que se plantean abordar planes de reestructu­ración», explicaba recienteme­nte Álvaro García, socio de Everfive, en una conversaci­ón con ABC sobre esta tendencia. De hecho, si analizamos la última entrega estadístic­a del observator­io del Ministerio de Trabajo sobre procedimie­ntos de ajuste de plantilla se observa un fuerte repunte en el apéndice específico a despidos colectivo. A mes de noviembre de 2023 –último dato disponible– había en España 3.204 trabajador­es afectados por un despido colectivo, un 40% más que en el mismo periodo del año anterior, la mayoría en el sector servicios.

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// CATI CLADERA Protesta de empleados de la planta de Bimbo en Palma
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