Problemas con el sacerdocio
«Muchos se quejan de soledad y de que el mundo de hoy está secularizado»
La situación de los sacerdotes preocupa en el Vaticano y no sólo en el Vaticano. Es lo que se desprende del Simposio que allí se ha celebrado en estos días y también de unas recientes declaraciones del prefecto del Dicasterio del clero, el cardenal coreano Lazzaro You Heung-sik: «Muchos sacerdotes se quejan de soledad y también que el mundo de hoy está muy secularizado». «Para avanzar –añadió–, es necesario cuidarse mutuamente, ya sean ancianos o jóvenes, y convertirse así en un don para los demás».
Las noticias que aparecen en los medios sobre el sacerdocio no suelen ser precisamente halagüeñas. Más bien síntoma de algunos de los procesos que están influyendo en el estado del clero. Pongamos algunos ejemplos de esta semana. En la católica Irlanda, el número de sacerdotes y miembros de órdenes religiosas ha disminuido en un 70 por ciento desde 1970. En los últimos tres años, más del 25 por ciento de los sacerdotes han muerto. La edad promedio está muy por encima de 70. Situación no muy distinta de la de España. La identidad sacerdotal no reside en el celibato. Sorprende que monseñor Charles Scicluna, arzobispo de Malta y secretario adjunto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, se prodigue en declaraciones pidiendo el fin del celibato. Lo que ha generado una marea de contestaciones, entre ellas la del obispo español, de Alicante, monseñor José Ignacio Munilla.
Desde un punto de vista teórico, asistimos en la sociedad a un proceso de mutación de las mediaciones personales y sociales. El sacerdote es mediador, también sacramental, entre Dios y los hombres actuando en persona de Cristo. El hecho de que los sacerdotes estén en otra intersección, por un lado con los obispos, y por otro con los fieles, en un momento de crisis de autoridad, agudiza los problemas. Otra causa añadida quizá sea la de que estamos inmersos en un momento de reformulaciones en la Iglesia. No hace mucho la propuesta de lo que es un sacerdote parecía estar clara y se enseñaba como tal. Hoy, no tanto. Unos lo llaman adaptación, otros confusión. Los curas, en medio.