ABC (Córdoba)

El Atlético se queda sin pólvora

▶Los de Simeone culminan una semana horrible con otro partido a cero y también se complican la cuarta plaza

- JAVIER ASPRÓN

Acero contra el Athletic. A cero frente al Sevilla. Al Atlético, de repente, se le ha fundido la luz que alumbra los goles y termina una semana horrible en la que se ha complicado de golpe tanto la Copa como la Champions del año que viene. La impericia ante la portería contraria le hace sucumbir en Nervión ante un buen Sevilla que revive de golpe con Quique, dos partidos ganados por primera vez en toda la temporada. Primer triunfo en casa en cinco meses. Sin confianzas, pero el descenso se aleja y el futuro se aclara para ellos.

El Pizjuán no deja de rugir por su equipo pese a la temporada aciaga. Nunca falla la afición sevillista, enardecida al son de su himno desde el principio. Ayuda la última victoria en Vallecas, un chute de confianza que anima al Sevilla a morder desde el pitido inicial. Hay fútbol de ritmo vertiginos­o, sin demasiada elaboració­n. Un completo desafuero. Y empiezan a sucederse los acontecimi­entos sin tiempo de coger aire.

Simeone sorprende con la presencia de Gabriel Paulista en el once, inédito aún el brasileño con la camiseta rojiblanca. Se coloca en el centro de la zaga, de libre, y no tarda mucho en hacerse protagonis­ta, pues salva el pellejo a Barrios después de cortar un contragolp­e peligroso montado a partir de una pérdida del canterano.

Se le acumula el trabajo el nuevo zaguero. También a Witsel y Hermoso, que sufren ante las rápidas acometidas del Sevilla. Oblak aparece por primera vez en un disparo raso y lejano de Acuña que lo obliga a meter la manopla para despejar con apuros. En la siguiente ya no puede hacer nada. En el primer saque de esquina del partido llega el gol de los locales, que se imponen en todos los duelos. Después de elevarse por encima de Morata, es Ocampos quien prolonga en el primer palo. Y tras superar a Koke, le toca a Isaac rematar a la red el balón en el segundo. En la jugada queda conmociona­do el capitán colchonero, golpeado en la cabeza primero por Oblak y luego por el poste.

El gol hace justicia al partido, y también a Isaac. El lebrijano es un torbellino y no ha podido caer más de pie. Son cinco partidos en Primera, tres goles. Y otros dos en Copa. Un acierto para apuntar en el haber de Quique, que con el gol transmuta su aspecto lánguido, el porte melancólic­o de capitán de barco mercante, por otro mucho más eufórico.

No hay descanso tras el gol. La respuesta del Atlético es inmediata, con un cabezazo al palo de Morata que el juez de línea marca en fuera de juego. Tampoco se arredra el Sevilla, que obliga a Oblak a realizar otra parada salvadora. Es tras un mal despeje de Barrios, que sin querer asiste desde su área a Óliver. El centro lo remata Isaac.

Hay lucha encarnizad­a, mucho golpe de piernas y polémicas en las áreas. El Atlético reclama un posible penalti a Morata por un empujón de Acuña. Poco después es el Sevilla quien también pide su pena máxima por una posible falta a En-Nesyri de Barrios, que sigue acumulando papeletas para quedarse en el banquillo tras el descanso.

Se cierra el primer acto con el Atlético asediando el campo rival, pero con las ocasiones cayendo aún del lado sevillista, ahora a la contra. De nuevo le toca a Oblak ejercer de salvador ante un disparo cruzado de Óliver. La asistencia la da, cómo no, un Isaac desatado.

Y todavía da tiempo para que Nyland le gane un mano a mano a Morata. Y que el delantero se marche llorando del campo con un fuerte golpe en la rodilla que hace temer lo peor... Por fin, Iglesias Villanueva manda a los jugadores a la caseta a bajar las pulsacione­s. Ha sido una primera parte extrema.

A la vuelta de los vestuarios no están ni Morata ni Barrios. Sí Nahuel y Memphis, que rozan el tanto del empate en una jugada muy desafortun­ada para el Atlético. Será así durante toda la segunda parte. Los de Simeone aún se ven con fuerzas para meter una marcha más y convierten el partido en un correcalle­s, pero el acierto ofensivo que habían consolidad­o esta temporada no aparece por ningún lado.

En situacione­s de crisis, el Atlético busca con ahínco a Griezmann, pero tampoco llega la inspiració­n del francés. No baja el ritmo, pero con los minutos crece el desacierto. Los de Simeone podrían haber estado otros noventa minutos insistiend­o, que ni aun así.

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// REUTERS Isaac Romero, tras anotar el tanto de la victoria del Sevilla ante el Atlético

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