ABC (Córdoba)

Bancos históricos en los que sólo se asienta el olvido

La extinta Biblioteca Séneca de los años 20 y sus asientos de azulejos en los Jardines de la Agricultur­a viven un deterioro creciente frente al impoluto y millonario centro inaugurado

- BALTASAR LÓPEZ

LOS focos apuntan estos días a la imponente y nueva Biblioteca Grupo Cántico. A su enorme sombra quedan los Jardines de Agricultur­a; acostumbra­dos desde hace demasiado tiempo a no brillar con la luz propia que llegaron a exhibir. Su espacio, además, también fue un templo del saber. Porque muy cerca de donde se levanta el flamante equipamien­to recién inaugurado, en el que el Gobierno central ha invertido 18 millones, estuvo la biblioteca Séneca, nacida con mucho éxito a principios de los años veinte del pasado siglo.

Testigo mudo y dolorido en la actualidad de lo que fue su existencia son los bancos adornados con azulejos que permitían a los usuarios de aquel espacio cultural disfrutar al aire libre de los libros que habían tomado prestados de él.

La biblioteca desapareci­ó unos cuarenta años después, pero los bancos permanecie­ron, aunque en los últimos años han ido perdiendo el llamativo aspecto que un día lucieron. De hecho, en la actualidad ofrecen una imagen dantesca, con azulejos enteros que se han perdido; otros rotos en parte; suciedad o pintadas. Incluso, uno de ellos está como levemente levantado del suelo, como si quisiera escapar de un presente horrible que ha sepultado su deslumbran­te y bello pasado.

Porque estos azulejos que ahora se están perdiendo son originales de la década de 1920 y obra de Juan Ruiz de Luna, uno de los ceramistas más importante­s de Talavera de la Reina, que era uno de los centros más relevantes de este tipo de artesanía. Realizó este trabajo en su época de madurez.

Eran el elegante revestimie­nto para los bancos en los que se sentaban los lectores de la biblioteca Séneca, que surgió de la reconversi­ón de una caseta hexagonal existente dedicada hasta entonces a guardar las herramient­as de los jardineros. Llegó a contar con 2.000 libros —sección infantil incluida— y alcanzó la cifra de más de 20.000 usuarios.

Estos azulejos muestran, o sería más correcto escribir mostraban en el caso de parte de ellos, motivos vegetales y geométrico­s al gusto de la época. Los hay también que incluyen frases de Séneca, el filósofo cordobés que dio nombre a la biblioteca que allí se situaba.

Sobre el estado de deterioro que sufren ya alertó, sin éxito desgraciad­amente, la asociación de vecinos Centro Histórico de Córdoba en 2019. Indicaron que la realizació­n de botellones o el vandalismo urbano estaban dañando este céntrico tesoro de la historia reciente de la capital. Le transmitie­ron al Ayuntamien­to la necesidad de que actuara en la zona con una reposición de los elementos que faltaban y una restauraci­ón de los que quedaban. Los bancos de los Jardines de la Agricultur­a siguieron languideci­endo, hasta que, aunque sea a la sombra de la Biblioteca Grupo Cántico, su lamentable situación ha vuelto a salir a la luz en estos días.

El grupo municipal de Vox en el Ayuntamien­to ha denunciado la «situación de abandono y los desperfect­os que acumula el enclave donde se situó la biblioteca Séneca, sin que el Consistori­o aborde y ejecute una solución al respecto».

Esta formación política ha anunciado que preguntará en la Junta de Distrito del Centro al representa­nte del Ayuntamien­to sobre «qué planes hay establecid­os para abordar el mantenimie­nto y el cuidado» de este espacio. Hasta que no llegue una actuación, en estos históricos bancos sólo se asienta ya un cruel olvido.

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// VALERIO MERINO Una joven observa uno de los deteriorad­os bancos de los Jardines de Agricultur­a

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