Un análisis de sangre podría predecir el riesgo de demencias
Identificar años antes de que aparezcan enfermedades como el alzhéimer o la demencia podría ser posible según apuntan dos investigaciones independientes publicadas ayer en ‘Nature Aging’ y en la revista ‘Neuron’. Por vías completamente diferentes –a través de las proteínas en sangre y genes alterados–, las dos investigaciones llegan a una conclusión similar: las señales están ahí, solo hay que saber encontrarlas.
El primer estudio ha descubierto que el sistema inmunológico en la sangre de los pacientes con alzhéimer está epigenéticamente alterado. Los investigadores sugieren que el comportamiento o el entorno de los pacientes provocan cambios que afectan la forma en que funcionan sus genes. Muchos de estos genes inmunes alterados son los mismos que aumentan el riesgo de sufrir alzhéimer. Los científicos teorizan que la causa podría ser una infección viral previa, contaminantes ambientales u otros factores del estilo de vida. «Es posible que estos hallazgos impliquen a la respuesta inmune periférica en el riesgo de la enfermedad de Alzheimer», afirma el investigador principal David Gate, aunque reconoce que aún no han aclarado si estos cambios reflejan una patología cerebral o si precipitan la enfermedad.
Proteínas plasmáticas
En la segunda investigación se muestra que algunas proteínas plasmáticas podrían predecir el riesgo de desarrollar demencia de cualquier causa, enfermedad de Alzheimer y demencia vascular más de diez años antes del diagnóstico. Estudios anteriores han examinado el papel de las proteínas plasmáticas como biomarcadores para predecir el riesgo en adultos sanos, pero muchos se han centrado en una o pocas proteínas o carecían de un conjunto de datos tan grande como el del proteoma del Biobanco del Reino Unido, el escogido por el equipo de la Universidad de Shanghái (China) autor del trabajo.
Estos científicos identificaron biomarcadores plasmáticos asociados con la predicción de la demencia y exploraron su potencial para predecir futuras enfermedades neurodegenerativas. Además, incluyeron datos de 52.645 participantes sin demencia en el estudio. Hallaron que, de las 1.463 proteínas incluidas, cuatro estaban asociadas con la incidencia de estas demencias. Algunas de estas proteínas comienzan a cambiar alrededor de una década antes del diagnóstico,