El niño que no quería cortarse el pelo y al que todos pegaban
Amenaza al Madrid Xavi Simons, el ex del Barça que con 14 años ya tenía un millón de seguidores en redes
En el verano de 2010, con sólo 7 años, entró en La Masía. Capitán de todas sus generaciones, a los 14 ya tenía un millón de seguidores en Instagram (hoy tiene casi seis), algo absolutamente desproporcionado para su edad. Con 16, decidió no seguir en el Barça y se marchó al PSG, donde ganaría un millón de euros anuales por su primer contrato profesional. Con 20, Xavi Simons es embajador de Unicef, acaba de dejar Nike para firmar un contrato potente con Puma, y es uno de los líderes del RB Leipzig, rival del Real Madrid en los octavos de Champions que hoy sube el telón.
El futbolista neerlandés es hijo de Regilio Simons, delantero en la década de los noventa y principios de siglo, que ahora ejerce de entrenador en el FC Volendam de la Eredivisie. Su madre, Peggy, es una exempleada de Orange que hace 18 años siguió los pasos de sus padres y se fue con ellos a vivir a Rojales, localidad alicantina semicostera. Allí, Xavi empezó a llamar la atención: «Entro en el CD Thader con sólo 4 años, cuando el equipo más pequeño que tenemos es de niños de 6. Era un crío que estaba dos o tres puntos por encima del resto. Muy competitivo y con madera de líder. Tenía toda la pinta de que llegaría a la élite», explica a ABC Marcelino Ortiz, el primer entrenador de Xavi Simons.
Su talento siempre ha sido inseparable a su imagen. Xavi Simons era ese niño de anuncio que cualquier marca hubiera querido tener. Rizos rubios, ojos claros, tono morenito de piel y sonrisa Profident. Durante los nueve años que estuvo en la cantera del Barça, hasta los padres de sus compañeros se hacían fotos con él: «Era muy buen chico, con un buen comportamiento y llevaba toda esta fama prematura con naturalidad, pero para nosotros era complicado de gestionar. Íbamos, por ejemplo, a un torneo de infantiles en Suecia y parecía que venía Messi con nosotros. Los chicos, y las chicas, se volvían locos con él. Nosotros le pedimos que se cortara un poco la melena y que no llevara cinta en el pelo, pero no hubo manera», detalla a este periódico Aureli Altimira, exayudante de Guardiola y Tito Vilanova, y excoordinador de la cantera del Barcelona.
En el punto de mira
No era lo único que preocupaba en La Masía. Los seguidores en redes sociales no paraban de crecer y, aunque él lo asimilaba bien, era carnaza para sus rivales: «Se convirtió en un chaval muy mediático y ahí empezaron a venir las patadas. Lo intentaban cazar un partido tras otro», recuerda Aureli. Nada nuevo. En el CD Thader también le sucedía: «Desde pequeño siempre han ido a por él. Recuerdo que tuve un encontronazo con un entrenador rival porque, con solo 5 años, no paraba de decir que le dieran. Y le dieron. Saqué llorando al chaval del campo tras una buena patada, pero a los dos minutos ya quería jugar. Y como se puso cabezón, le puse de portero. Siempre tuvo una mentalidad fuerte y ganadora, y capacidad de superación. Jamás se hundía ante las circunstancias adversas», explica Marcelino.
En el Barça coincidió con Gavi y Balde, hasta que un desencuentro con ellos y una irrechazable oferta del PSG le hizo mudarse a París en 2019. Él quería formar parte del equipo de la Youth League, pero el club catalán consideraba que aún era pronto. A la vez, apareció la entidad francesa con mejores perspectivas deportivas y un contrato de tres años y tres millones en total, muy por encima de los 100.000 euros por temporada que le daba el Barça.
«Nos reunimos con su familia y con Mino Raiola, pero ellos ya tenían las ideas muy claras y no hubo ni opción de negociar. Nosotros sabíamos que llegaría lejos, pero en su posición hay muy buenos jugadores en el Barça y, quizás, pensó que aquí no era la mejor opción para seguir creciendo», cuenta Altimira. «Xavi habla maravillas del Barça, del club, del estilo de fútbol, de la ciudad... No se fue al PSG por dinero. Simplemente, tenía unas expectativas deportivas que no coincidían con el club azulgrana», detalla Marcelino, que hoy sigue siendo amigo de él y de la familia.
En París, Simons siguió con su proceso de formación y, aunque en las temporadas 2020-21 y 21-22 formó parte de la primera plantilla y estuvo bien cuidado por Neymar, Messi y Mbappé, apenas tuvo participación. Por eso, en 2022, una vez que finalizó su contrato, decidió irse al PSV, pero el PSG se guardó un as en la manga. Opción de recompra de seis millones tras su primer año en Eindhoven, donde explotó con 22 goles y 12 asistencias. Números por los que el PSG le volvió a fichar y por los que Van Gaal le llevó al Mundial de Qatar.
De Eindhoven a Leipzig
Esa recompra vino acompañada de cesión al RB Leipzig, en donde también está dando que hablar. Seis goles y nueve asistencias en 25 partidos y llamado a ser el sucesor de Mbappé si finalmente Kylian se marcha de París este verano: «Estuve con él hace un mes en el stage del Leipzig en La Manga y me dijo que estaba muy feliz. La verdad es que está jugando muy bien allí», dice Marcelino. «Es un centrocampista bastante completo y moderno. Puede jugar de pivote, interior o mediapunta. Un jugador intenso, agresivo, con llegada al área y gol. Muy completo, defensiva y ofensivamente», analiza Altimira.
Aquí, en Leipzig, vive con su hermano mayor, Faus, que gestiona su día a día para que solo se tenga que preocupar de jugar al fútbol. Su madre y su hermana pequeña, Kenza, viven en Barcelona donde la joven estudia. Y hace unos meses dejó la empresa de representación del difunto Mino Raiola, gestionada desde su muerte por Rafaela Pimienta, para unirse a Doubled D, agencia de futbolistas liderada por Darre Dein, hijo de David Dein, el expropietario del Arsenal.
«Believe in your dreams», reza el eslogan de su página web. En ello está Xavi Simons, el niño prodigio que esta noche amenaza al Madrid.