Atracan la casa de un empresario cordobés, que resulta herido durante el robo
La Brigada Provincial de Policía Judicial de Córdoba ha abierto una investigación, a raíz de una denuncia, por el asalto a una vivienda de un empresario inmobiliario situada en el Brillante el jueves de la semana pasada.
El violento suceso, que se produjo de noche, fue perpetrado por varios ladrones, que accedieron a la casa y agredieron al propietario, al que llegaron incluso a amenazar de muerte para sustraer dinero y objetos de valor, como joyas o relojes, del interior de la vivienda, ubicada en el distrito Norte de la capital cordobesa.
La Policía Nacional informó a ABC que, por el momento, no se han producido detenciones y que se están analizando todas la pruebas para tratar de identificar a los cacos de este suceso. Las fuentes del Cuerpo Nacional de Policía entiende que este atraco se trata de un «hecho aislado».
El asalto se produjo alrededor de las 20.50 de la noche, cuando la víctima se encontraba en su interior, y accedieron con palancas al interior de la vivienda. Según la descripción que dieron los alertantes al Centro de Coordinación de Emergencias del 112 «habían propinado varios golpes a una persona —que no precisó ser trasladada a través del 061— y se habían llevado dinero y relojes de la vivienda».
Segundo asalto
Se trata del segundo asalto con moradores dentro en esta misma zona de la ciudad en unos meses. Hay que recordar que en junio del pasado año, y esta vez de madrugada, varios individuos también encapuchados entraron amenazaron y amedrentaron en un chalé de la capital cordobesa y allí permanecieron durante varias horas para que le entregaran joyas, dinero y otras pertenencias, según pudo saber este periódico.
El último balance de criminalidad, con los datos acumulados de enero a septiembre del pasado año, refiere un leve aumento de los robos en domicilio (un 3,6 por ciento más), con 228 asaltos en la capital cordobesa. Existen bandas especializadas en el desarrollo de este tipo de atracos que suelen ser rápidos y violentos. Suceden en zonas de viviendas unifamiliares que suelen tener poca vida comunitaria en la calle, lo que permite a los atracadores tiempo suficiente para salir y entrar de las casas.