Las jefas del Madrid duermen
La eliminación de Copa contra el Atlético (hoy se vuelven a ver en Liga) ha corroborado que la sección femenina del Real Madrid está estancada. Sus responsables intentan vender una evolución del equipo y anuncian que poco a poco se verán resultados. Pero nada más lejos: estamos ante una flagrante (y explicable) involución. Principios de febrero y las blancas ya están fuera de todo: de la Champions, superadas en primera ronda por rivales de menor presupuesto; de la Supercopa, humilladas por el Barça, y de la Copa.
La foto que ilustra estas líneas es un reflejo de lo que pasa. Begoña Sanz, adjunta a la dirección general y responsable del femenino, ya no sabe qué hacer para salir indemne. Tiene el poder, pero lo ejerce de aquella manera. Y, la solución, que no está en el campo, tampoco parece estar a su lado en el palco.
La directora deportiva, Ana Rossell, comentaba esta semana: «Somos el bebé de la liga, el Real Madrid femenino es un proyecto a medio largo plazo». Pero ella sabe mejor que nadie que el Madrid es el segundo equipo con más presupuesto de la Liga F y también del escalafón europeo. El medio plazo del que habla, un lustro exactamente, ya se ha cumplido. Y a largo plazo lo que se vislumbra es un transatlántico directo al iceberg. Filtrar que para la temporada que viene llega un megafichaje de poco sirve a estas alturas: su credibilidad
no existe y sus declaraciones son sólo excusas de una negligente gestión.
Lo que se atisba desde fuera es fundamentalmente falta de unión. Cada uno rema en una dirección. Discusiones internas que trascienden y cada vez más distancia entre los órganos de gestión y los deportivos. Desde la dirección, lo que preocupa es que la ristra de problemas no llegue a oídos del presidente. Pero el run run incesante es que la sección solo da problemas y pérdidas.
Los resultados son los peores desde la creación de la sección. Y las audiencias y los aforos van de mal en peor.
Y mientras en Valdebebas se van pasando excusas de mano en mano a ver a quién le explota encima, el otro Madrid (CFF) realiza el traspaso más caro de la historia del fútbol femenino. Koundananji llegó hace un año y medio al club rosa por 50.000 euros procedente del Eibar y la mandan ahora a Estados Unidos por 800.000. Siempre sale mejor trabajar que dormir.