Prohens: «No aceptaremos que Sánchez nos ataque la autonomía tributaria»
▶La dirigente popular defiende sus bajadas fiscales y se compromete a profundizar en ellas ▶Rompe con la herencia del nacionalismo en las islas y reivindica las lenguas como un factor de unión
Apenas han pasado 200 días desde que Marga Prohens es la presidenta del Gobierno de las Islas Baleares. «Y esto no ha hecho nada más que empezar». Ese es el mensaje con el que la mandataria autonómica quiso arrancar su intervención en el Foro ABC. Sanidad, educación, turismo, vivienda y agua están en el centro de su programa gubernamental. La líder regional se comprometió a seguir invirtiendo para garantizar la prestación de servicios y para modernizar las industrias económicas de su comunidad. Y haciéndolo compatible con una política fiscal a la baja. A ello se comprometió ayer: «Nuestra firme voluntad es seguir bajando impuestos durante toda la legislatura».
Prohens presumió de haber intervenido ya para reducir todos los impuestos en los que su autonomía tiene competencias. Y en este punto se mantuvo firme ante las tentaciones del Gobierno central de articular figuras fiscales de ámbito nacional que suplan a las que los Gobiernos regionales están bajando: «No aceptaremos que el Gobierno de Sánchez desde un centralismo jacobino pretenda atacar nuestra autonomía tributaria».
En ese sentido se ha mostrado convencida de que el Partido Popular es hoy el que mejor representa el modelo autonómico frente a ese «centralismo en política fiscal y tributaria». Prohens presumió de ser la comunidad que «menos paga en sucesiones» después de haberlo «eliminado al 100%» de padres a hijos y de abuelos a nietos. La presidenta defendió que es una política consecuente con su programa electoral. Y advirtió al Gobierno –«nos encontrarán enfrente»– si persiste en una estrategia de cortocircuitar a los Ejecutivos autonómicos: «Si quieren recuperar este impuesto, que se presenten a las elecciones y que dejen que los ciudadanos decidan».
Tras dos legislaturas del PSOE junto a los nacionalistas, Prohens reivindicó que su proyecto consiste en «volver a pensar en grande» para hacer de su región «motor y capital» del Mediterráneo «dejando atrás el nacionalismo que todo lo empequeñece y lo excluye». Uno de los elementos más complejos y polémicos en Baleares ha tenido que ver con la cuestión idiomática, tanto en su afectación al acceso de los profesionales a los puestos públicos como en las consecuencias en la prestación de servicios. Prohens defendió estar «actuando con prudencia», pero también con «paso firme» para revertir un modelo que arrinconaba al castellano en la escuela. En ese sentido explicó que su Gobierno ha puesto en marcha un plan piloto para ir corrigiendo esa realidad. Hasta llegar a un punto final que garantice la libre elección: «La lengua es una herramienta de comunicación. No me van a encontrar nunca haciendo confrontación o batalla política. Las lenguas suman, no son excluyentes».
Prohens identifica la sanidad como uno de sus grandes retos. Defendió haber dado ya pasos en la fidelización y captación de sanitarios, que es el principal problema en su región. En este punto destaca la eliminación del requisito lingüístico: «Era un elemento disuasorio que no ayudaba», recalcó, recetando gestión por encima de ideología, pero advirtiendo: «No bastará un año ni una ni dos legislaturas para abordar los retos de la sanidad pública».
Otro tema de futuro, pero que ya condiciona el presente en el archipiélago, es la sequía. Por eso defendió que debe ser «la legislatura del agua» y que planea la inversión de 150 millones de euros en proyectos de transición energética. De hecho, su Ejecutivo cuenta con una consejería específica para el ciclo del agua y avanza en estudios sobre cómo adaptar cultivos agrarios ante una situación de sequía «que parece que ha venido para quedarse». Comprometió una inversión de 600 millones de euros a lo largo de la legislatura para mejorar toda la red de distribución de agua.
Sin noticias de Sánchez
Prohens desveló que en todos los meses en los que lleva siendo presidenta no ha recibido la llamada de Pedro Sánchez. No ha hablado nunca con él. Insistió en reclamar de nuevo la convocatoria de la Conferencia de Presidentes autonómicos, a la que La Moncloa viene negándose. También demandó un nuevo sistema de financiación autonómica ya que el actual, caducado
desde hace una década, «es fruto de una negociación bilateral entre Zapatero y Cataluña» y a Baleares llegaron «las migajas». En este sentido, Prohens rechazó el modelo de condonación de deuda para Cataluña que el Gobierno ha pactado para hacer factible la investidura. «Los asuntos que incumben a todos debemos hablarlo entre todos», dijo planteando que ella en los foros adecuados también quiere hablar de condonación, financiación e infraestructuras. Prohens demandó que se tengan en cuenta en el nuevo modelo de financiación el aumento poblacional y la población flotante.
Una de las características que diferencian a Prohens del resto de sus colegas que alcanzaron las presidencias autonómicas tras el 28 de mayo es que ella consiguió en la negociación no incluir a Vox en su Gobierno. Algo de lo que sigue presumiendo como ejemplo de cumplimiento con su palabra. Algo que fue posible por un resultado electoral con el que el PP logró un diputado más que toda la izquierda. «Mi obligación era llegar a un acuerdo que me permitiera cumplir con la palabra dada». El acuerdo con Vox, dijo, se basa en el «respeto mutuo a las dos formaciones». Motivo por el que no quiso profundizar en la crisis vivida recientemente por Vox en la región. «Conseguimos un pacto desde el respeto que me merece Vox, tercera fuerza en Baleares», dijo, satisfecha de que hayan sido «capaces de resolver sus problemas». Puso en valor que todo lo que se ha llevado al Parlamento regional ha sido aprobado.
Respecto a las cuestiones nacionales, la presidenta de Baleares fue muy clara al considerar la amnistía como un ataque a la separación de poderes. «Hablamos de deslegitimar a los jueces y de un trato desigual ante la ley». Por ello, se comprometió a recurrir «a todos los medios» a su disposición «para defender la legalidad». Sobre la polémica de los indultos generada esta semana en el PP, Prohens se negó a aceptar la idea de que esto equipare a Gobierno y oposición: «No estamos a favor de los indultos. Cambiar amnistía por votos es corrupción. Yo estoy en contra de los indultos al señor Puigdemont. Pero es que además partimos de un supuesto que no se ha cumplido. No se ha arrepentido ni parece que lo vaya a hacer. Lo que han dicho es que se preparan para volverlo a hacer. No hay indulto posible. No hay amnistía posible», zanjó.
Sobre la situación en el Campo de Gibraltar, Prohens dijo que «el responsable no es Marlaska, para mí el responsable es Sánchez». Y recordó que ella, que confrontaba con Irene Montero en el Congreso la pasada legislatura, siempre insistió en que el último responsable de la ley del ‘solo sí es sí’ era Sánchez. Sobre la propuesta de su partido para armonizar en lo posible la prueba de acceso a la universidad, la presidenta balear se mostró partidaria de «unificar al máximo posible los criterios» dentro de las competencias actuales y respetando a nivel de contenidos las competencias de las comunidades autónomas: «Estamos trabajando para que el próximo curso tengamos esta EBAU unificada». Sobre su antecesora, Francina Armengol, actual presidenta del Congreso de los Diputados, dijo que opera como ministra número 23 de Pedro Sánchez y como elemento principal del «desmantelamiento del Estado de derecho» a través de un estilo que «hace de la subjetividad y del sectarismo una manera de hacer política».
«Si quieren recuperar el impuesto de sucesiones, que se presenten a las elecciones y dejen que los ciudadanos decidan»
«No hay indulto ni amnistía posibles. Han dicho que volverán a hacerlo. Cambiar amnistía por votos es corrupción»