Israel intensifica sus ataques de represalia contra el sur del Líbano
Las hostilidades se suceden mientras se aleja la posibilidad de un alto el fuego próximo
Las Fuerzas de Defensa de Israel llevaron ayer a cabo una intensa campaña de bombardeos en el sur del Líbano después de que un ataque contra la localidad norteña de Safed (Galilea) matara a una mujer y dejara al menos ocho heridos, según informaron a través de las redes sociales. En un mensaje publicado en X (antiguo Twitter), el portavoz del Ejército Daniel Hagari dijo que «aviones de combate empezaron una extensa ola de ataques en territorio libanés», en una región tensada al máximo desde los atentados terroristas del pasado 7 de octubre.
Poco después de que se produjera el bombardeo, se informó de que la soldado Omer Sarah Benjo, sargento de 20 años, había muerto tras recibir el impacto de un cohete disparado desde el Líbano y que cayó sobre una base militar del norte de Israel.
Paz lejana
Reaccionando a las tensiones, Hasán Nasrallah, el líder de Hizbolá, el grupo terrorista asentado en el sur del Líbano e implicado en las hostilidades desde que comenzó la guerra, afirmó que la paz no llegará hasta que no haya un
alto el fuego completo en la franja de Gaza. No obstante, esa perspectiva parece alejarse, pues las autoridades libanesas informaron ayer de que los ataques israelíes de represalia habían acabado con la vida de cuatro personas –entre ellas, una mujer y dos niños– en la localidad sureña de Al-Sawana. También se registraron once heridos. En definitiva, un nuevo balance trágico de violencia en una región en la que se teme que la escalada pueda producirse en cualquier momento.
De hecho, la tensión se mantiene al máximo por el temor a que el Ejército israelí esté ultimando los planes para lanzar una incursión terrestre en Rafah,
en el sur de la franja de Gaza, donde en estos momentos hay alrededor de 1,5 millones de personas debido a la huida de la población del norte a las zonas próximas a la frontera con Egipto. Con esa elevada concentración de desplazados, una intensificación de las hostilidades podría golpear con una severidad sin precedente a la agotada población civil. No hay que olvidar que ya se ha superado la barrera de los 28.000 palestinos muertos por culpa del conflicto, según información del Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás.
De hecho, ayer se supo que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, mantuvo una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la que le exigió un cese «urgente» de la ofensiva en Gaza, haciendo hincapié su desacuerdo con una intervención en Rafah. «El balance humano y la situación humanitaria son intolerables», denunció el mandatario francés, que reclamó que se alcance un alto el fuego inmediato y que se facilite la llegada de ayuda humanitaria al territorio atacado.
Sin acuerdo
Sin embargo, las informaciones que llegaban ayer sobre el tablero diplomático seguían complicando esa posibilidad de cese momentáneo de las hostilidades. El acuerdo para lograr la liberación de los rehenes israelíes que siguen con vida en la Franja se alejó de nuevo durante la jornada del miércoles, cuando Netanyahu exigió a Hamás que renuncie a sus «ilusorias» exigencias si de verdad quiere llegar a un entendimiento. «Israel no ha recibido en El Cairo ninguna nueva propuesta de Hamás sobre la liberación de nuestros rehenes», comentó el primer ministro, a través de un comunicado. «Un cambio de las posiciones de Hamás permitirá que las negociaciones avancen», añadió.
A pesar de sus declaraciones, los hechos sobre el terreno parecen apuntar hacia una dirección más sombría. Como informaba ayer la BBC, las tropas israelíes han ordenado la evacuación de civiles del complejo hospitalario Nasser, situado en Jan Yunis, en la franja de Gaza. El desastre sanitario aumenta el dolor de los civiles.
Macron habló ayer con Netanyahu para exigirle detener los ataques y no lanzar una gran ofensiva militar contra Rafah