«Las chicas están desorientadas con el sexo y vamos a peor»
Presidenta del Consejo de Estado y autora de ‘Nosotras. El feminismo en la democracia’ Rechaza nepotismo en su nombramiento: «Yo nunca aceptaré una puerta giratoria. Me voy a otra institución»
Dicen del ensayo ‘Nosotras’ que es una especie de ‘vendetta’ de un sector del feminismo con otro, pero su autora defiende que con quien ha saldado cuentas ha sido solamente con las dos amigas que en la primavera de 2023, durante una cena, le impulsaron a hacer un repaso de la historia del feminismo en España durante cada noche desde entonces. «Me relajaba mucho poner en orden mis ideas», dice Carmen Calvo, exvicepresidenta del Gobierno que no necesita mucha presentación.
En el volumen, que salió a la venta ayer editado por Planeta, hay capítulos imperdibles como el de la sexualidad (‘El cuerpo de las mujeres, epicentro de la infamia’), donde la nueva presidenta del Consejo de Estado se explaya sobre que «las jóvenes aceptan la penetración sin rechistar y vamos a peor». Tacha el día que se aprobó la ley Trans de Irene Montero de «fatídico» y margina en el libro la ley del ‘sí es sí’, aunque no se esconde durante los minutos que en un día de mucho trajín dedica a ABC: «Agradezco al PP que nos acompañase en reformar esa ley, que tantos problemas mantuve que iba a dar», resuelve.
—Presenta libro y es presidenta del Consejo de Estado. ¿Estamos ante la ‘Semana Grande’ de Carmen Calvo?
—[Ríe] Hoy estoy pluriempleada, pero contenta. Ha coincidido de manera absolutamente casual. Esto son unos días. Después me tengo que poner a lo que de verdad importa, que es estar en un órgano constitucional muy importante, donde voy a poner todo de mi parte.
—Alberto Garzón ha renunciado a estar en la consultora de Pepe Blanco por las críticas recibidas. Usted ha recibido también muchas por la puerta giratoria que le ha buscado Sánchez
—El Consejo de Estado no es una puerta giratoria, que son empresas del mundo privado donde entras por haber tenido un cargo y bien remunerado. El Consejo de Estado es el destino de muchos exministros, entre otras cosas porque para presidirlo tienes que haber sido ministro. Es una institución a la que voy, como si me hubiese ido al Senado o a una alcaldía.
—Responde a quienes ven favoritismo que no es una puerta giratoria...
—Es que no lo es. Aquí ha habido ministros de todos los partidos y siguen estando.
Sería bueno que cualquier medio, como ABC, publicase la lista de ministros que han ido y los que están.
—¿Se ha quitado un peso de encima dejando el escaño para no votar la ley de la amnistía?
—No. Después de lo que hemos sabido del PP, este país tiene que resolver la situación de Cataluña. He salido de mi escaño porque me lo han pedido y yo he considerado que en este momento merecía la pena trabajar por mi país en otra responsabilidad. Insisto: yo nunca estaré en una puerta giratoria.
—¿Va a rebajar ahora el tono?
—Evidentemente. El Consejo de Estado se expresa en sus informes. No estaré en mi trinchera ideológica, no es mi papel. Tengo opinión, seguiré siendo quien soy pero tengo otro espacio de trabajo.
—Es llamativo lo que usted escribe sobre la penetración, que no es algo que quiera la mujer de edad y que las jóvenes la «aguantan sin rechistar». Opina que la monogamia es un sindiós. ¿Hay que hablar más de sexo? —Sí, sin duda. Es incompatible que las mujeres seamos independientes, estemos formadas y la sexualidad haya avanzado muchísimo menos. Y que en muchas ocasiones la sexualidad que se practica siga bebiendo de eso que vemos en la pornografía, que son los usos y costumbres de nuestros abuelos y bisabuelos, sin que haya cambiado. Hubo un debate muy interesante en el tardofranquismo, cuando las mujeres hablábamos mucho de esto. Luego se ha callado y ahora vemos que hay muchas chicas desorientadísimas con el sexo. Hay que hablar de ello con libertad y franqueza.
—¿Cuál ha sido el peaje para el feminismo de la gestión de Unidas Podemos cuatro años al frente de Igualdad?
—Yo estoy en el mismo lugar de siempre, como dice la canción. El feminismo del que yo vengo y en el que yo estoy tiene que ver con los problemas reales de las mujeres, no me he movido de ahí. Estoy muy contenta de que ese ministerio haya vuelto a mi partido.
—Ana Redondo tiene enfadado ya al sector trans por el nombramiento de Isabel García. ¿Le sorprende?
—A ver, la ministra creo que está al principio de lo que tiene que hacer, pero ella viene de un partido –el mío– que se comprometió en su último congreso a una ley abolicionista de la prostitución y a la ilegalidad de los vientres de alquiler, dos asuntos que el Parlamento Europeo ve que son violencia sobre la mujer.
—¿Tiene que ser la legislatura en que se prohíba la prostitución en España?
—Para mí, sí.
—¿Cuál es el problema de la mujer que no está en la agenda política?
—La maternidad, porque se han tomado decisiones parciales, y tiene que haber un gran debate público. Es nuclear. La maternidad no puede ser un problema u obstáculo para la mujer. Me preocupa que las jóvenes la retrasen tanto porque no encuentran hueco, o que no tengan, si quieren, más de un hijo.
—¿Debe dimitir Marlaska?
—He venido en ‘modo Umbral’, a hablar de mi libro. Es un hombre que está haciendo un trabajo muy complicado, le estimo muchísimo y tiene que estar donde está, de ministro del Interior.