ABC (Córdoba)

«Empecé a entrenar a los 11 años. Como quien dice, no tenía otra opción»

▶ El técnico revelación de la liga vuelve a verse con Llull, el jugador que lo agredió. El primer día del torneo promete

- Entrenador del UCAM Murcia PABLO LODEIRO MÁLAGA

Y como todos los años por estas fechas, aterriza la Copa del Rey de baloncesto, esta vez en Málaga, el torneo más impredecib­le, laberíntic­o y emocionant­e de la canasta europea. Y qué mejor manera de abrir el telón que con el duelo estrella de los cuartos de final. El Real Madrid, el favorito, contra el UCAM Murcia, equipo revelación, cuarto clasificad­o de la liga y dirigido por un clásico de los banquillos como Sito Alonso (Madrid, 48 años). Sobre el inminente duelo y mucho más, charla el técnico con ABC.

—¿Cómo está?

—Fantástico. Yo casi siempre estoy bien, también te digo (risas). En UCAM Murcia estoy encantado. He encontrado un club que ahora mismo me ofrece todo lo que un entrenador puede necesitar, como estabilida­d, seriedad y ambición.

—¿Cómo llega el equipo a la Copa del Rey?

—Yo creo que nos gustaría llegar con toda la plantilla disponible. Pero no podemos quejarnos de la dinámica que tenemos ahora mismo, del nivel que estamos mostrando en las últimas semanas. Tanto en la victoria como en la derrota, estamos en una forma muy alta, y eso es justo lo que se necesita para afrontar un reto tan mayúsculo como el de apear al favorito en unos cuartos de final.

—Parece que ya ha conseguido ajustar la rotación tras la grave lesión de Birgander.

—Es una baja irremplaza­ble. Cuando se lesiona perdemos algo que solo te puede dar Simon Birgander. Pero hemos tenido paciencia para fichar a un jugador que llevaba tres meses inactivo (Marko Todorovic), que tenía dos ventajas. Una, que ya había jugado en la ACB y la otra, que ya conocía al entrenador, habíamos coincidido en el Joventut y en el Bilbao. Con Marko jugamos diferente, pero hemos conseguido mantener la competitiv­idad.

—Entiendo que el fichaje de Todorovic es una apuesta muy personal.

—Teníamos varias opciones. Pero Marko ya conocía a dos personas en el cuerpo técnico. A mí y a su mejor amigo, Blagota Sekulic, que es mi ayudante. Y estas conexiones eran fundamenta­les para hacerle entender lo importante que era la apuesta que estábamos haciendo por él. Y ese compromiso que ha adoptado Marko con el equipo, creo que se ha notado.

—¿Hay alguna fórmula para ganarle al Real Madrid?

—Primero tú tienes que hacerlo fantástica­mente bien y ellos que no tengan su mejor día. Nosotros tuvimos una gran oportunida­d hace casi un mes en Murcia delante de nuestros aficionado­s. Ellos llegaban con muchas bajas. Pero este partido será diferente. Los equipos grandes saben dar un paso al frente cuando está en juego un título. Pero a ilusión seguro que no nos ganan. Eso seguro.

—¿Qué ocurrió con Llull en aquel partido?

—Eso ya está muy olvidado. En el descanso vino a recriminar­me algo (el jugador del Real Madrid le propinó una ligera colleja a Alonso) que quizás no había entendido bien. Pero ya lo hemos hablado y está todo solucionad­o.

—¿Cuál es la clave del éxito de este UCAM Murcia, un equipo muy de autor?

—Cuando llegué hace cinco años, la idea era aunar mi experienci­a con la de Alejandro Gómez, director deportivo, para poder hacer las plantillas lo más competitiv­as posibles ajustadas a nuestro presupuest­o. Queríamos contar con jugadores reconocibl­es, tanto para la afición como para los árbitros, que conociesen la competició­n. Jugadores que quisiesen propulsar su carrera o que estuviesen en la parte final de su viaje y tuvieran ganas de aportar su granito de arena a un club ambicioso.

—¿Para usted siempre ha sido una vocación ser entrenador?

—Desde luego. Crecí con un entrenador en casa, que era mi padre, y digamos que desde el principio no me quedó otra opción. Para mí fue muy importante cómo me enseñó a valorar y a entender un grupo, saber que cada uno necesita un trato especial. Y desde los 11 años lo empecé a compaginar con ser jugador.

—¿Gestionar a tantas personalid­ades diferentes es lo más difícil de ser entrenador?

—Sin lugar a dudas. El tener tantas nacionalid­ades diferentes en una sociedad tan cambiante como en la que vivimos, muy distinta a la de hace diez años por ejemplo, e intentar interactua­r con todas ellas y que remen hacia un mismo objetivo es el gran reto de un entrenador. Es muy difícil. Mucho más importante que trabajar las tácticas o la técnica.

—Entonces, ¿se siente muchos días más psicólogo que técnico?

—Por supuesto. También tienes que tener en cuenta sus situacione­s familiares. Unos tienen hijos, otros tienen que cuidar a sus padres, están preocupado­s por ellos, surgen los problemas... Hay que intentar conocer todo sobre ellos y ahí el club tiene una misión muy importante. Y en el UCAM Murcia lo intentan llevar a la perfección. Ayudarles lo máximo posible para que cuando salten a la cancha puedan hacer bien su trabajo.

Liderar un vestuario «Lo más difícil de ser entrenador es gestionar tantas nacionalid­ades y personalid­ades diferentes»

—¿Sus difíciles experienci­as en el Barcelona y en el Cedevita esloveno le cambiaron como entrenador?

—Lo del Cedevita en absoluto. Si te fijas, no hay un hecho similar en toda la historia del baloncesto. Ellos intentaron hacer un proyecto que nunca se había llevado a cabo en los Balcanes con muchos jugadores extranjero­s. Y ese proyecto duró un mes y medio. Se fueron siete deportista­s, cuerpo técnico, director deportivo... Todo el mundo se fue e incluso al año siguiente (2018) se llevaron el equipo a la capital, a Liubliana. Lo del Barcelona, pues tengo que estar muy agradecido. Muy pocas personas tienen la suerte de haber estado en un equipo tan grande. A veces las cosas salen mejor y otras peor. Lo tengo como un muy buen recuerdo con un mal resultado deportivo. No se pudo realizar el proyecto que yo quería.

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// EFE Sito Alonso, entrenador del UCAM Murcia

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