Sobre habitaciones
Abiertas
Vuelve a escena la selección femenina de fútbol. Una nueva cita de competición (la fase final de la Liga de las Naciones) y una nueva concentración, con el inevitable ruido que desde hace tiempo la acompaña. Una reunión en la que las futbolistas españolas, es de esperar, ya no tendrán que dejar las puertas abiertas al irse a dormir, como denunció Jenni Hermoso que ocurría en tiempos de Vilda, y como en las páginas de ABC había contado antes en una entrevista la exseleccionadora Toña Is.
Dijo que la práctica forma (o formaba) parte de un protocolo instaurado en la federación española para el fútbol femenino. Las jugadoras saben que existe. Una medida poco ortodoxa y sin ningún sentido, ya que la intimidad de las jugadoras no debe vulnerarse bajo ningún concepto, justificada, según sus impulsores, en evitar relaciones o tentaciones. Absurdo. E inhabitual (este protocolo no rige en ningún club femenino, que sepamos).
Todos los que estamos en el fútbol femenino sabemos qué jugadoras son pareja, quiénes no y quiénes lo fueron. Un alto porcentaje de jugadoras, técnicas y gestoras de fútbol femenino son homosexuales, muchas veces parejas entre ellas. Algo natural, normal y reconocido que sin embargo no se da en el masculino. Ellas no se esconden, simplemente aceptan la diversidad y conviven. Las jugadoras heterosexuales, en un porcentaje minoritario, conviven con sus compañeras en armonía.
Justo este lunes se celebró el Día Internacional contra la LGTBIfobia en el deporte. Como dato, baste decir que una de cada cinco jugadoras de fútbol recibió mensajes ofensivos durante el pasado Mundial. Todas las instituciones deportivas que gestionan el fútbol femenino español, incluida la RFEF, han promovido campañas este mes de febrero a favor de la normalización total de las parejas homosexuales. DAZN, cadena que retransmite las ligas europeas femeninas, publicó un llamativo cartel felicitando San Valentín, protagonizado por tres mediáticas parejas de mujeres: Mapi León y Engen (Barcelona), Magdalena Erikson y Harder (Bayern de Múnich) y Carpenter y Van de Donk (Olimpique de Lyon). No hay nada que ocultar.
Hablamos de deportistas profesionales, cuyas fichas empiezan a ser muy importantes. Sus opciones sexuales no es algo para perseguir policialmente ni con muestras anacrónicas de desconfianza. España es una selección no un internado.