Se busca relato cultural
El pasado mandato, Bellido supo hilvanar algunas un discurso que sorteaba la asignatura pendiente
La derecha sigue teniendo un problema con la cultura: no sabe sacarle brillo. La izquierda ha ido empeorando hasta cotas inimaginables. Pero le luce más. Juanma Moreno cometió un error mezclando en una misma Consejería al turismo y el deporte con uno de los pilares más universales y potentes que tiene Andalucía: su patrimonio, creatividad y anaquel cultural. Aunque el gesto de su consejero intente llegar a todo, su alma turística le puede. En Córdoba, y tras casi nueve años gobernando sólo ha existido la raya en el agua de Juan Miguel Moreno Calderón. Lo notó y mucho Nieto. Apenas lo ha podido optimizar Bellido. Si bien su repesca como coordinador general de Alcaldía sonaba a asesor aúlico en la materia, al objeto de poner orden... y concierto.
El pasado mandato, el alcalde de Córdoba supo hilvanar algunas propuestas y un discurso que parecía enterrar esa asignatura pendiente. Altura de miras y horizonte largo. El acuerdo Thyssen, la gran muestra del cristianismo y el Mediterráneo desde la simbología de Córdoba, el proyecto museístico de Caballerizas Reales, el oxígeno al C3A, la mejora de algunos museos o la pátina de la agenda musical —con luces y sombras—. La gestión patrimonial encontraba además la revitalización del Alcázar, Regina, Templo Romano, Santa Clara y hasta Cercadilla... (hoy atrasados, cuando no pasto del surrealismo). Seguía habiendo déficit pero había un relato cultural tangible tapando el complejo con virtud y voluntad sobre una materia sensible y capital en Córdoba. Eso sí, ante la duda, se ha venido manteniendo iniciativas heredades de hace lustros y cuestionables.
Sin embargo, en el presente mandato el relato parece haber enmudecido. El punto de mira se ha achicado, la gestión escénica ha hecho aguas, las grandes propuestas aún no han aparecido (y algunas pasadas no arrancan o se han difuminado) y se adolece de empaque acorde al área en muchos aspectos. La izquierda huele fácil la sangre y empieza a moverse en su zona de confort usando hasta el enigma de los cines de verano para dar mordicos.
Aún parece que hay tiempo.