«No se homenajea a los abuelos lo suficiente en la literatura»
Su poemario ‘Tus canciones y las mías’ rinde tributo a una vida acompañada al son de los Beatles
Uno de los grandes descubrimientos de Daniel Ramírez (Pamplona, 1992) son sin duda los Beatles, aunque no recuerda la primera vez que los escuchó, como tampoco recuerda la primera vez que bailó alrededor de una mesa de cristal al son de ‘Get back’ con su padre y sus hermanos. La vida y la música son los alicientes para que el escritor haya publicado ‘Tus canciones y las mías’ (Aguilar), un poemario que se presenta hoy a las 20.00 en Café Varela de Madrid y que relaciona su paso por el mundo con las letras del grupo inglés.
Ramírez escribe refugiándose en los Beatles porque reconoce que las canciones le resguardan en las cosas blancas de la existencia. «No se trata solo de música ni de canciones. Es tener la sensación de que la vida siempre empieza, de que tienes 20 años, de que arranca el verano y las noches son largas. Hay muy pocos grupos en la historia que han conseguido generar eso de manera tan transversal», reconoce a ABC. Y por eso, cada poema es una oda a un tema del grupo. «Fueron muchas horas de escuchar música y rebuscar emociones que se generaban en mi propio interior. Fue un juego», añade.
Y así, arranca su poemario con ‘Volver a empezar’, recordando la infancia alrededor de esa mesa de cristal, del zumo colado y los (des)peinados con gomina. La familia es el tronco de muchos de los poemas, entre los que destacan las odas a sus abuelos. «No soy experto en literatura universal, pero tengo la sensación de que no se homenajea a los abuelos lo suficiente. Se habla de cartas a los esposos, a los padres, pero apenas de ellos».
Su abuela falleció cuando estaba escribiendo el poemario y al recordarla reconoce que la relación entre el abuelo y el nieto es especial porque se genera un espacio que está blindado a todo lo demás. «Las conversaciones que el abuelo tiene con el nieto cuando jamás las ha tenido ni las tendrá con sus hijos». Y cómo no, también hay una relación directa con los Beatles. «Fueron de la generación que los escuchó en directo», asegura entre risas.
El poemario está impregnado de nostalgia por todo lo vivido. Aunque muchos piensan que del pasado no se puede vivir, Ramírez reconoce que en la nostalgia hay una serie de frutos esenciales para escribir poesía. «La poesía se construye con lo vivido. Es raro que se construya proyectando. Creo que merece la pena regresar al pasado. A mí me sirve. ¿Con nostalgia? Sí, pero con ganas de vivir y mirar hacia adelante».
Alma de poeta y periodista
Ramírez tiene alma de poeta y vocación de periodista. Dos cosas que no puede disociar. Su editora le expresó al publicar su primer poemario que el libro contaba con una observación muy cercana a todo lo que sucede. «Es lo que practico. El periodismo me ha ayudado mucho a entrenar la mirada. También tengo la suerte de ser de una ciudad muy pequeñita y de haber caído en Madrid. Eso hace que tengas la mirada muy despierta porque todo te llama la atención». El periodismo y la capital son los que le ayudan también a encontrar poemas y al revés. «La mirada poética me ayuda a contar las cosas de una manera más eficaz y llevadera».
Ambas facetas están reflejadas en el libro. La vida de escritor en ‘Doble suerte’, que dedica en recuerdo a Miki Naranja, un poeta del que quedó prendado ante su forma de mirar la enfermedad, que trató de transmitir siempre a sus hijos pequeños, y que finalmente acabó con su vida. «No lo conocía, pero me siento muy identificado con esa pasión por la vida que trató de enseñarle a sus hijos». También le regala otro a sus compañeros como Carlos Alsina, Rubén Amón o Rosa Belmonte, con quienes comparte la pasión por la radio.
El poemario recoge toda una vida de un hombre que ha sido y es acompañado. Es un hijo que cantó ‘Ob-La-Di, ObLa-Da’ a pleno pulmón con su padre, un nieto que trasteaba con los mapas y arcones de su abuelo Pablo y un marido que se maravilla cada vez que mira a Teresa. «Es importante no olvidar de dónde viene uno. Volver al principio es volver a ellos. El día que el cielo está nublado sé que puedo regresar a ese salón donde corríamos alrededor de la mesa y hacíamos mucho ruido».
«La poesía se construye con lo vivido, es raro que se construya proyectando. Merece la pena volver al pasado»