ABC (Córdoba)

El Atlético se dispara en el pie

▶Arnautovic aprovecha una confusión entre Reinildo y De Paul y provoca la derrota rojiblanca en San Siro

- IVÁN MARTÍN

Se ha calmado San Siro tras descubrir que el Atlético de Madrid comienza a superar el miedo escénico. Pocos minutos después de los hambriento­s rugidos del viejo estadio compartido por los dos gigantes de la ciudad de Milán y del precioso homenaje neroazurro a su héroe caído Andreas Brehme, la propuesta del Inter es menos temible de lo que las siempre inciertas expectativ­as explicaban. No se refugian los españoles en el área de Oblak, tampoco resisten una tormenta violenta de fútbol total; es más, incluso tienen el coraje de presionar la pulida, fugaz y vertical salida de balón local que empieza en el mismo Sommer.

El equipo rojiblanco vive cómodo en un intercambi­o de golpes proporcion­ado. La tensión es máxima como no podía ser de otra forma en los octavos de final de la Champions League, pero el partido se enzarza en el interminab­le nudo de la historia: porque aunque la batalla táctica es bella, el juego se enreda en el poblado centro del campo y se apaga cuando el balón rara vez entra en cualquiera de las dos áreas. Tal vez se esté cumpliendo lo ideado por Simeone: que poco ocurra en campo hostil y que el fuego del Metropolit­ano decida la eliminator­ia.

Para que este plan continúe siendo real es vital Witsel. El belga, el único central imprescind­ible en la defensa atlética, está rápido en la anticipaci­ón y en el corte y, claro, en relación a su acierto, el interista más peligroso, Lautaro Martínez, no goza de ningún protagonis­mo. Entretanto, la vitalidad de Llorente es vital para provocar pelotazos en De Vrij (el central menos fino en lo técnico de los lombardos), Saúl está sorprenden­temente preciso con balón, Lino, valiente regateador, se acostumbra a superar a Darmian e incluso, en una de sus escaramuza­s ofensivas, suelta un disparo de interior que roza el palo izquierdo italiano... Si no fuera por la poca presencia de Griezmann, el fútbol visitante se podría calificar hasta de agradable.

Aunque, como era previsible, el camino de rosas debía transforma­rse en una empinada pendiente rocosa en algún momento de la noche. Y en el ocaso del primer tiempo, primero con un cabezazo de Lautaro a un bello envío del omnipresen­te Barella que solventa Oblak; después con otra ocasión clara del delantero argentino, tras un fallo infantil de De Paul en un pase horizontal, que corta con el alma Giménez; y, por último, con un disparo franco de Thuram que también tapa el meta esloveno, el Inter roza el gol.

Sobrevive el Atlético al arreón local, pero inicia el segundo tiempo solivianta­do. Ya no está Giménez, otra vez aparenteme­nte lesionado el uruguayo; por él entra Savic y, por tanto, el Atlético sufre más para correr hacia atrás. Es en estos instantes cuando un maravillos­o centro de rosca del talentoso carrilero Dimarco encuentra la diestra de Arnautovic (que ha sustituido al también lastimado Thuram), pero el remate del austríaco acaba en la grada para el alivio rojiblanco.

Cuando más se adolecen los madrileños, Simeone pasa al medio a Llorente, manda al banco a Saúl (como casi siempre, antes de la hora de partido) e introduce a Morata. Parece esta muestra de osadía del argentino una invitación para que sus chicos abandonen la cueva y, casualidad o no, al son del cambio, el Atlético recupera la confianza con dos oportunida­des claras de gol que ni Lino ni Llorente consiguen materializ­ar ante Sommer.

Interrumpi­do sólo por otro disparo al aire de Arnautovic en la zona de los goles que deja perplejo a San Siro, regresa el duelo a ese limbo exento de áreas que fue en la primera mitad. Sin embargo, casi por obligación a un público entregado, instalado en campo rival en el acto final de la obra, el Inter ataca por acumulació­n para obtener un premio bastante mejor que un tímido 0-0 en casa. Lo intenta con ahínco y encuentra la dulce recompensa a diez minutos del fin. Una confusión entre De Paul y Reinildo, un disparo al pie, es aprovechad­o por un Lautaro que vuelve a toparse con Oblak; sin embargo, el rebote lo recoge Arnautovic, que sin oposición hace el único gol de la noche. Paga caro su descuido el Atlético y abandona San Siro herido, pero sigue vivo. ¿Podrá el Metropolit­ano sanarle?

 ?? // REUTERS ?? Savic despeja de cabeza ante Frattesi
// REUTERS Savic despeja de cabeza ante Frattesi

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain