El valor de lo pequeño
HACE años oí decir que hay pueblos que tienen una bellota, la envuelven en papel de seda, la ponen en caja de regalo y en manos delicadas y la venden como joya. Otros, teniendo una joya, la lían en papel reciclado, la ponen en unas manos toscas y la vende como bellota.
Córdoba es rica en joyas. Las históricas abundan. Córdoba fue capital de la provincia Bética de la Hispania Romana, Corte de los Califas y Luz de Occidente. Si hablamos de personajes, Córdoba los tiene conocidos y respetados por todos. Sirvan de ejemplo La Chiquita Piconera, Julio Romero, Averroes, Luis de Góngora, Séneca o El Gran Capitán. Son nombres que al oirlos prestigian a Córdoba.
El pasado día 13, ABC Córdoba publicaba la fotografía de un rincón de los Jardines de la Agricultura en el que hay unos bancos de Cerámica de Talavera con frases de nuestro Séneca que nos hace sentir vergüenza. Esos maravillosos bancos servían de descanso a los ciudadanos para leer los libros existentes en la pequeña pero coqueta caseta hexagonal de 1882, convertida en Biblioteca en 1919 con el nombre de Biblioteca Séneca. Desaparecida la pequeña biblioteca, parece que no interesa ni su nombre ni su entorno.
Hace unos días y en el mismo lugar se ha inaugurado la grandiosa Biblioteca Pública del Estado con el nombre Grupo Cántico. Una nueva y gran joya para Córdoba. Como joya era en su momento la pequeña Biblioteca Séneca y los valiosos bancos que la envolvían. Para vergüenza nuestra, cuando Córdoba ha esperado 20 años para ver hecha realidad la nueva Biblioteca, y aunque hace dos años en columna titulada ‘Glorieta Los Patos’ pedíamos el arreglo de esos bancos, hoy recibimos la nueva joya sin su hermana menor y envuelta en un vergonzoso y deteriorado parque.
Es triste decirlo. A veces, parece que Córdoba trata a su patrimonio como suele pasar con la salud. Que cuando la tenemos no la valoramos, y esperamos a perderla para darle su verdadero valor.