Los guías turísticos denuncian el aumento de carteristas en el Casco
Critican la petición de los historiadores del Arte para ejercer sin cumplir los requisitos
La Asociación Profesional de Informadores Turísticos de Córdoba (APIT) puso el foco ayer en la proliferación de carteristas en la zona del Casco Histórico de la capital, colectivos delincuenciales que comenzaron a tener más peso el pasado año y que se multiplican durante los meses de abril, mayo y octubre.
Así lo puso de manifiesto el presidente de APIT, Luis Álvarez, que señaló que «la Policía tiene conocimiento de esto y, a pesar de que nos consta que hay agentes vigilando, incluso de paisanos, hay que estar con cien ojos. Ya tenemos ‘fichados’ a siete u ocho, que parece que son de origen bosnio, y que van y vienen».
Además, el portavoz de esta asociación criticó la «suciedad» de calles como la de la Hoguera o Cardenal Salazar, con «naranjas por el suelo que se pisan y no se limpian. Informamos al Ayuntamiento en octubre y sigue igual».
Por otro lado, Álvarez se refirió a la polémica de los autodenominado ‘intérpretes del patrimonio’, por lo general, licenciados o graduados en Historia del Arte, o en Gestión Cultural, «que afirman desarrollar una actividad profesional diferenciada de la de los guías de turismo, ya que aseguran que trabajan para clientes de superior entidad, más interesados por lo cultural», un planteamiento «aparte de elitista, erróneo, cuando no falaz: enfrentar ‘lo cultural’ a ‘lo turístico’, cuando lo segundo no es nada sin lo primero, resulta ridículo», critica el presidente de APIT.
Esos graduados en Historia, Historia del Arte y Gestión Cultural «también aducen que la suya es una cualificación profesional que no ha sido reconocida por el ordenamiento jurídico y reivindican la promulgación de normativa legal que venga equipararles con los guías de turismo».
No obstante, según Álvarez, «sí existe una normativa reguladora de los intérpretes del patrimonio: el decreto 8/2015, modificado por el decreto 187/2020, ambos de la Junta de Andalucía». En este sentido, «si alguien está interesado en que el ordenamiento jurídico le reconozca ese ser intérprete del patrimonio, lo tiene fácil: basta con cumplir los requisitos establecidos por esos decretos. Pero cumplirlos íntegramente, no en parte».
Así, para el presidente de APIT «no es bastante el mero hecho de estar en posesión de un título de grado de Historia, Historia del Arte o Gestión Cultural, por ejemplo, para ser un verdadero intérprete de patrimonio. Los dos decretos citados, entre otros requisitos, establecen la obligación de disponer de dos certificados oficiales de idiomas extranjeros, con nivel C1 y B2, respectivamente».
‘Free tours’
El otro problema que, en la actualidad, «distorsiona la imagen de los guías de turismo es el llamado asunto de los ‘free tours’, personas que, con habilitación oficial de guía de turismo, o sin ella, ofrecen visitas guiadas a bienes del patrimonio, sin cobrar unos honorarios establecidos. Lo hacen por ‘la voluntad’», apuntó Álvarez.
Eso «ya supone una degradación de la profesión. Además, es una actividad ideal para generar bolsas de dinero negro no fiscalizado. Porque la legislación establece la obligación, por parte de los guías, de comunicar nuestros honorarios al cliente, con carácter previo al inicio del servicio».
Igualmente, «establece la obligación del guía de turismo de emitir facturas, con todos los requisitos formales en materia tributaria. ¿Alguien nos puede explicar cómo se articula, como se documenta eso? Y en este mismo asunto, últimamente se están comercializando unos llamados ‘free tour culturales’: el colmo de la tergiversación», criticó ayer Luis Álvarez en su rueda de prensa.
Para el colectivo, los ‘free tours’ distorsionan su imagen: con o sin título de guía de turismo ofrecen visitas sin cobrar