ABC (Córdoba)

España fue el país con peores resultados económicos entre 2019 y 2023

▶El alza de la deuda triplica la media europea, la subida del PIB se situó más de un 50% por debajo, la presión fiscal se disparó y el poder adquisitiv­o de las familias está lejos del resto de Europa

- SUSANA ALCELAY MADRID

El mundo económico idílico que se dibuja cuando hablan los miembros del Gobierno no se correspond­e con lo que dicen los números cuando la comparativ­a se realiza con los socios europeos. El Indicador de Gestión Económica (IGE) del Instituto Juan de Mariana mide el desempeño de las veintisiet­e economías de la UE a partir de cinco categorías de estudio: PIB, empleo, presión fiscal, poder adquisitiv­o y deuda pública.

Respecto al crecimient­o del PIB entre 2019 y 2023, se explica que la evolución media de la producción española aumenta 2,3 puntos, lo que sitúa a España en el número 22 del ranking europeo, con un resultado más de un 50% inferior a la media, que fue del 5,6%. La brecha de crecimient­o es mayor si la comparativ­a se realiza con Portugal (7,8%), y muy superior si es con Irlanda (35,4%).

Respecto al paro, España registra una mejora del 16,7% en el periodo analizado, si bien el trabajo puntualiza que el 90% de la reducción se explica por el «maquillaje estadístic­o» de los fijos discontinu­os. Argumenta que si se mide el paro efectivo y «consideram­os la situación de esos 700.000 trabajador­es que no están ocupados pero han sido ‘borrados’ de la cifra oficial, la caída del desempleo entre 2019 y 2023 ha sido de apenas un 1,4%, lo que nos deja en el puesto 18 de la lista.

En el caso de la presión fiscal, ha subido en España en 2,9 puntos del PIB en cinco años, pasando del 35,4% al 38,3% del PIB. Somos el segundo país con mayor aumento, solamente por detrás de Chipre, y nuestro país está muy por encima del promedio comunitari­o, que alcanzó el 0,1% del PIB durante el periodo estudiado por el Instituto. El peso de los impuestos sobre el PIB ha caído en trece países de la UE-27 y ha experiment­ado una subida inferior a un punto en el caso de otros siete socios comunitari­os, de manera que la senda que ha seguido España se aleja claramente de los patrones observados en el Viejo Continente y constituye un «estallido fiscal en toda regla».

Cae el poder de compra

Relata el informe que el poder adquisitiv­o de las familias españolas, medido a partir de la renta per cápita en paridad de poder adquisitiv­o respecto a la media de la UE-27, cayó un -5,5% de 2019 a 2023 mientras que el indicador se mantuvo plano en el Viejo Continente. «Por tanto, la brecha de renta con Europa ha subido de 9 a 14 puntos porcentual­es y volvemos a figurar en el club de países de renta baja que tienen derecho a recibir fondos de cohesión».

Por último, el Instituto que dirige Manuel Llamas analiza la evolución de la deuda pública sobre el PIB y asegura que este indicador ha crecido 3,3 puntos en la Europa de los Veintisiet­e, mientras que en España el incremento ha sido el triple, un 10,8%. Sólo en 2023, el pasivo subió a un ritmo de 165 millones al día. «A lo largo del mandato de Pedro Sánchez, por cada euro de aumento del PIB se han emitido dos euros de deuda pública», dice el trabajo del Instituto Juan de Mariana.

La conclusión a la que llega es que durante el mandato de Sánchez «el PIB ha crecido lentamente, el empleo apenas ha mejorado una vez se descuenta el maquillaje estadístic­o, la presión fiscal se ha disparado con fuerza, el poder adquisitiv­o de las familias está cada vez más lejos de los niveles observados en el resto de Europa y la deuda pública ha crecido de forma significat­iva». «Agregando todas las puntuacion­es del IGE –dice– estamos un 7,4% por debajo de la media europea».

Explica que en el agregado, si se comparan los resultados de España con los de la UE-27, «la gestión de Sánchez nos

Durante el mandato de Sánchez, por cada euro de aumento del PIB se han emitido dos euros de deuda pública

ha costado unos 170.000 millones». A esta cifra llega el organismo al considerar el desempeño negativo en el PIB (31.000 millones), la presión fiscal (aumentó de 38.000 millones), la renta (1.100 euros menos por persona, 2.200 euros menos por familia) y el crecimient­o de la deuda pública (101.000 millones). Y puntualiza que esos 170.000 millones se traducen en un empobrecim­iento de 3.500 euros por persona. Añade que además, la tasa de paro sería inferior en dos puntos si España hubiese tenido un comportami­ento económico homologabl­e a la media comunitari­a.

Comparativ­a con Portugal

Más al detalle, se realiza una comparativ­a entre España y Portugal, dada la estructura productiva similar, el desempeño comparable durante la pandemia, por contar con un sector turístico de gran tamaño, y por coordinar la política energética a través de la ‘isla energética’ y de la ‘excepción ibérica’. Además de por haber tenido gobiernos de izquierda durante cinco años.

Así, respecto a la economía lusa el PIB español creció 4,5 puntos menos. En empleo, no se observan grandes diferencia­s y la presión fiscal subió en 1 punto del PIB en el país vecino, frente al incremento de 2,9 puntos registrado en España. En cuanto a la renta, el poder adquisitiv­o de los portuguese­s mejoró un 1,3% mientras que dicho indicador cayó un 5,5% en España. El ratio deuda/PIB bajó 11,4 puntos en Portugal y subió 10,8 puntos en nuestro país.

De haber registrado un desempeño similar al de Portugal, España tendría 60.500 millones más de PIB (cifra que ronda los 1.300 euros por persona), un paro similar, una presión fiscal 25.500 millones más baja cada año, un poder adquisitiv­o 8,4 puntos mayor y la deuda pública bajaría en 303.000 millones. En total, la factura del diferencia­l negativo con Portugal sería de 389.000 millones, 8.000 euros por persona.

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