Urtasun se arma con Jazmín Beirak como nueva ‘superdirectora’ de Derechos Culturales
El ministro remodela su equipo y suprime la Dirección General de Industrias Culturales
Ernest Urtasun anunció ayer que Jazmín Beirak será su directora general de Derechos Culturales, un cargo de nueva creación desde el que se impulsarán políticas que el ministro de Sumar considera prioritarias, como el desarrollo de un plan para garantizar el acceso a la cultura o la defensa de la libertad de expresión. La creación de esta nueva dirección general supone la supresión de la Dirección General de Industrias Culturales, que pasará a ser un Centro Coordinador. Estos cambios serán aprobados próximamente por el Consejo de Ministros. Tres meses después de su llegada al ministerio, Urtasun tiene su deseada reestructuración, y la elegida para esta suerte de ‘superdirección’ es la que estaba en todas las quinielas.
Jazmín Beirak, gestora cultural, ha sido desde 2015 diputada de la Asamblea de Madrid y portavoz de Cultura de Podemos y Más Madrid. Allí ha coincidido con Manuela Villa, que la semana pasada asumió las riendas de la nueva oficina de Cultura impulsada por Pedro Sánchez en La Moncloa para tutelar a Urtasun. Ambas tendrán que entenderse a partir de ahora, en una relación que se antoja agitada. Dentro del ministerio, Beirak tendrá que coordinarse también con Jordi Martí, secretario de Cultura, que hasta ahora había venido ejerciendo de ministro en la sombra. Frente al poder que han exhibido los comunes desde que Iceta entregara la cartera a Sumar, Beirak viene a ocupar la cuota de Más Madrid en Plaza del Rey.
Cultura se encargó ayer de dejar claro que Beirak llega al cargo con mando en plaza. Ella será la encargada de desarrollar un plan de derechos culturales, elaborar un plan de igualdad, coordinar con el resto de ministerios los trabajos del Estatuto del Artista, impulsar medidas y ayudas para la vertebración territorial o reeditar el bono cultural joven. Beirak será también la encargada de coordinar la Conferencia Sectorial de Cultura, en la que están representados el Estado y las comunidades autónomas. El ministro, cuando hace un mes anunció la creación de este cargo, dijo que su plan de derechos culturales tendrá como eje estratégico la defensa de la libertad de expresión, «adoptando una postura firme como cualquier forma de censura». Ellos frente a PP y Vox, que, según Urtasun, están al otro lado de la «bandera de la cultura» que pretende levantar. A Beirak le corresponderá acompañar al ministro en este frente de la ‘guerra cultural’.
La nueva Dirección General de Derechos Culturales supone la supresión de la de Industrias Culturales, Propiedad Intelectual y Cooperación. En su lugar, Urtasun creará un Centro Coordinador que estará integrado en la Subsecretaría de Cultura y se gestionará en coordinación con la Secretaría de Estado. Es decir, Urtasun separa de su aparato político todo lo relacionado con la industria y lo reduce a lo burocrático. «A través de este nuevo centro, se coordinarán e impulsarán todas aquellas políticas de apoyo a las industrias que dependen de las diferentes direcciones generales», informa Cultura.
Derechos de autor
Carmen Páez Soria, hasta ahora directora general de Industrias Culturales, será la nueva subsecretaria de Cultura. En el sector contaban con que esta dirección general sería suprimida, pero desconocían que sería sustituida por este nuevo centro. «Esto nos parece una barbaridad –valora Sol Cruz-Guzmán, portavoz de Cultura del PP en el Congreso–, porque sin industrias y sin empresas no hay actividad cultural. La cultura no es algo espontáneo que surge de la nada».
La previsión es que en el futuro todas estas competencias las termine asumiendo la Oficina Española de Derechos de Autor y Conexos, pero para eso Urtasun tiene que llevar al Consejo de Ministros la ley que en la pasada legislatura se quedó en el limbo por las elecciones. Cultura esperaba haberla aprobado en enero, pero acaba febrero y sigue sin hacerlo. Urtasun usará el mismo texto que redactó Iceta la pasada legislatura para no demorar más su puesta en marcha, pues era una de las reformas comprometidas con la Unión Europea para recibir financiación.
Beirak llega con la misión de desarrollar un plan de derechos culturales, ariete de la ‘guerra cultural’ de Sumar contra la derecha
Tendrá que lidiar con Villa, de la oficina de Cultura de Sánchez, y con el secretario Jordi Martí, dentro de la cuota de los comunes