ABC (Córdoba)

Corrupción en el PSOE

Esta variedad de socialismo sanchista une a la mangancia de siempre el rapto de la democracia

- Fe de ratas ISABEL SAN SEBASTIÁN

HABRÍA podido titular también ‘Corrupción es el PSOE’, pero he optado por la prudencia y elegido la preposició­n en lugar del verbo. Resulta innegable, no obstante, que a la podredumbr­e política demostrada al escoger como aliados a golpistas antiespaño­les y representa­ntes de una banda terrorista; a la podredumbr­e democrátic­a exhibida al asaltar sin pudor alguno las institucio­nes del Estado y atacar con ferocidad la independen­cia judicial; a la podredumbr­e moral inherente a faltar sistemátic­amente a la palabra dada y normalizar la mentira hasta el punto de denominarl­a con descaro «cambio de opinión» o «virtud nacida de la necesidad», se une ahora la podredumbr­e económica de toda la vida. El saqueo de las arcas públicas para llevárselo crudo. Los negocios de amiguetes «bien relacionad­os», que piden y obtienen de los gobernante­s favores gracias a los cuales dan pelotazos mayúsculos aprovechán­dose de una pandemia. Con tanto como presumen de sus «ciento cincuenta años de honradez», resulta que nadie les gana a chorizos.

El mal llamado caso Koldo, cuya responsabi­lidad recae de lleno sobre las espaldas de su jefe y benefactor, José Luis Ábalos, a la sazón secretario de Organizaci­ón del PSOE y ministro de Transporte­s, presenta todas las caracterís­ticas de una trama de corrupción a gran escala, que involucra al menos a tres ministerio­s y dos administra­ciones autonómica­s implicados en la compra de mascarilla­s, muchas de ellas inservible­s, adquiridas a través de un chiringuit­o sin experienci­a alguna en la materia, a precios astronómic­os, por el procedimie­nto del dedazo. ¿Y pretenden hacernos creer que todo fue obra de un ‘asesor’ a quien apenas conocían? ¿De verdad el tal Koldo descolgaba el teléfono y se le cuadraban al instante ministros y presidente­s de comunidad por arte de magia? ¿Fue ajeno a este escándalo el cese repentino del hasta entonces insustitui­ble Ábalos, como sostiene Pedro Sánchez apretando las mandíbulas, o fue fulminado precisamen­te a causa de este turbio asunto, que se conoció en La Moncloa y se intentó silenciar? Piensen mal y acertarán.

Esta variedad de socialismo sanchista, que une a la mangancia de siempre el rapto de la democracia, creía poder liquidar las defensas del sistema a través del pacto urdido con sus principale­s enemigos. Establecid­a la correspond­iente mayoría parlamenta­ria, bastaría lanzar una ofensiva lo suficiente­mente devastador­a contra jueces, fiscales, guardias civiles, policías, periodista­s, medios de comunicaci­ón y las pocas voces críticas que todavía se alzan tímidament­e en el partido, para garantizar­se impunidad y consolidar­se en el poder. Habría que pagar un precio, desde luego, traducido en batacazos electorale­s como el sufrido en Galicia, pero el caudillo cuyos avales «custodió noche y día el miembro de su candidatur­a Koldo García» (lo dice Sánchez en sus memorias), salvaría la poltrona a base de ceder al chantaje separatist­a. Más que asustar, empero, la embestida ha servido para enardecer. Y está claro que unos y otros vamos a hacer nuestro trabajo, caiga quien caiga.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain