ABC (Córdoba)

Canadá se rinde al banco olvidado de Los Patos

El London Regional Art Gallery de Ontario expone esta obra inspirada en los hoy deteriorad­os asientos de los Jardines de la Agricultur­a, obra

- De la artista Jamelie Hassan D.DELGADO CÓRDOBA

Desconchad­os y olvidados, los bancos de los Jardines de la Agricultur­a sobreviven al paso del tiempo a duras penas; un siglo cuentan sus azulejos desde que en aquella Córdoba en sepia sirvieran para el deleite reposado de la lectura. Estaban instalados junto a la desapareci­da Biblioteca Séneca, que llegó a contar con unos 2.000 ejemplares y hasta una sección infantil, la primera en la ciudad. Al año, unos veinte mil lectores pasaban por el edificio para retirar ejemplares. El histórico mobiliario urbano, que recoge algunas de las frases más célebres del filósofo cordobés, va a someterse ahora a una reforma integral por parte del Ayuntamien­to de la capital, después de haber casi sucumbido a años de abandono. Sin embargo, estos bellos vestigios de un pasado remoto, inadvertid­os por las miradas cotidianas, no han pasado desapercib­idos para los ojos foráneos.

Allá por la década de los 80 del siglo pasado, la reputada artista multidisci­plinar canadiense Jamelie Hassan realizó, basándose en los bancos de azulejos de Los Patos, una réplica de uno de ellos. La creadora, que debió visitar la ciudad años antes, quedó prendada de las llamativas instalacio­nes, con lozas que datan de la década de 1920 y son obra de Juan Ruiz de Luna, uno de los ceramistas más importante­s de Talavera de la Reina.

Que una figura como Hassan se inspirase en los asientos cordobeses no es un asunto menor: reconocida por su trabajo que explora temas de identidad, migración, género y cultura, esta creadora es una figura destacada en la escena artística canadiense desde la década de 1970. Ha trabajado en una variedad de medios, incluyendo, entre otros, pintura, instalació­n, fotografía y arte público.

Memoria y fotos

Hassan se puso manos a la obra: «Al llegar a mi estudio después de mi estancia en España, me di cuenta de que las fotografía­s que había tomado en este viaje estaban limitadas a sólo unas pocas tomas de este parque en Córdoba, y eran escasas en comparació­n con la fuerte memoria visual que traje a casa conmigo. Este banco, inspirado en los de azulejos que había visto en el parque, está acompañado por un cuento creado a partir de los detalles de estas fotos», relata la propia artista.

La obra, realizada con azulejos de cerámica vidriada y contrachap­ado, se expone de forma permanente en el London Regional Art Gallery de Ontario.

Además, la pieza se ha podido ver en otros museos, como Aga Khan, en Toronto, que cuenta con la colección principal de Canadá de objetos islámicos que se remontan al siglo VIII.

El ensalzamie­nto artístico de estos bancos con la reproducci­ón realizada por Hassan choca con la dantesca situación, mantenida durante décadas, de los originales cordobeses: los asientos han sido objeto del vandalismo y se han visto dañados por el paso del tiempo y la meteorolog­ía, con azulejos enteros que se han perdido; y otros se conservan en parte.

Junto a las frases de Séneca, las lozas mostraban (ahora gran parte de esa decoración se ha perdido) motivos vegetales y geométrico­s al gusto de la época y si en unos bancos el color azul es el único que contrasta con el blanco, en otros también está el amarillo, siempre con una ornamentac­ión muy profusa. Los cinco bancos que se conservan se completan con otro que presenta un estilo distinto, y es el que tiene el escudo de Córdoba.

Además, hay varios más decorados con azulejos. Son los que están en la zona oriental de los Jardines de la Agricultur­a. Dan a la avenida de Cervantes y están decorados con su figura y elementos alusivos a la obra del autor de ‘Don Quijote de La Mancha’, ya que serían coetáneos a la rotulación de esta calle cuando la ciudad estaba creciendo fuera de los muros.

La esperada restauraci­ón de estos vetustos asientos se llevará a cabo mediante un laborioso trabajo artesanal, porque cada uno tiene un dibujo diferente: se reparará todo lo que se pueda y lo que no, será sustituido por piezas nuevas. Y será entonces cuando los bancos de azulejos recuperará­n su esplendor perdido.

Según la artista, las fotos que tomó de los bancos «eran escasas comparadas con la fuerte memoria visual que traje conmigo»

Rocío Crespillo Luna tocó el cielo con las manos el pasado verano: consiguió la preciada Lámpara Minera del Festival Internacio­nal del Cante de las Minas de La Unión, que le entregó nada más y nada menos que el cantaor Miguel Poveda, que cumplía entonces el treinta aniversari­o de su éxito en el mismo certamen. Además, Rocío Luna, cual es su nombre artístico, también consiguió los premios por mineras, cartagener­a, siguiriya y granaína y media granaína. Nacida en 1998 en la Cañada del Rabadán, una pedanía de Fuente Palmera, la artista participa este fin de semana en el festival Rivas Flamenca, y tiene a la vista dos citas importante­s en Córdoba. La primera, una actuación en la presentaci­ón de los carteles taurinos de la próxima Feria del Coso de los Califas, que se celebrará en el Gran Teatro el 5 de marzo; la segunda, un recital en el Real Círculo de la Amistad junto a Rafael Chaparro de Córdoba y sus palmeros, el día 10.

—¿De dónde le viene la vena flamenca?

—Pues mire… En mi casa… En mi familia hay afición. Tengo familiares a los que les gusta el flamenco, además en mi pueblo hay una peña flamenca a pesar de que es pequeñito. Y mis padres me llevaban a ella desde que yo era pequeña. Y luego, una tía mía fue la que me metió el gusanillo: ella no se dedica a esto pero le gusta mucho cantar; ella me ponía de chiquitill­a a cantar, cantábamos las dos juntas, y me decía que lo hacía muy bien. Ahí me motivaba yo. Me subí por primera vez a un escenario con siete años, y me di cuenta de que aquello me encantaba y de que quería seguir cantando.

—El premio del Cante de las Minas de La Unión se lo dio Miguel Poveda en la última edición. Son palabras mayores. Más honor que ése pocos, ¿no?

—Hombre, pues, imagínese. Fue un gran honor, porque por supuesto admiro mucho a Miguel como artista y también como persona. Alguna vez he coincidido con él y es una persona súper cercana: me encanta como es. Para mí es un privilegio que a mí me haya tocado que me entregase la Lámpara en el aniversari­o del suyo.

—Ese reconocimi­ento fue para Poveda fundamenta­l para su proyección artística, no sólo en España. Supongo que usted se mirará en él, en su trayectori­a.

—Claro que sí. Él ganó La Lámpara y fíjese. Es verdad que él se lo ha trabajado mucho, ha sido muy constate. Se lo ha currado, y está donde está más que merecidame­nte. Ojalá que yo, con mi trabajo y con el reconocimi­ento de La Lámpara, pueda llegar hasta ahí, hasta donde está Miguel, entre otros.

—¿En qué confía más, en el talento o en la suerte?

—Pienso que además de tener talento hay que currárselo. La suerte viene si te la trabajas, no viene sola. Las cosas no caen del cielo tampoco.

—¿Con ese objetivo trabaja todos los días?

—Claro. Hay días que estás con más ganas y otras con menos. Pero siempre hago lo máximo que puedo.

Las barreras

—En el mundo del flamenco da la impresión de que hay una elite de artistas consagrado­s que siempre están ahí y luego otros de un segundo escalón a los que les cuesta mucho llegar al primero.

—Sí que es verdad. Hay cantaores muy buenos que están ahí arriba y luego otros que también son muy buenos y que por cualquier motivo, por lo que sea, pues no han llegado hasta lo más alto.

—¿Aspira a romper esa barrera?

—Mire, por supuesto que es algo que me gustaría. Pero lo único que pido, entre comillas, es poder cantar siempre. Lo que yo quiero es cantar toda la vida si mi garganta me lo pide. Porque es lo que más me gusta, es que lo necesito: cuando me tiro mucho tiempo sin cantar no soy yo. Me pasa cuando pasa mucho tiempo entre una actuación y otra, porque esto es así, unas veces tienes muchas actuacione­s y otras menos: me noto que me falta algo, como si me faltara una vitamina.

—¿Qué consejo le daría a los artistas que empiezan?

—Pues les diría que no es algo fácil y que por eso mismo hay que estudiar mucho y no tirar nunca la toalla. Esto no es un camino liso en línea recta: como yo digo, hay tramos lisos, otros con piedras, cuestas arriba... A lo que me quiero referir es a que no se desanimen porque vengan rachas o momentos un poco peores, porque esto del arte es así; bueno, es la vida en general. Hay que perseguir los sueños y luchar por ellos si realmente es lo que te hace feliz, porque el trabajo duro al final da sus frutos.

—Conoce a Inmaculada Aguilar, ¿verdad?

—Sí, claro que sí.

—La entrevista­mos en estas páginas hace unos meses y nos decía que para ella el flamenco era una necesidad vital.

—Claro, claro. Estoy totalmente de

acuerdo con la grandísima bailaora que es Inmaculada.

—Mineras, siguiriyas, granaínas, medias granaínas… ¿Cuál es su palo favorito?

—Ésta es una pregunta que me hacen bastante y la que no se qué contestar. Porque es que a mí me encanta el flamenco, aunque obviamente hay algunos palos en los que siento más cómoda que en otros, pero también depende del día. A lo mejor hoy me gusta mucho cantar por siguiriyas, y mañana pues puede que no me apetezca. ¿Sabe? Pero es verdad que con los que me suelo encontrar más cómoda son las bulerías, las siguiriyas, la soleá, los tangos, los cantes de Levante por supuesto, que me encantan.

—¿Hay un palo para cada estado de ánimo?

—Puede ser. O mejor dicho, hay un palo para como tú te sientas cada día. Un ejemplo: un día puedo estar muy alegre pero me apetece escuchar siguiriyas. No hay una regla.

—¿Fosforito es lo más grande que le ha pasado al flamenco en Córdoba? —La verdad es que sí. Ha habido artistas muy buenos, hay que decirlo también, grandísimo­s cantaores que, como hemos dicho antes, pues no han llegado tan arriba, que no han sido tan conocidos. Porque en Córdoba yo considero que hay mucho arte en la guitarra, en el cante y el baile. Fosforito es y será siempre un grande, y además es un cantaor con muchísima afición y conocimien­to, por ese motivo es muy completo: es muy estudioso de este arte.

A lo largo de su trayectori­a, Rocío Luna ha participad­o en numerosos e importante­s Festivales Flamencos desde muy temprana edad, como son la Noche Blanca del Flamenco de Córdoba, el Festival Flamenco de Zambra, donde estuvo con once años en el homenaje a Fosforito, o el Festival de la Guitarra de Córdoba junto a la Orquesta de Córdoba, entre otros. Ha intervenid­o desde pequeña en programas de televisión como ‘Menuda Noche’, ‘La Tarde, aquí y ahora’ de Canal Sur y ‘Comando Actualidad’ de

TVE. Además, concursó en el programa de ‘Tierra de Talento’, en el que llegó a la final, y sobre el que José Mercé aseguró que «con Rocío Luna ha aparecido el ‘flamenco auténtico’».

En el año 2011, su municipio natal de Fuente Palmera le otorgó el premio Colona del Año por su destacada trayectori­a, cuando ella tan sólo contaba con doce años de edad. Más: en 2017 entró en funcionami­ento en la Cañada del Rabadán la Escuela Infantil, a la que le pusieron su nombre. Y en 2021 le concediero­n el título de Hija Predilecta de La Colonia de Fuente Palmera.

—¿Cuáles son sus principale­s referentes?

—Bueno, la verdad es que tengo muchísimos referentes porque me encanta el cante y es lo que más me hace disfrutar. Puedo mencionarl­e algunos como : la Niña de los Peines, Vallejo, Caracol, Isabelita de Jerez, Pinto, Morente, Fosforito…., pero son muchos más. Tengo referentes de todas las épocas. Además me gusta escuchar a mis compañeros y grandes artistas de hoy. Me gusta mucho escuchar en general, y bueno, también las propuestas que ofrecen y han ofrecido todos los artistas, independie­ntemente de si me gusta más o menos ese artista. Otra cosa que también me gusta es indagar en otras músicas y disfrutar de ellas.

—Vuelvo a Inmaculada Aguilar. Según ella no hay un cante tan original como el flamenco.

—A ver. Las personas que se dediquen a otros géneros quizás digan lo mismo de esos géneros. No lo sé. Para mí el flamenco es lo más grande, aunque también valores cualquier música que sea buena.

A mí el flamenco es lo que más me llena, lo que más me gusta, lo mejor del mundo.

—Usted es una cantaora formada y curtida en las peñas y los concursos. ¿Cree que ambas son importante­s para la promoción del talento y del arte en sí?

—Creo que sí. Las peñas son fundamenta­les: hacen una labor muy importante en el flamenco, sobre todo para las personas que están empezando. La afición y la cercanía que hay en las peñas es increíble: a mí me encanta cantar en ellas. Hay que pasar por las peñas, y luego está en cada uno dar el salto a los concursos, que a mí me han servido porque he aprendido mucho en ellos, en ellos coges tablas.

—¿El flamenco ha traspasado la barrera del folclore?

—Por supuesto que sí. El flamenco es mucho más que eso. El flamenco es universal. Raro es el sitio en el que tú digas ‘flamenco’ y no sepan de qué estás hablando.

—¿Para cuándo en la Bienal o en el Suma?

—Bueno, algunas probabilid­ades hay de que vaya a alguno de los dos sitios, lo que pasa es que no puedo desvelar nada todavía.

—¿Cree que alguna vez podrá vivir del cante de forma profesiona­l?

—Ojalá que sí. Es lo que deseo.

Metas «Hay que perseguir los sueños y luchar por ellos si es lo que te hace feliz»

—¿Qué valor le concede a la Cátedra de Flamencolo­gía de la Universida­d de Córdoba (UCO)?

—Me parece que hacen una labor súper importante en el flamenco, tanto a nivel educativo como artístico. Yo he participad­o en ella como alumna y también he cantado en ella cuando estaba de director Luis de Córdoba, y luego con David Pino.

Tipismo «El flamenco es mucho más que folclore. El flamenco es universal»

Ideal «Lo que yo quiero es cantar toda la vida si la garganta me lo pide»

—La Noche Blanca del Flamenco. ¿Qué opinión tiene de ella, del papel que juega y de la evolución que ha tenido?

—En realidad no puedo responder en cuanto a la evolución porque no he asistido a todas las ediciones desde que se creó, entonces no puedo opinar sobre algo que no he visto. Pero sí puedo decir que me parece una idea estupenda la de potenciar el flamenco en Córdoba. A mí me gusta mucho ir cuando puedo. Hay variedad y para todos los públicos. Y sería un sueño para mí poder estar algún día en la Noche Blanca porque quiero a mi tierra y me siento muy orgullosa de ser cordobesa.

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// LONDON ART GALLERY ‘Banco de Córdoba’, de la artista Jamelie Hassan
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Luna, en el Real Círculo de la Amistad, donde actuará el 10 de marzo junto a Chaparro de Córdoba
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FOTOS: VALERIO MERINO

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