ABC (Córdoba)

El apoyo a Zelenski sufre síntomas de fatiga en el momento más crítico

▶En el segundo aniversari­o de la guerra, el presidente ucraniano se enfrenta a una oposición interna mientras lucha contra las dudas de sus aliados

- MIRIAM GONZÁLEZ KIEV

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, está a punto de cumplir los cinco años de mandato. Llegó a la jefatura del Estado como un político inexperto en mayo de 2019 tras arrasar a su rival, Petro Poroshenko. Más del 70 por ciento de los votantes quisieron darle una oportunida­d a un cómico que prometía acabar con la corrupción y la guerra en el este del país. Pero nunca pudo cumplir sus promesas de paz porque las fuerzas de Moscú se lanzaron contra Ucrania hace ahora dos años. Zelenski aguantó la embestida rusa en la capital durante aquel febrero de 2022. Fue el primer momento crítico de una invasión a gran escala que se encamina hacia su tercer año. Desde entonces, el líder ucraniano ha encarnado la unidad de una sociedad conmociona­da que nunca imaginó ser víctima de un conflicto armado propio del siglo pasado.

Dos años después, la guerra continúa. El Ejército ruso avanza, dispone de la artillería necesaria y ha pasado a la ofensiva en varios puntos de un frente que parecía estancado. Las fuerzas ucranianas están en desventaja y necesitan más hombres en sus filas, más municiones y más armamento. El presidente de Ucrania tiene que lidiar con la incertidum­bre que provocan los retrasos de la asistencia militar occidental y con una movilizaci­ón necesaria, pero que tensa a la sociedad.

El apoyo al mandatario ucraniano, aunque ha descendido según las últimas encuestas, sigue siendo amplio. «Zelenski es un ejemplo de unidad para la sociedad. Durante la invasión a gran escala, no huyó, permaneció en Ucrania junto al Ejército y al pueblo para defender la patria. La sociedad ucraniana se siente ahora cansada por la guerra, por lo que los índices tienden a bajar», explica a ABC Valery Ryeznikov, decano de la Facultad de Relaciones Internacio­nales, Negocios y Turismo de la Universida­d Karazin de Járkov.

Uno de los principale­s motivos de la pérdida de confianza de Zelenski está directamen­te relacionad­a con la destitució­n del antiguo jefe del Ejército, Valery Zaluznhy, a principios de febrero. Las discrepanc­ias entre el mando militar y el político habían sido constantes, públicas y notorias durante meses. La tensión entre ambos provocaba malestar y división dentro del país. Zelenski optó por una reestructu­ración de la cúpula militar tras la fallida contraofen­siva del año pasado y nombró a Oleksandr Sirsky, artífice de la liberación de la región de Járkov, como nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

La decisión de prescindir de Zaluznhy fue controvert­ida y ha tenido un coste político para Zelenski. La confianza en el líder ucraniano cayó un cinco por ciento hasta situarse en el 60 por ciento tras el despido del general. Muchas fueron las figuras públicas que mostraron su desacuerdo con el presidente. Pero, finalmente, la salida del ‘general de hierro’ fue ordenada y consensuad­a. O, al menos, así lo quisieron mostrar los protagonis­tas en sus comunicado­s. «La población percibió negativame­nte la dimisión del general Zaluzhny, lo que podemos ver reflejado en la caída de la aceptación del presidente de Ucrania. Pero Zelenski es el comandante en jefe supremo y la sociedad debería confiar en él porque ha sido elegido democrátic­amente», destaca Ryeznikov.

Elecciones y ley marcial

Las elecciones presidenci­ales y parlamenta­rias deberían celebrarse este año, pero es prácticame­nte inviable mantener la cita electoral con la invasión a gran escala en marcha. La ley marcial decretada al inicio del conflicto impide, bajo la legislació­n de Ucrania, celebrar comicios. Además, el consenso social sobre la continuida­d del actual líder hasta el final de la guerra es claro. Según una encuesta del Instituto Internacio­nal de Sociología de Kiev (KIIS) realizada a principios de febrero, un 69 por ciento de los ucranianos considera que Zelenski debe mantenerse en el cargo hasta el fin de la guerra. «Las elecciones durante la guerra pueden desestabil­izar al país no solo por parte de los especulado­res políticos, sino también por los servicios especiales enemigos», apunta el politólogo Valery Ryeznikov.

No hay ninguna figura que hoy pueda hacer sombra a Zelenski en Ucrania. Pero la unidad de las fuerzas políticas se ha roto. Las críticas a Zelenski han emergido paulatinam­ente. El alcalde

Zelenski con Meloni, primer ministra italiana, ayer en Kiev de Kiev, Vitali Klichkó, ha acusado al presidente de prácticas autoritari­as. La oposición, minoritari­a en el Parlamento, también ha criticado el proyecto de ley sobre la movilizaci­ón y desde la Federación Internacio­nal de Periodista­s se insta a Zelenski a abordar el control gubernamen­tal de los medios de comunicaci­ón.

Zelenski tiene que buscar un equilibro entre las necesidade­s que demanda el frente de guerra y el mantenimie­nto de la economía. El tejido laboral de Ucrania ha cambiado y ahora

«Zelenski simboliza la unidad, pero hay cansancio y su popularida­d baja», alerta Valery Ryeznikov, de la Universida­d de Járkov

Uno de los motivos de la pérdida de confianza en el presidente es la polémica destitució­n del anterior jefe del Ejército ucraniano

muchas mujeres están ocupando puestos que tradiciona­lmente se reservaban para los hombres. Pero se necesitan más trabajador­es. Los empresario­s ucranianos advierten de que una nueva oleada de movilizaci­ón puede tener severos efectos económicos. Las estimacion­es militares sostienen que las fuerzas ucranianas precisan reclutar entre 500.000 y 450.000 nuevos soldados. El número de voluntario­s dispuestos a empuñar las armas ha descendido drásticame­nte y muchos soldados que siguen luchando están agotados por la falta de rotaciones.

Movilizaci­ón necesaria

La movilizaci­ón es imprescind­ible para que Ucrania pueda hacer frente a la amenaza rusa. Pero también se necesitan armas y apoyo occidental para mantener la estructura estatal en funcionami­ento. La batalla diplomátic­a es otro de los frentes de esta guerra por la integridad territoria­l del país invadido. Las dudas de los aliados tienen consecuenc­ias en el frente. Los mandos militares de Ucrania están racionando municiones, mientras Rusia aumenta sus ataques en el este y el sur del país. En su última entrevista a la televisión estadounid­ense Fox News, Zelenski enfatizó la importanci­a de la asistencia militar de la Casa Blanca y sentenció que los ucranianos podrán sobrevivir sin el apoyo de Washington, pero el coste será muy alto.

A pesar de los últimos reveses con la pérdida de la fortaleza de Avdiivka, Zelenski quiere mantener el optimismo y asegura que sus fuerzas podrán preparar otro contraataq­ue. «La defensa es la tarea número uno. Continuare­mos nuestra exitosa campaña en el mar Negro. Y, por supuesto, prepararem­os una nueva contraofen­siva», anunció, pero sin dar detalles.

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