Luz de lunes
Aquí estamos para dar un abrazo moral
ES lunes. Va muriendo febrero. Cuaresma pura. En algunos templos ya va llegando el nerviosismo de la cuenta atrás de la cercanía de la primera luna llena de primavera. En otros, en las iglesias más grandes y en las más recónditas, quedarán los ecos de los rezos y una lágrima seca por lo sufrido en Valencia, que no olvidaremos. Y en esto, España ya vuelve a su designio de intentar buscar consuelo donde no lo hay.
En el Congreso, en las llamadas, el PSOE, este PSOE, al que acertadamente esta casa editorializó como el de los cien días de calvario, hará lo de siempre desde que se inventaron los despachitos y las canonjías. Se volverá a que Sánchez haga sus hombres y Sánchez los deshaga; esos lastres de los que él tanto se valió para tomar el cielo por togados.
Dejarán caer a Ábalos, les vendrá bien vender algo de ejemplaridad falaz, y a los más sentimentales nos dará un escalofrío, ni malo ni bueno, de aquellos tiempos en que Delcy levitaba. Cuando la voz rotunda de fontanero al alba de aquel que llamaron Pepelu, y ese olor difuso a Brummel que el PSOE ha cambiado por el de ‘mongetes’, y la lana de los hijos morales de los que llevaban verduguillos.
Las compañías del PSOE dan para una enciclopedia, pero ya viene uno bien llorado de casa y total para qué. Está Achilipú Montero hablando de ‘desensia’ y nada puede ser más irónico.
Amanece así España. Y hoy quisiera uno, en esta tronera, de natural cachonda, informal, de lo que pasa y no pasa, cambiar el tercio y mostrar el dolor por la tragedia de Valencia. Siempre hay una tragedia que marca a una generación y, lamentablemente, ya tenemos la nuestra.
La rotura de la presa de Tous, la caída de Los Ángeles de San Rafael, y cada atentado de ETA al que asociamos una historia íntima, un momento de memoria como en un VHS familiar. Nadie se acordará bien de aquella banda de José Luis Ábalos y los ‘koldos’, cuando más oscurecía sobre el país.
Es lunes, y debemos sobreponernos a muchas cosas. Aquí estamos para dar un abrazo moral en espera de una amapola, de una sonrisa. De algo.*