ABC (Córdoba)

Lágrimas felices donde nunca faltó la esperanza

La recién erigida cofradía de la O ha recorrido un largo camino desde 1993, en el que tras la bendición llegó un período de espera en que se temió por su continuida­d

- LUIS MIRANDA CÓRDOBA

Infantes Florido bendijo en 1996 a la Virgen, obra de Antonio Bernal; Fray Ricardo y Pedro Soldado la coronaron en 2000

MUCHOS hermanos no pudieron evitar las lágrimas en su fiesta de regla, cuando se anunció que el Obispado había aprobado por fin la erección canónica de la cofradía de la Virgen de la O. Eran lágrimas de alegría que se prodigaban entre los abrazos y las felicitaci­ones mutuas, pero en ellas tendría que quedar algo de aquellos años en los que nadie estaba seguro de que aquella imagen que se veneraba en la parroquia de la Aurora llegase a salir bajo palio. Mediaba el siglo XXI, la aprobación de nuevas cofradías parecía muy difícil y aquel grupo de cristianos que se había reunido en torno a la advocación de la Virgen de la O no tenía otro horizonte que una espera incierta. «La cofradía ha tenido un camino muy tortuoso», resume Rafael González Quesada, que tomó la llama de la devoción en esa época difícil y estuvo al frente hasta 2022.

La que ahora ya es cofradía de penitencia había nacido en 1993, en un momento de optimismo y crecimient­o de la Semana Santa de Córdoba, cuando se sumaban hermandade­s y pasos cada poco años. Intentaron quedarse con la ermita de la Consolació­n, en la calle Armas, y más tarde pasaron por San Rafael, hasta que les abrió las puertas Manuel Cobos, el párroco de la entonces nueva iglesia de la Aurora, que se consagró en 1996.

El 18 de diciembre de ese año, José Antonio Infantes Florido, ya entonces obispo emérito de Córdoba, bendijo a la Virgen de la O, que Antonio Bernal había hecho en 1993, cuando la hermandad daba sus primeros pasos.

Los años siguientes fueron difíciles para la llegada de nuevas cofradías. El Obispado era más partidario de fortalecer las que ya existían y no fueron pocos los intentos que quedaron en muy poca cosa. La Virgen de la O siguió en la parroquia y los suyos seguían esperando. «Éramos 400 hermanos en el año 1998», cuenta Rafael González Quesada. En 2000 se impuso la nueva corona a la Virgen por parte del entonces párroco, Pedro Soldado, y de Fray Ricardo de Córdoba, que desde el principio había apoyado mucho a la hermandad, como recuerda su anterior hermano mayor.

«Hubo unos años de decadencia en que temimos por la desaparici­ón de la hermandad», dice con claridad Rafael González Quesada. La Virgen salía cada año en rosario de la aurora, y a mitad de la primera década del siglo XXI el futuro parecía complicado. Los suyos no cedían, aunque tuvieran que ver cómo otras corporacio­nes, que habían empezado muchos después, lograban ser cofradías. La advocación de la O es una variante de la Esperanza.

Procesión

Rafael González Quesada habla entonces del 8 de octubre de 2016, la primera procesión de la Virgen de la O, que fue a la vecina parroquia de Fátima. «Aquello fue un antes y un después y un descubrimi­ento para los jóvenes cofrades, porque los antiguos conocían todos a la Virgen. El barrio se dio cuenta y se volcó», dice. Aunque la salida la había autorizado el anterior párroco, Javier Calavia, para la procesión al frente del templo estaba ya José Luis Camacho, para quien sólo tienen palabras de agradecimi­ento.

Cuando en 2018 la Virgen de la O salió por primera vez bajo palio el Sábado de Pasión la hermandad había cobrado un impulso nuevo y trabajaba en la llegada del Señor. Los fundadores pensaron en el misterio de la Lanzada, pero la peculiar estructura de la parroquia no deja sitio para otro Crucificad­o que el de Aurelio Teno en el altar mayor, y se optó por el Señor de la Victoria en las Tres Caídas, obra también de Antonio Bernal, que se bendijo en junio de 2019.

Desde septiembre de ese año eran pro hermandad con estatutos ‘ad experiment­um’ y la última petición de su actual hermano mayor, Álvaro Pérez, que remitió hace poco la documentac­ión que faltaba, fue definitiva. Son 500 hermanos «reales, de los que pagan cuota». La Virgen estuvo en la Catedral en 2021, por los 25 años de su bendición, y volvió bajo palio.

«No tenemos prisa por llegar a la carrera oficial. Queremos tener la base muy asentada, porque sabemos a lo que nos exponemos y sería un camino de once horas», cuenta. Y, eso sí, tienen claro que irán con sus dos pasos desde el primer momento. Como pasará desde su primer Sábado de Pasión como cofradía de pleno derecho.

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// ROLDÁN SERRANO María Santísima de la O, en su paso de palio un Sábado de Pasión

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