El vacío que destapa el atropello a Guadalupe
LaLiga y Mediapro reconocen el error, piden perdón y toman nota para el futuro
No fue una tarde sencilla en Sevilla. Lluvia intensa y viento, y un desafortunado cruce de caminos entre el operador de la ‘steadicam’ y la asistente Guadalupe Porras, algo que jamás había pasado en los 600 partidos en los que LaLiga ha utilizado esta cámara especial, cuyo cometido es enriquecer la retransmisión audiovisual de los partidos hacia una experiencia más cinéfila. Un atropello que acabó con la asistente en el hospital, tras sufrir «una herida inciso-contusa en la cara de grandes dimensiones, quedando aturdida en el suelo, perdiendo el conocimiento y sangrando abundantemente», según reflejó Cuadra Fernández en el acta.
¿Cómo pudo pasar algo así? «El operador de cámara, en el momento de ir a captar la celebración de un gol, no se percató de la presencia de la asistente, interfirió en su movimiento y provocó el choque», explican fuentes de LaLiga. «Se han dado instrucciones a la producción audiovisual para que extremen las precauciones en no interferir en el trabajo de los jugadores y el cuerpo arbitral» , añade la Patronal. En el duelo liguero de hace una semana entre el Celta y el Barça, una cámara grúa también invadió el área durante el penalti que Lewandowski iba a lanzar en el último minuto y fue el propio portero Guaita, sorprendido y molesto, el que alertó al colegiado del exceso para que interviniera.
LaLiga, así como Mediapro, que es la empresa a la que pertenecen todos los profesionales que trabajan en la producción de un partido, cuentan que el chaval, que lleva dos años ejerciendo de ‘steadicam’ en partidos domésticos y europeos, estaba muy afectado por lo sucedido y en cuanto recibiera el visto bueno del departamento jurídico de su empresa se pondría en contacto con Guadalupe para disculparse. Un perdón que ya pidió sobre el campo, aunque el CTA niega que fuera así: «Se ha pedido disculpas a Guadalupe Porras, así como al CTA en su conjunto. Ayer mismo la directora de partido del Betis-Athletic acudió al hospital a interesarse personalmente por su estado de salud y trasladarle nuestro apoyo», detalla LaLiga.
«El ‘steadicam’ es el que estaba más afectado de todos. Fue el primero en alertar a los médicos de ambos clubes y dejó de hacer su cometido, que era grabar la celebración del gol del Betis. No pasó de Guadalupe y, quizás, otro en su lugar lo hubiera hecho. Ya hemos pedido disculpas a la RFEF, a LaLiga y a los árbitros allí presentes. Cuando se le dé el ok al chaval, personalmente se disculpará con Guadalupe», explica Diego Morillas, responsable del departamento de cámaras especiales de Mediapro.
Diego se muestra enfadado por algunas informaciones sobre el percance: «Todos queremos que la Liga sea un espectáculo a nivel audiovisual y todos trabajamos para que el producto sea el mejor posible. Si el realizador nos dice que el ‘steadicam’ tiene que entrar cuando hay un gol, entra. El objetivo es que un incidente así no se vuelva a repetir. Por la lluvia, el domingo el ‘steadicam’ tenía una capa para proteger la cámara del agua y eso le restaba visibilidad, pero en ningún momento hemos dicho que la asistente se puso en medio o no debía estar donde estaba».
¿Y qué piensa el CTA? Al Comité de árbitros le llama la atención que no hubiera un auxiliar pegado al ‘steadicam’, una figura que sí estaba al principio de su utilización, pero ya no desde hace dos años: «Si ponemos ayudantes, los fotógrafos se nos van a quejar de que se produce una celebración con jugadores, una ‘steadicam’ y auxiliares a su lado con el chaleco de LaLiga. Y todo eso afea las imágenes», detalla Morillas.
«La asistente hizo lo que tenía que hacer. Tras un gol, irse corriendo por su línea de cal hacia el centro del campo y a la vez mantener la mirada en el terreno de juego. Si un árbitro asistente tiene que estar pendiente de si ocupan o no su banda, no puede hacer su trabajo. Esa línea debe estar liberada todo el partido. ¿Se imagina a un asistente ocupando el área técnica de un entrenador? Cada profesional debe estar en su sitio», explican en el CTA, que entienden la cohabitación con los cámaras, pero siempre dando prioridad a la labor arbitral. «Una ‘steadicam’ pesa como unos 40 kilos. Por eso debe controlar y medir mucho sus movimientos. Quizás una buena idea sería que entraran al campo por la línea de fondo», sugiere el CTA.
Esta propuesta, la figura de un ayudante (aunque pueda condicionar las
imágenes de una celebración y no salgan limpias) o afinar el protocolo audiovisual respecto al área de acción de las ‘steadicam’ pueden ser soluciones para que lo del Benito Villamarín no vuelva a ocurrir.
Pero lo cierto es que el atropello de Guadalupe ha destapado un vacío del que el fútbol no sabe responder. ¿Quién regula episodios de este tipo? ¿Caben las sanciones ante comportamientos así? ¿Quién manda más, el árbitro que expulsa a un cámara o el contrato televisivo que permite el acceso al campo de un cámara? Mientras haya un componente humano y un espectáculo que mostrar, el riesgo cero es complicado de alcanzar, pero convendría poner un orden que regule estos inadvertidos cruces de intereses.
«Una ‘steadicam’ pesa unos 40 kilos. Debe medir sus movimientos. Una buena idea sería entrar por línea de fondo», dice el CTA