Raphael canta a Ester Expósito

La vida son pequeñas escenas costumbristas que sintetizan lo que sacude el mundo, como una película de autor pero con menos moralina. Por ejemplo, el drama basado en hechos reales de un señor de mediana edad que hasta hace poco jugaba a ser moderno y que ahora llora porque sus hijos adolescentes le obligan a ver al Xokas y a Illojuan en la tele del salón. Ese hombre, especialista en música moderna, es visto por esos chavales como un viejo, que es como todos los adolescentes ven a su padre aunque el padre sea Cristiano Ronaldo y te obligue a hacer flexiones por la mañana en una mansión de Arabia.

Por mucho que te gusten Los Planetas como a todos los «puretas» y Novedades Carminha haya sacado una canción hablando de ti, eres un ‘boomer’, que es la versión milenial de viejo. «Yo estaba en la onda, pero la onda cambió y ahora resulta que estoy fuera de onda. La onda me resulta extraña y escalofriante... Y a ti te pasará lo mismo», le dijo el abuelo Simpson a un Homer ‘teenager’ que se reía del viejo porque él iba a «rockear por siempre, siempre, siempre»... Y el recuerdo del «siempre» se le quedaba como un eco mientras lleva a Bart a un concierto de hiphop del que no entiende nada y que le resulta escalofriante.

Si Christopher Nolan fuera murciano, dirigiría una versión intimista y cámara en mano de un bucle temporal patrio: años 80, un chaval en el asiento trasero del coche familiar se pone los cascos del walkman para no escuchar a Raphael, que el padre ha puesto atronando por la radio. 40 años después, el chaval, camisa hawaiana y pelos en las orejas, hace los coros a Raphael, que canta desde el escenario principal del Sonorama. Ahí acaba el bucle porque en Malasaña ya solo se tienen perros, no hijos.

Claro que no hace falta ficcionar: está Ester Expósito en El tumbao de Tarifa tarareando ‘Una foto en blanco y negro’ de El canto del loco y al fondo Dani Martín, líder del grupo, le escribe una canción diciendo que se ha enamorado de ella. Publica el tema y la prensa seria, enferma de literalidad, que diría el maestro de periodistas Pedro Sorela, se pone a hacer sesudos artículos sobre el acoso, el edadismo, el empoderamiento... Y los puretas que hace años renegaban del grupo ahora hacen memes del cuarentón que persigue adolescentes. Total, que solo Julio Iglesias nos sobrevivirá.