El campo no cede y medio millar de agricultores corta la A-45 por cuatro horas
▶Los antidisturbios, sin cargas, retiran a los manifestantes en el momento de mayor tensión de la protesta en Lucena ▶Asaja, UPA y COAG paran la autovía a Málaga y la A-318, atascan la N-331 y provocan marchas lentas en otras vías
MEDIO millar de ganaderos y agricultores protagonizaron ayer en Lucena la gran movilización del sector del campo, la primera convocada por las principales organizaciones agrarias (Asaja, COAG y UPA, a los que se unió Cooperativas Agroalimentarias). El campo no cede y ya a la vista otra convocatoria el domingo con la organización paralela surgida de estas protestas. Los manifestantes lograron su objetivo de cortar la autovía Córdoba-Málaga (A-45) durante algo más de cuatro horas, entre las 11.05 y las 15.15 horas, en el punto kilométrico 56 en los dos sentidos de la calzada. Tras varias horas de una protesta pacífica, los antidisturbios de la Guardia Civil tuvieron que actuar para disipar al poco menos de un centenar de manifestantes que se negaban a desalojar la carretera. Esta vez, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado no tuvieron que utilizar las cargas para conseguir retirar a las últimas personas.
Decenas de tractores, que sólo pudieron llegar hasta el cruce de la A-318 con la A-45, y centenares de agricultores y ganaderos, ya a pie, iniciaron la protesta con un corte de la autovía Córdoba-Málaga, en una movilización autorizada por la Subdelegación del Gobierno, bajo una pancarta de las patronales agrarias con el lema ‘Por la supervivencia del campo’. Los manifestantes habían asegurado que querían generar el menor perjuicio posible para los usuarios, con cortes intermitentes. Sin embargo, los mismos se prologaron de forma ininterrumpida durante cuatro horas.
El corte sólo permitió el paso a vehículos en casos excepcionales. Por ejemplo, pasó una pareja hacia el hospital. Pese a la promesa inicial incumplida de dar paso de forma intermitente, la Guardia Civil pidió abrir el tráfico de la calzada durante 10 minutos, pero los manifestantes no se movieron y siguieron bloqueando los dos sentidos de esta carretera durante largas horas. Las retenciones llegaron a ser varios kilómetros en ambos sentidos, especialmente rumbo a Málaga. Adultos, niños y mascotas sufrieron las consecuencias a pie de asfalto. «No tenéis conciencia», se escuchó a una de las mujeres que sufrían el atasco al dirigirse a los manifestantes.
La vigilancia fue extrema. Hubo varios helicópteros sobrevolando la zona en múltiples ocasiones. El servicio aéreo de la Guardia Civil fue el más activo. También tuvo presencia un helicóptero de la Dirección General de Tráfico (DGT). La Benemérita, ante la prolongación de los cortes en la A-45, habilitó desvíos a la N-331, por las salidas 49C y 62D en ambos sentidos, para evitar que las retenciones creciesen. De hecho, la antigua nacional sufrió atascos en los siguientes accesos a la autovía en Monturque o Lucena.
«De aquí no se mueve nadie», gritaban los miembros de la cabecera del corte. De fondo, se escuchaban también las voces de protesta de un grupo de ganaderos: «No hay miedo a nada ni a nadie». Pasadas las tres de la tarde, los antidisturbios, con algún momento de tensión, procedieron a reabrir la A-45, cuando apenas quedan 75 manifestantes.
No pararán
Las organizaciones agrarias reclaman mejoras en el sector primario al Gobierno de España y a la UE. Protestaron por la delicada situación que atraviesa el sector del campo, debido a múltiples factores y reclaman distintas medidas: que se logren precios justos, la flexibilización de la PAC, infraestructuras hídricas, que se elimine la competencia desleal de terceros países de fuera de la Unión Europea o que se acabe con la excesiva burocracia que soportan sus explotaciones.
Los máximos responsables de la provincia de Córdoba de Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias comparecieron en el comienzo del corte de la A-45. Miguel Cobos, secretario general de UPA, advirtió que «no vamos a dejar de movilizarnos hasta que haya medidas reales». Por su parte, la secretaria general de COAG, Carmen Quintero, denunció que «estamos perdiendo rentabilidad» en nuestras explotaciones y pidió una política de «gestión del agua transparente».
El presidente de Asaja-Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, incidió en otra problemática que han provocado las protestas que ya duran más de tres semanas. «Las medidas medioambientales son imposibles de cumplir», ni España ni en el resto del mundo, argumentó. A su juicio, «nos piden cosas absurdas».
Su homólogo en Cooperativas Agrolimentarias, Rafael Sánchez de Puerta, alertó de que «estamos en un momento muy crítico» para la subsistencia del sector del campo, pero apuntó, con cierto motivo de optimismo futuro, que «la rentabilidad se recupera con inversión en infraestructuras hídricas».
Las organizaciones agrarias lo advierten: «No vamos a dejar de movilizarnos hasta que tengamos medidas reales»