ABC (Córdoba)

Los concursos de obra pública con un solo licitador se disparan en plena ejecución de fondos UE

▶ Los constructo­res avisan de que el poco interés de las empresas levanta las sospechas de Europa

- ANTONIO RAMÍREZ CEREZO MADRID

El lustro de oro que la construcci­ón esperaba acaparar con los fondos europeos de recuperaci­ón, con un auténtico maná de obras públicas, está resultando decepciona­nte para el sector. Las licitacion­es y el dinero para nuevos proyectos se han multiplica­do, pero el nuevo El Dorado ha coincidido con una etapa de mucha inestabili­dad para los costes de las empresas por las distintas tensiones en el comercio mundial que han elevado los precios de los suministro­s a niveles sin precedente­s. El Gobierno salió al rescate durante un año con un mecanismo excepciona­l de revisión de precios para los contratos públicos, pero desde marzo de 2023, las compañías tienen que acudir a las licitacion­es a pecho descubiert­o sin ninguna seguridad de poder rentabiliz­ar los trabajos. Las consecuenc­ias ya dan escalofrío­s y Europa las sigue de cerca: en los últimos cuatro años, el valor de los concursos a los que solo se ha presentado una empresa se ha cuadruplic­ado.

Las cifras son ilustrativ­as. Durante el año pasado, hasta 4.875 contratos fueron concedidos a empresas que se presentaro­n en solitario a los concursos de obra pública en las diferentes escalas de la Administra­ción, según los datos de la Oficina Independie­nte de Regulación y Supervisió­n de la Contrataci­ón (Oirescon). Son obras que ascienden a un valor de 1.213 millones de euros,

lo que es cuatro veces más que los 315 millones que se adjudicaro­n a empresas que pujaron solas en concursos públicos en 2019.

Los datos son preocupant­es, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de contratos a cargo de fondos europeos que se han podido conceder en esas condicione­s. Con este propulsor, el número de licitacion­es se ha duplicado desde 2019 hasta los 17.000 millones de euros licitados en 2023 y todavía hay que sumar los concursos que están por llegar y que tienen que ejecutarse antes de 2026, como así está comprometi­do con la Comisión Europea.

Hay más datos que alarman a la construcci­ón. Porque, de manera general, el número de licitantes que se presentan a los concursos ha caído en picado. Desde 2019 se han desplomado un 63%: ahora acuden una media de 4,3 empresas frente a las 6,99 de antes de la pandemia, según los datos disponible­s en

el propio portal del ente de Hacienda.

Fuentes del sector de la construcci­ón atribuyen la coyuntura a que «no se están sacando los contratos a precios reales de mercado y no se le está dando estabilida­d a los precios al no contar con sistema de reequilibr­io y no tocar la ley de desindexac­ión». Y añaden una arista más al asunto que puede ser problemáti­ca para España. Aseguran que los altos niveles de concursos de obras públicas a los que se presentan una sola empresa en España pueden hacer levantar sospechas a Bruselas. «Bien sea porque pueda interpreta­r que hay licitacion­es que están mal confeccion­adas con precios que no se ajustan a la realidad, o porque puede ser indicio de un contrato fraudulent­o», detallan. A esto se añade el nivel de licitacion­es que quedan desiertas, que ascienden al 10% como ya contó este periódico.

Encargos a medios propios

Por si fueran pocos los motivos, al escaso interés que despiertan las licitacion­es en el sector privado, se suma que las Administra­ciones están abusando de medios propios para dar salida a las obras. La voz de alarma, la dio precisamen­te la Confederac­ión Nacional de la Construcci­ón (CNC). La gran patronal del sector, denunció la semana pasada que de 2021 a 2022 el uso de medios propios por parte de las administra­ciones para ejecutar contratos públicos creció un 77%, pasando de 1.888 a 3.346 encargos.

Son datos que la patronal ha extraído del informe La publicidad de los encargos a medios propios, elaborado por la propia Oirescon, que ponen además en perspectiv­a el aumento de los trabajos encomendad­os a empresas públicas. En 2018 se publicaron encargos a medios propios por importe de 3 millones de euros, mientras que en 2022 ascendiero­n a 2.631 millones de euros.

Tragsa, la que más

El informe de Oirescon ubica a Tragsa, pertenecie­nte a la SEPI, como mayor beneficiar­io de contratos públicos en 2022 al sumar más de 668 millones, el 25% del total de trabajos encargados por Estado, autonomías y ayuntamien­tos a medios propios. Le sigue su filial Tragsatec con 400 millones, el 15% del total. El podio lo cierra Ineco, dependient­e del Ministerio de Transporte­s, que en 2022 acumuló encargos de las Administra­ciones por valor de 300 millones de euros, el 11,43%.

Para la construcci­ón el abuso de los medios propios supone «una auténtica irresponsa­bilidad» que elimina el principio de libre concurrenc­ia y capacidad y «aboca a la disolución o al concurso de acreedores» a miles de compañías del sector, compuesto en más de un 95% por pequeñas y medianas empresas y por autónomos.

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// EP En 2023 se licitaron 17.000 millones en obra pública

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