De la figuración a la geometría
Natalie Dower (1931-2024) Tras unos inicios figurativos, se convirtió a finales de los sesenta en una constructivista de gran sensibilidad para la línea y el color
Londinense de nacimiento y muerte (en diciembre del año pasado, pero la noticia sólo ha trascendido un mes más tarde, por una necrológica en ‘The Guardian’), Natalie Dower era hija del coronel y diputado ‘tory’ Alan Dower. Entre 1948 y 1954 se formó como pintora, sucesivamente en tres grandes escuelas de la capital británica, St. Martins, Camberwell, y Slade. En esta última, donde fue alumna, entre otros, de William Coldstream, nació su amistad con su condiscípula Paulo Rego, que siempre elogiaría su carácter, y la calidad de su arte, llegando a decir, en 2019, en ‘Art
Newspaper’, que la consideraba una de las personalidades más infravaloradas de la cultura moderna británica. Profesora en St. Albans y en la propia Camberwell, Natalie Dower vivió diez años con otro condiscípulo, Euan Uglow, en el condado de Kent. Su obra de aquel entonces es figurativa como la de éste o la de la propia Paula Rego, así como la de Craigie Atchinson o la de Patrick George, otros dos de la Slade School, el último de los cuales le hizo al menos tres retratos, uno de ellos propiedad de la Tate, lo mismo que el que ella le hizo.
En 1966, la pintora trasladó su residencia a Tánger, donde fue profesora en la American School. A partir de 1973, y hasta 2013, residió en Estoril, aunque siempre con un pie en Londres. Fue a finales de los sesenta cuando dio un giro radical hacia la geometría, bajo la influencia de su colega Malcolm Hughes, próximo a Uglow, y cofundador en 1969, con Jeffrey Steele (en 2021 publicamos aquí mismo su obituario) del interesantísimo grupo Systems.
En esa su segunda vida, la carrera pública de Natalie Dower, iniciada en 1979, es la de una geómetra por libre, que desplegó una gran actividad, lo mismo en la pintura o el mural, que en el dibujo o la escultura. Sus cuadros, basados en el cuadrado, el triángulo o la espiral, y a menudo en las investigaciones de matemáticos como Fibonacci o Dudeney, nos hablan de su especialísimo sentido del color, de su amor por la música (otro rasgo muy Systems), y de su capacidad para aceptar el azar y para extraer poesía de la geometría.
De la obra de esta pintora aquejada de alzhéimer desde 2018 se han ocupado diversas galerías londinenses, entre ellas Eagle, propiedad de Emma Hill, firmante de la necrológica del ‘Guardian’. Presente en las páginas de la revista ‘Constructivist Forum’ (1985-1991), todavía no ha sido objeto de una retrospectiva institucional. Fuera del Reino Unido, anotar una individual en una galería de Estocolmo en 1986, o su participación en la edición de 2012 de Réalités Nouvelles, salón parisiense que siempre ha sido buen escaparate para los no pocos cultivadores británicos de la geometría.