El cuento chino de la familia ‘tirolesa’
La pregunta no es «¿qué coño es eso de la UDEF?» sino ¿cuándo demonios se va a sentar la ‘troupe’ Pujol en el banquillo?
SOMBREROS, gorras, pasamontañas, capuchas, parches en el ojo, gafas de espejo u oscuras... El ‘look’ Villarejo, alguacil mayor de las alcantarillas del Estado y otros bajos fondos, se ha impuesto imbatible en el ‘outfit’ de la cuerda de presos por corrupción que conduce desde el patio de Monipodio o la cueva de Alí Babá hasta los juzgados. Ningún investigado quiere entrar o salir de allí a cara descubierta en un intento de preservar el anonimato de su imagen, no sea que sus vecinos se den cuenta erróneamente de que viven junto a un chorizo.
Fantaseemos, pues, con los Pujol llegando al juicio disfrazados a la tirolesa, como los Von Trapp en ‘Sonrisas y lágrimas’, con el papá y los siete hijos cantando ‘Do-re-mi’ cuando –ya si eso y para cuando recoja la aceituna– la Audiencia Nacional fije finalmente fecha para celebrar la vista oral contra el clan de un sumario abierto hace ¡doce años! y más de ¡tres años! después de que el instructor concluyese el sumario. Tras la investigación, el fiscal pide nueve años de cárcel para el ‘expresident’, veintinueve para su primogénito, Jordi Pujol Ferrusola; catorce para su hermano Josep, y ocho años para cada uno de los otros cinco hijos por los delitos de asociación ilícita y falsedad en documento mercantil, blanqueo de capitales y contra la Hacienda Pública. La UDEF («¿qué coño es eso de la UDEF?», se preguntaba perplejo Pujol cuando la Policía le echó mano) concluyó que el «núcleo familiar» consiguió amasar desde los años 90, y al socaire del todopoderoso papá en el Palau de la Generalitat, un botín de al menos trescientos millones de euros, con los que se dedicaron después a hacer ‘turismo’ por todos los paraísos fiscales conocidos.
La pregunta por tanto no es «¿qué coño es la UDEF?» o ¿cómo el separatismo pueda tener los santos bemoles de seguir con el tole tole de «España nos roba»?, sino ¿cuándo demonios se va a sentar la ‘troupe’ en el banquillo? Hablamos de una estirpe que con su trayectoria de alguna manera honraba la memoria y el legado del abuelo Florenci (Florencio durante el franquismo), que ya estuvo en la primera lista de evasores fiscales que se hizo en España. Así consta en la página 3.289 del BOE del 9 de marzo de 1959, donde aparece «Florencio Pujol Brugat». Ya ven, una saga pionera en eso de evadir capitales... como Dios manda y con todo bendito, si nos atenemos a la jerga de la banda. En 1995, Marta Ferrusola dejaba por escrito el viaje andorrano de dos millones de pesetas: «Reverendo mosén. Soy la madre superiora de la congregación. Desearía que traspasaras dos misales de mi biblioteca a la biblioteca del capellán de la parroquia. Él ya le dirá dónde se deben colocar. Muy agradecida». [Traducción: el «reverendo mosén» era el director del banco; Ferrusola, «la madre superiora»; «la congregación», la familia entera; la «biblioteca», su cuenta bancaria, y el «capellán», Oleguer, el benjamín de la prole, que por entonces contaba con 23 añitos].
El propio Oleguer, ya con 51, se lamentaba amargamente de que «España haya tratado a mi padre como China ha tratado al Dalai Lama». Otro cuento chino de la familia ‘tirolesa’ de excursión por el Tíbet.